UNA NOTA DE SABIDURÍA
Nadie supo lo que fue de Kakua después de que éste abandonara la presencia del Emperador. Sencillamente, desapareció. He aquí la historia. Kakua fue el primer japonés que estudió Zen en China. No viajaba en absoluto. Lo único que hacía era meditar asiduamente.
Cuando la gente le encontraba y le pedía que predicara, él decía unas cuantas palabras y se marchaba a otro lugar del bosque, donde resultara más difícil encontrarle.
Cuando Kakua regresó al Japón, el Emperador oyó hablar de él y le hizo llegar su deseo de que predicara Zen ante él y toda su corte. Kakua acudió y se quedó en silencio frente al Emperador. Entonces sacó una flauta de entre los pliegues de su vestido y emitió con ella una breve nota. Después hizo una profunda inclinación ante el rey y desapareció. 1 Ref.Fuente: DE MELLO, Anthony. (1998). El canto del pájaro. Sal Terrae. Santander.
Cuando la gente le encontraba y le pedía que predicara, él decía unas cuantas palabras y se marchaba a otro lugar del bosque, donde resultara más difícil encontrarle.
Cuando Kakua regresó al Japón, el Emperador oyó hablar de él y le hizo llegar su deseo de que predicara Zen ante él y toda su corte. Kakua acudió y se quedó en silencio frente al Emperador. Entonces sacó una flauta de entre los pliegues de su vestido y emitió con ella una breve nota. Después hizo una profunda inclinación ante el rey y desapareció. 1 Ref.Fuente: DE MELLO, Anthony. (1998). El canto del pájaro. Sal Terrae. Santander.
Las personas honestas, humildes, apacibles, serenas y virtuosas llegan a ser sabias porque nunca hablan de sus cualidades o de sí mismas, sino simplemente viven y experimentan con naturalidad la virtud.
El santo o la santa, nunca persigue o busca la santidad, simplemente actúa con sencillez y cuando la alcanza, ni él o ella saben que la ha alcanzado. Ya lo decía Lao Tsé: “Confieso que no hay nada que enseñar: ni religión, ni ciencia ni cuerpo de informaciones que regresar tu mente al Tao. Hoy hablo de esta manera, mañana de otra, pero el Camino Integral permanece siempre más allá de las palabras y más allá de la mente. Sé simplemente consciente de la unidad de las cosas”
El santo o la santa, nunca persigue o busca la santidad, simplemente actúa con sencillez y cuando la alcanza, ni él o ella saben que la ha alcanzado. Ya lo decía Lao Tsé: “Confieso que no hay nada que enseñar: ni religión, ni ciencia ni cuerpo de informaciones que regresar tu mente al Tao. Hoy hablo de esta manera, mañana de otra, pero el Camino Integral permanece siempre más allá de las palabras y más allá de la mente. Sé simplemente consciente de la unidad de las cosas”
Si te ha gustado esta entrada y deseas recibir las novedades de KRISIS en tu email, rellena el formulario…
Referencia