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EE.UU. veta en la ONU el alto fuego humanitario en Gaza
Ya va siendo hora de poner freno al atroz genocidio de Israel en Gaza, que hasta hoy ha supuesto la muerte de al menos 17.700 palestinos y otros 48.780 han resultado heridos por ataques israelís. El 70% de las víctimas son mujeres y niños, lo que representa un feminicidio y un infanticidio de grandes dimensiones. Esa escalofriante cifra de muertos es debida a la Doctrina Dahiya , que es una doctrina militar israelí que se relaciona con el contexto de la guerra en las zonas urbanas y propugna el uso de la fuerza “desproporcionada” en represalia contra las zonas civiles utilizadas como base para los ataques como elemento disuasorio. El objetivo es, a pesar del principio básico del derecho de la guerra, es no hacer una distinción entre objetivos civiles y militares.
Guterres se ha mostrado muy preocupado por esa situación, que ya resulta insoportable e insostenible para los gazatíes, decidiendo convocar al Consejo de Seguridad de la ONU para poner fin a ese espectáculo dantesco de muertes y destrucción.
El Consejo se reunió el viernes, 7 de diciembre, para tratar de aprobar un alto el fuego humanitario inmediato en Gaza.
El Consejo se compone de 15 miembros: Cinco permanentes y diez electos por la Asamblea General por períodos de dos años. Permanentes: China, Estados Unidos, Federación de Rusia, Francia y el Reino Unido. Cada miembro del Consejo tiene un voto. Las decisiones se toman por voto afirmativo de por lo menos nueve de los 15 miembros, pero éstos tienen que incluir los de los cinco miembros permanentes. Si un miembro permanente, con derecho a veto, rechaza el acuerdo votado a favor por la mayoría de los miembros, el acuerdo queda suspendido.
Es lo que previsiblemente ocurrió cuando el representante de Estados Unidos alzó el brazo para oponerse a la resolución propuesta por Guterres con la abstención del Reino Unido.
Que un solo miembro permanente pueda echar abajo una decisión tomada por la mayoría del Consejo es una aberración insostenible. Hace tiempo que se reclama en la ONU la revisión del derecho a veto de los cinco miembros permanentes, por considerarlo antidemocrático al conceder a cualquiera de ellos el derecho de anular las decisiones tomadas por el resto de los miembros. De ese modo, las decisiones tienen pocas posibilidades de prosperar cuando no favorecen los intereses de esas potencias, menospreciando al presidente del Consejo de Seguridad, a la ONU y sobre todo a la población civil, víctima principal de un conflicto en el que la mayoría de las víctimas son mujeres y niños. En el caso de Estado Unidos, su papel ha sido el de conceder inmunidad al genocidio de Israel, no solo contra el movimiento islamista de Hamás , sino contra Cisjordania donde no opera Hamás. Estados Unidos, con su veto da vía libre para que Israel continúe machacando a Gaza . Y para que lo consiga, el Gobierno estadounidense dio una aprobación “de urgencia”, sin pasar por el Congreso, a la venta a Israel de cerca de 14.000 proyectiles de tanque utilizados en su guerra contra el grupo islamista palestino Hamás en Gaza. A Israel se le suma Estados Unidos para continuar ese genocidio que está creando una situación catastrófica, donde la sociedad está al borde del colapso total por los constantes ataques israelís que bloquean la entrada de ayuda humanitaria. Lo más alarmante es que Netanyahu considera que está librando una guerra justa, y por tanto éticamente justificada.
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El gobierno estadounidense dio una aprobación “de urgencia”, sin pasar por el Congreso, a la venta a Israel de cerca de 14.000 proyectiles de tanque utilizados en su guerra contra el grupo islamista palestino Hamás en Gaza. Este material militar representa un valor de 106,5 millones de dólares. El Secretario de Estado (Antony Blinken) determinó y justificó detalladamente ante el Congreso que era urgente vender inmediatamente este equipo al gobierno israelí (…) sin la revisión parlamentaria requerida por la legislación sobre el control de las exportaciones de armas”.
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El papa Francisco pidió que se rece “por la paz en el mundo y en Tierra Santa”, y para que “las diferencias se resuelvan en el diálogo y la negociación y no con una montaña de muertos”, al recordar que el pueblo palestino y el israelí “son dos pueblos hermanos”.
“Todos sentimos el dolor de las guerras. Ustedes saben que desde que terminó la Segunda Guerra Mundial hasta ahora siguieron guerras en diversas partes del mundo. Cuando son lejanas, por ahí no las sentimos fuerte”, dijo en un videomensaje difundido a través de la Red Mundial de Oración del papa. Pero, añadió, “hay dos muy cercanas que nos hacen reaccionar: Ucrania y Tierra Santa”.
“Es duro lo que pasa en Tierra Santa. Es muy duro. El pueblo Palestino, el pueblo de Israel, tienen derecho a la paz, tienen derecho a vivir en paz dos pueblos hermanos”, aseguró el pontífice, antes de pedir a la Red Mundial de Oración que organice una campaña especial para rezar por la paz en el mundo y en Tierra Santa.
El papa afirmó que lo que está sucediendo en Israel y Palestina “no es una guerra, es terrorismo”, después de recibir a familiares israelíes de los rehenes en manos del grupo islamista Hamás y de palestinos con familiares en Gaza.
JOSÉ MELERO PÉREZ, nació en Madrid el 15 de septiembre de 1941. Está licenciado en Psicología y en Geografía e Historia por la Universidad de Barcelona. Profesor jubilado. Actualmente escribe en su blog OJO CRÍTICO y en la sesión “Entre Todos” de El Periódico.
Vaya desde aquí mi más sincero agradecimiento por participar en este humilde sitio que es KRISIS.
El derecho a veto es una aberración que les permite actuar según sus intereses, Israel actúa como el matón de la clase respaldado por otro más fuerte y el verbo exigir carece de significado para los débiles. Parece que solo queda rezar aunque ya se sabe aquello de “… hasta dios ayuda a los malos cuando son más que los buenos”. Gracias .
El derecho al veto es antidemocrático por considerar que tiene más valía el voto en contra de uno de los cinco miembros permanentes que el voto unánime a favor de los 14 restantes. Siendo así, no me cabe la menor duda que el Consejo no está para proteger a los civiles en una zona de guerra , sino para defender los intereses económicos y estratégicos de esos prepotentes países, aunque suponga alargar el conflicto concediendo inmunidad al país atacante. Mientras el Consejo no cambie su estructura, mejor que desaparezca, ya que mientras persista lo consideraré como el Consejo de la Inseguridad por el apoyo que alguno de esos cinco miembros dan al estado invasor como es el caso de Estados Unidos a favor de Israel , su incondicional amigo.