Recomiendo la lectura de este volumen: CARLOS BEORLEGUI, HUMANOS. Entre lo prehumano y lo pos- o transhumano. Sal Terrae (Grupo de Comunicación Loyola).
Dedicado a los alumnos del doctorado en Filosofía en la Universidad Centroamericana (UCA) de El Salvador (junio de 2017) este ambicioso estudio del profesor Carlos Beorlegui va mucho más allá de sus trabajos anteriores. Si en Antropología filosófica. Nosotros: urdimbre solidaria y responsable (1999, 20093), el autor ofrecía un espléndido libro de texto en el que muchos hemos bebido, el presente volumen, HUMANOS. Entre lo prehumano y lo pos- o transhumano, dirige su mirada hacia el futuro y desde las neurociencias, la inteligencia artificial, la ingeniería genética, la robótica, los ciborg, los BigData y la evolución programada (Hawking) accedemos al debate interdisciplinar sobre el futuro de la evolución y de la especie humana (capítulo 7) y a las respuestas a la gran pregunta: ¿estamos abocados a una pos-/transhumanidad?
La antropología filosófica del siglo XX está siendo sustituida por otra perspectiva de lo que significa la identidad del ser humano. “La tendencia que va predominando y se va extendiendo, – prosigue Beorlegui – empujada por el prestigio aplastante del enfoque científico y de sus supuestas evidencias empíricas aportadas por su método empírico y objetivo, es la que defiende que al ser humano hay que bajarlo del pedestal en el que se había situado (….). A fin de cuentas somos una especie animal más surgida del proceso evolutivo, y llamada a ser superada también, en un futuro no muy lejano, por otros modelos de humanidad, los hombres biónicos o ciborgs, o los robots inteligentes, androides/ginoides, como defienden los denominados poshumanistas y transhumanistas” (página 18)
Estructurado en ocho extensos capítulos, los seis primeros intentan aproximaciones interdisciplinares que tienen como eje las ciencias de la vida en un sentido amplio. En el primer capítulo se centra en las aportaciones de la genética y de la epigenética a la descripción de la identidad humana. El capítulo segundo está destinado a abordar la misma reflexión incluyendo los datos de las neurociencias abordando el espinoso tema de las diferencias cuantitativas y cualitativas con el resto de los seres vivos.
El capítulo tercero se aborda la identidad del ser humano desde los datos de la paleoantropología y de la biología molecular sistematizando lo que acertadamente se suele denominar el proceso de hominización, el estudio de los procesos biológicos que identifican la rama de los homínidos. Desde este diálogo biología-cultura es desde donde se entiende la mente humana en toda su complejidad (capítulo cinco), así como su estructura de comportamiento y la personalidad irrepetible de cada individuo, así como el conjunto de los elementos que configura cada cultura humana (capítulo sexto).
Pero en la actualidad los avances en el terreno de las biotecnologías, sobre todo las aplicadas al terreno interno de los humanos (antropotecnias), nos están confrontando con otro ámbito de comparación, con una era futura en la que se pretende poder superar la era de “lo humano” para situarnos en un mundo que muchos están llamando poshumano o transhumano (capítulo séptimo).
El autor ha intentado – creemos que con acierto- presentar al final de cada uno de los extensos capítulos una bibliografía actualizada y selecta. Tal vez algunos echen de menos algunas obras que se consideran de impacto editorial hoy, pero agradecemos a Beorlegui el esfuerzo titánico de ofrecer al lector una orientación bibliográfica actualizada de las múltiples disciplinar filosóficas, científicas y teológicas que conspiran en la construcción interdisciplinar de la condición humana en la era tecno-científica.

Artículo elaborado para Krisis por Leandro Sequeiros: Doctor en Ciencias, Asesor de la Cátedra Francisco José Ayala de Ciencia, Tecnología y Religión.
