


Ningún alumno Zen se atrevería a enseñar a los demás hasta haber vivido con su Maestro al menos durante diez años.
Después de diez años de aprendizaje, Tenno se convirtió en maestro.
Un día fue a visitar a su Maestro Nanin. Era un día lluvioso, de modo que Tenno llevaba chanclos de madera y portaba un paraguas. Cuando Tenno llegó, Nanin le dijo:
«Has dejado tus chanclos y tu paraguas a la entrada, ¿no es así? Pues bien: ¿puedes decirme si has colocado el paraguas a la derecha o a la izquierda de los chanclos?».
Tenno no supo responder y quedó confuso. Se dio cuenta entonces de que no había sido capaz de practicar la Consciencia Constante. De modo que se hizo alumno de Nanin y estudió otros diez años hasta obtener la Consciencia Constante.
El hombre que es constantemente consciente, el hombre que está totalmente presente en cada momento: ése es el Maestro.1 Ref.FUENTE: DE MELLO, Anthony. El canto del pájaro. Sal Terrae. Santander. 1998.
MÚSICA: Gracias a la vida. -CD No me arrepiento.Trío 14 de Abril. Dani Toledo. Raquel Batalloso y Gustavo Obermeller-

La conciencia se desarrolla mediante procedimientos de atención plena, concentración, contemplación y meditación.
El ser consciente es el fundamento y el sostén de toda acción libre, voluntaria, responsable e incondicionada. No obstante, el ser consciente “mentalmente” no es suficiente para que se operen transformaciones interiores y exteriores. La conciencia sin acción es un mero entretenimiento para distraernos de la práctica de la solidaridad y la compasión ante el sufrimiento humano. 2 Ref.Lao-Tse: Hua-Hu-Ching. «…La verdadera comprensión en una persona tiene dos atributos: Conciencia y acción. Juntos forman un tai chi natural. ¿Quién puede disfrutar de la iluminación y permanecer indiferente a los sufrimientos del mundo? Esto no está en armonía con el Camino. Sólo quienes aumentan sus servicios junto con su comprensión pueden ser llamados hombres y mujeres del Tao…» Y la acción sin conciencia es un impulso reactivo que deriva en consecuencias no deseadas y en un puro emotivismo que, a lo sumo, únicamente sirve para engordar los egos individuales y colectivos.

Referencia