
Con su brillante y al mismo tiempo enternecedora y humorística oratoria me dijo que la realidad es siempre histórica, concreta y de clase. También me dijo, que si bien la realidad es siempre compleja y que muchas veces se nos presenta oscura y manipulada por aquellos que pertenecen a los grupos y clases sociales dominantes u opresoras, siempre hay posibilidades para cambios y transformaciones que favorezcan a las capas sociales más vulnerables y oprimidas.
Después de tantos años me lo he vuelto a encontrar feliz, sonriente y cargado de esperanza. Me dice algo parecido a lo que me dijo un día Giulio Girardi, sobre el hecho de que a pesar de que se pierdan muchas batallas, la lucha por la dignidad, la igualdad y la fraternidad no hay que abandonarla jamás, sencillamente porque la razón que nos guía no es otra que la justicia y el amor.
Sin duda alguna, para mí QUERCUS EL BÚHO pertenece ya al reino de los sabios, que apenas sin decir nada y sin montar espectáculos oratorios grandilocuentes o alegatos redentoristas, es capaz de sintetizar en pocas palabras la únidad entre el logos (razón), el pathos (corazón) y la praxis (acción) aplicando esta síntesis no a los grandes problemas de la humanidad, que también, sino al vivir diario y cotidiano de cualquier ser humano.
Tenerlo aquí en esta pequeñita casa de KRISIS, significa para mí una nueva oportunidad, no solo para reencontrarme con mis orígenes, sino sobre todo un nuevo impulso para no abandonar el camino iniciado hace tanto tiempo porque ese camino, al hacerlo al andar, como decía Don Antonio, no podemos abandonarlo nunca, ya que de lo contrario estaríamos muertos en vida.
Espero pues que estas perlas de sabiduría de mi amigo y maestro QUERCUS EL BÚHO, te reconforten y te animen a vivir cada día como si fuese el último al mismo tiempo que a afrontar y luchar contra esta cruel y escarnecedora realidad en la que los poderosos del mundo (EE.UU.; la U.E. e Israel) impulsan, apoyan y permiten el genocidio del pueblo palestino.


A todo esto… ¿Se debe algo?
Por Quercus el Búho
Introducción
Hay quien dice que la vida que cada uno desarrolla es pagar a otros la deuda que se contrajo al ser traído a este mundo gratuitamente, es decir, sin haber previamente depositado un fondo… (¿visión mercantilista de lo menos mercantil del mundo?)
Capítulo 1
Recibimos, porque sí, una genética bastante azarosa a modo de herencia potenciadora y, a la vez, condicionante. Una herencia genética en cuyos antecesores puede encontrarse de todo, lo bueno, lo malo, lo indiferente (¿?) siempre que haya resistido al paso del tiempo y con permiso del P.Mendel. Entonces ¿somos fruto de un AZAR incomprensible o quizá de una u0022providenciau0022 más misteriosa? De hecho hemos recibido la Vida, aquí estamos.
Capítulo 2
Nos colocan, porque sí, en un determinado ámbito de convivencia —normalmente una familia, concreción de la casi infinita diversidad de las familias-, un entorno de atenciones y de abandonos, de consumo y de estrecheces, de bienestar y de malestar, todo ello con unos niveles mínimos (porque si no es suficiente, se produce un deslizamiento más o menos rápido hacia la muerte, y se acabó la recepción).
Capítulo 3
Desde muy pronto, todo a nuestro alrededor nos educa, nos ahorma, nos doma, nos orienta en un sentido más o menos acertado; nos hace hablantes de una o varias lenguas, dialectos, modismos, acentos que nos delatan, ciudadanos de un entidad política más o menos estabilizada, más o menos mayoritaria, más o menos en paz con los u0022otrosu0022; beneficiarios o marginales de una sanidad, de un hogar, de unas costumbres, de una cultura…
Capítilo 4
Todo ello, además de recibido y más o menos asumido o asimilado, es presionante y hasta determinante: permite unas opciones y prohibe otras, premia unas sumisiones y castiga unas desobediencias, promete unos horizontes e intenta bloquear otros.
