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8-10-2025. En las informaciones de los medios sobre el segundo aniversario del ataque de Hamás con 1.200 víctimas israelíes no se mienta la corresponsabilidad de Israel en ese ataque.
Reconozco que la matanza perpetrada por Hamás es execrable, pero no hay que olvidar que ese hecho no fue evitado por el Gobierno de Israel porque la frontera con Gaza, considerada como la más segura del mundo, estaba insuficientemente protegida por la policía fronteriza. Esa desprotección puede ser considerada como un intento de permitir el sangriento atentado para justificar una respuesta que arrasara Gaza con un genocidio que ya se ha saldado con más de 67.000 muertos, siendo el 70% mujeres y niños. Esa despreocupación por no evitar el ataque ni actuar con rapidez para frenar la matanza también es execrable y condenable. Los supervivientes llamaron persistentemente con sus móviles a la policía fronteriza por su tardanza en protegerlos.
Egipto y otros medios informaron al Gobierno de Israel de los preparativos de Hamás para llevar a cabo un ataque de envergadura en la frontera con Israel. El hecho de que Israel ignorara esos avisos lo convierte en corresponsable de la masacre contra israelíes.
El comandante Sariel, responsable de la seguridad de la frontera, presentó su dimisión afirmando que el 7 de octubre no estuvo a la altura de lo que se esperaba de él. Además, Israel no organizó una investigación nacional sobre los fallos que permitieron el ataque de Hamás porque podían poner en el punto de mira al Gobierno de Netanyahu.
DOCUMENTO por Natalia Plazas
El asalto, que se cree que había estado planeado desde por lo menos dos años antes, ha quedado registrado en videos que grabaron los militantes de Hamás. Los milicianos partieron desde Gaza temprano en la mañana con motocicletas y otros vehículos cargados de armamento; otros iban en lanchas, bordeando la costa de Israel, o incluso por aire, cayendo en paracaídas en un territorio israelí que hace menos de un siglo era palestino. Para esa hora, muchos otros miembros de Hamás lanzaban cohetes de forma masiva sobre Israel.
Atacaron torres de control; con retroexcavadoras y explosivos se abrieron paso en el muro que divide Israel de Gaza, altamente custodiado en condiciones normales por el Ejército israelí, que, sin embargo, para esas fechas se había desplegado mayormente en Cisjordania.
Muchos kibutz, como se llama a las comunidades rurales israelíes cerca de la frontera, que estaban menos protegidas, fueron las más golpeadas. Otro de los lugares en los que se vivió la tragedia fue en el Festival de música en Re’im, conocido como ‘Tribe of Nova’, donde multitudes de jóvenes bailaban al aire libre. Los militantes de Hamás se encontraron con el festival en su incursión hacia el interior del territorio israelí y mataron a muchas personas presentes y otras las tomaron como rehenes.
La mayor parte de las víctimas mortales de la jornada, 1.189, y de los 251 rehenes eran civiles, aunque también hubo militares.
Críticas a la respuesta
Tras los ataques, el propio Ejército israelí admitió haber cometido fallos graves en cuanto a la preparación y no haber estado listo para un ataque de dimensiones masivas como el planificado por Hamás, así como «falta de coordinación»; a la vez que se supo que tanto la inteligencia israelí como Egipto habían informado que el grupo islamista se preparaba para un ataque. Durante las horas, días, semanas y meses previos, hubo “señales” o advertencias de movimientos inusuales por parte de Hamás, con ejercicios militares previos al ataque. El Ejército israelí no consideró que debía actuar al respecto de manera prioritaria.
El informe de la Comisión de Naciones Unidas también determinó que las autoridades israelíes “no protegieron a los civiles en el sur de Israel en casi todos los frentes” y señala el hecho de que no desplegara rápidamente fuerzas suficientes para proteger a la población civil y evacuarla.
También se reportaron retrasos de horas para que fuerzas militares se hicieran presentes en algunas comunidades que estaban siendo atacadas. Si bien el ataque a gran escala inició sobre las 06.30 de la mañana con lanzamientos de cohetes y las primeras incursiones, hasta las 13:00 el Ejército no comenzó a tomar el control en algunas de las zonas afectadas, según algunos reportes de prensa.
“El hecho de que tanta información haya sido desconocida con anticipación y el hecho de que esto haya resultado muy conveniente para el Gobierno de Netanyahu que recordemos es un primer ministro con una coalición no muy sólida y que estuvo a punto de perder el Gobierno varias veces. Esto lleva a muchas personas a mirar esto con una mirada conspirativa y decir “tal vez sabían que el ataque se venía y lo dejaron suceder para generar cohesión nacional y salvar al Gobierno”, explica el profesor Bauckhage. “Qué sabía y cuánto sabía el Gobierno de Netanyahu inmediatamente antes del ataque, continúa siendo una incógnita».
Para el profesor Bauckhage, “Hamás dio marcha adelante a este ataque para volver a poner la cuestión palestina y la ocupación israelí en el centro de la agenda”, indica, “lo que tal vez no calcularon fue el nivel de rienda suelta que Estados Unidos y el mundo le iba a dar a Israel al momento de ejercer sus represalias”, asegura, en referencia a los dos años de brutales ataques a Gaza, calificados de genocidio ya por muchos gobiernos e investigados como tal por la Corte Internacional de Justicia.
Para Moisés Garduño García, experto en asuntos de Medio Oriente y profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, los motivos del ataque hay que buscarlos en los años y décadas anteriores y se originaron “en la ilegalidad de la ocupación israelí” de los Territorios Palestinos. La respuesta está en la declaración del secretario general de la ONU, António Guterres, cuando mencionó en 2023 que “el 7 de octubre debía contextualizarse en los años de ocupación militar Israel”.
Cada vez más países son los que catalogan de desproporcionada la respuesta de Israel en su supuesta represalia a Hamás, que se ha convertido en una masacre de la población con más de 67.000 personas muertas, una población en hambruna y un territorio destruido.
Según una encuesta del Instituto para la Democracia de Israel realizada en julio, el 79% de los israelíes judíos preguntados sobre hasta qué punto estaban personalmente preocupados por los informes sobre hambruna y sufrimiento entre la población palestina en Gaza, dijeron que no estaban muy preocupados o que no estaban preocupados en absoluto.
A dos años del peor ataque a la población israelí y con una herida aún abierta, las familias de los secuestrados siguen pidiendo que se llegue a un acuerdo para su retorno (en vida o muerte), pero la represalia de Netanyahu a Hamás continúa matando civiles inocentes del otro lado de la frontera.



JOSÉ MELERO PÉREZ, nació en Madrid el 15 de septiembre de 1941. Está licenciado en Psicología y en Geografía e Historia por la Universidad de Barcelona. Profesor jubilado. Habitualmente en su blog NOTICIAS IMPACTAMENTES al cual pertence este artículo. También escribe en la sección “Entre Todos” del diario digital “El periódico”, así como en la revista digital “Religión digital”.
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