Y todo lo anterior mucho más como recibido que como elegido por uno, pero no queda todo, siendo mucho, ahí, sino que: ¡ta-ta-ta-chan!
Capítulo 5
Un día, y a partir de él, casi toda la vida, pasamos de meros receptores a participantes activos de este inmenso u0022toma y dacau0022, hasta el punto de que vivir se confunde con actuar en la línea que cada uno considera u003cspan style=u0022text-decoration: underline;u0022u003eu003cstrongu003esuyau003c/strongu003eu003c/spanu003e, u003cspan style=u0022text-decoration: underline;u0022u003eu003cstrongu003elibreu003c/strongu003eu003c/spanu003e y u003cspan style=u0022text-decoration: underline;u0022u003eu003cstrongu003eresponsableu003c/strongu003eu003c/spanu003e (en la medida en que lo dejan). Y entramos de lleno en u0022u003cstrongu003eu003cspan style=u0022text-decoration: underline;u0022u003eLa lucha de la vidau003c/spanu003eu003c/strongu003eu0022 o en el conflicto o guerra por sobrevivir, por seguir viviendo, por vivir a costa de los demás, etc.etc.
———————-y esto sigue y sigue y sigue ————————-
Y se llega a u003cstrongu003eUNA EDAD MADURAu003c/strongu003e, por ejemplo, habiendo construido algo con todo aquello recibido: un proyecto de amor hogareño, unos hijos, una profesión, unos trabajos, unos compromisos sociales… más o menos satisfactorios. Entonces, una ocurrencia: ¿no es hora de preguntarse:
A estas alturas… ¿Se debe algo?
Entonces, ¿cómo pagar? Viviendo, al servicio de la Vida. Aunque la mayoría de las veces, en vez de u003cstrongu003eu003cspan style=u0022text-decoration: underline;u0022u003eDARu003c/spanu003eu003c/strongu003e, nos obsesionamos con vivir a costa de los demás… y para ello u003cstrongu003eENGAÑAMOS, DISIMULAMOS, MANIPULAMOS, CONTEMPORIZAMOSu003c/strongu003e y un larguísimo etcétera.
¿FORMAS DE PERMANENCIA?
u003cstrongu003eLo que hemos sembrado y ha calado en el corazón de alguien, ahíu003c/strongu003e.
Si has degustado con lentitud estas palabras de QUERCUS EL BÚHO, tal vez sea debido a que tú también perteneces a la especie de los “estrígidos”
Camas (Sevilla) a 30 de octubre de 2023
QUERCUS EL BÚHO también fue joven y siempre, de vez en cuando le daba por graznar más o menos oportunamente.
Lo propio de los búhos es ulular, pero cuando observa con esos ojos grandes suyos, capaces de ver en medio de la oscuridad de la noche, algo chocante, estúpido, molesto sin conseguir nada a cambio, abre sus alas y lanza graznidos.
Pero Quercus ha llegado a viejo, incluso ha rebasado la “media de edad” a la que llegan los búhos (¿quiénes serán los estúpidos que se atreven a montar estos datos estadísticos tan discutibles?) y de pronto está echando de menos aquellos buenos graznidos, verdaderas sesiones musicales protestonas de su juventud y madurez. ¿Es que ahora no hay situaciones ante las que manifestar un desagrado, un desacuerdo, un cabreo justificado y por tanto manifestar una protesta algo ruidosa?
Vamos pues a repasar algunos de aquellos antiguos graznidos y actualizarlos adecuadamente, y además acompañarlos de los nuevos motivos de graznar no menores que se están produciendo tanto. Vamos a ello. Y es que los búhos, y más los viejos, se reprimen poco…
Bienvenido a KRISIS, querido Quercus.