EL UNIVERSO AFECTIVO (29). El control de la conciencia (Mihaly Csikszentmihalyi)

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EL UNIVERSO AFECTIVO (29).
Emociones constructivas (Mihaly Csikszentmihalyi)
El control de la conciencia

Por Juan Miguel Batalloso Navas

         Csikszentmihalyi afirma que si las personas somos capaces de reflexionar acerca de que efectivamente «…el dinero, el poder, la posición social y las posesiones, por sí mismas, no añaden ni un ápice a la calidad de vida…» 1 Ref.CSIKSZENTMIHALYI, Mihaly. Fluir (Flow) Una psicología de la felicidad. Barcelona: Kairós, 1996, p. 22 encontrarán siempre una puerta o un camino original para salir del aburrimiento, la insatisfacción o el sufrimiento interior. Un camino que necesariamente exige la toma de control de la propia vida mediante el control de nuestra conciencia:

«…El control sobre la conciencia no es simplemente una habilidad cognitiva, al menos tanto como la inteligencia. Necesita de la colaboración de las emociones y de la voluntad. No es suficiente saber cómo hacerlo; uno debe hacerlo de forma continuada, del mismo modo como los atletas o los músicos deben practicar lo que saben en teoría. Y esto nunca es fácil. (…) el control sobre la conciencia es lo que nos conduce al control sobre la calidad de la experiencia. Cualquier ganancia, por pequeña que sea, en esta dirección va a hacer que nuestra vida sea más rica, más divertida, con más significado. Para adquirir este rasgo de la personalidad, uno debe hallar la manera de ordenar la conciencia y ser capaz de controlar los sentimientos y pensamientos. Y lo mejor es no creer que existen atajos para lograrlo…» 2 Ref.Csikszentmihalyi, 1996, p. 29-31

         Sobre el control de la conciencia, Csikszentmihalyi nos advierte que no es una capacidad, como tampoco una tarea que se pueda trasplantar de unas culturas o de unas sociedades a otras, ya que se corre el riesgo de quedarse únicamente con los elementos puramente rituales o superficiales. En igual sentido, cree que el control de la conciencia no debe reducirse a un conjunto de normas institucionalizadas puesto que «…Tan pronto como se convierte en parte de un conjunto de normas y reglas sociales deja de ser una forma eficaz del modo que originalmente se pretendía…» (Csikszentmihalyi, 1996, p. 30).

         Para Csikszentmihalyi la función de la conciencia consiste en:

«…representar la información sobre lo que está sucediendo dentro y fuera del organismo de tal modo que el cuerpo pueda evaluarla y actuar en consecuencia. En este sentido, funciona como una central telefónica para las sensaciones, las percepciones, los sentimientos y las ideas, estableciendo prioridades entre toda esa información diversa. Sin la conciencia seguiríamos “sabiendo” qué sucede, pero reaccionaríamos de manera refleja, instintiva. Con la conciencia podemos evaluar de forma deliberada lo que los sentidos nos dicen y responder según esta evaluación. Y también podemos inventar información que no existía antes: puesto que tenemos conciencia podemos soñar despiertos, podemos mentir y también escribir bellos poemas o teorías científicas…» 3 Ref.Csikszentmihalyi, 1996, p. 33

La importancia de las intenciones

         En el proceso de aprendizaje del control de la conciencia Csikszentmihalyi nos señala que es fundamental distinguir con claridad cuáles son nuestras intenciones ante cualquier acción que deseemos realizar. dado que las intenciones son:

«…la fuerza que mantiene de forma ordenada a la información que se halla en la conciencia. Las intenciones surgen en la conciencia cuando una persona se da cuenta de que desea algo o quiere conseguir alguna cosa. Las intenciones también son información, asimismo formada por las necesidades biológicas o por los objetivos sociales internalizados. Actúan como campos magnéticos, atrayendo la atención hacia algunos objetos y alejándola de otros, manteniendo nuestra mente centrada en algún estímulo con preferencia a los demás. A menudo denominamos a la manifestación de la intencionalidad con otros nombres, tales como instinto, necesidad, impulso o deseo. Pero todos estos son términos explicativos, que nos dicen por qué las personas actuamos de un modo y no de otro. La intención es un término más neutral y descriptivo. No dice por qué una persona va a hacer alguna cosa, simplemente afirma que lo hace…» 4 Ref.Csikszentmihalyi, 1996, p. 36

El papel de la atención

         Para Csikszentmihalyi es imposible controlar nuestra conciencia si no disponemos de un alto grado de desarrollo de nuestras capacidades de atención. Sin atención, nuestra conciencia se distrae, se dispersa y se muestra incapaz de controlar aquellas acciones que nos interesan y que deseamos realizar. Por tanto, el desarrollo de nuestra capacidad de control de nuestra conciencia depende de nuestra capacidad de prestar atención en todos los momentos en los que se genera y se desarrolla la acción, es decir, antes, durante y después de esta:

«…La señal de que una persona controla la conciencia es que tiene la habilidad de centrar su atención a voluntad, que puede evitar las distracciones y concentrarse tanto tiempo como lo necesite para alcanzar su objetivo, y no más. Y la persona que puede hacer esto normalmente disfruta con el curso normal de su vida cotidiana…» 5 Ref.Csikszentmihalyi, 1996, p. 40

         Pero además de como capacidad indispensable para el control y el desarrollo de la conciencia, Csikszentmihalyi considera que la atención es la “energía psíquica” que selecciona, enfoca y amplía los detalles y características de cualquier acontecimiento, fenómeno o acción en la que estamos involucrados, convirtiéndose así en el factor fundamental que determina la calidad de nuestra experiencia:

«…Puesto que la atención determina lo que aparecerá o no en la conciencia, y puesto que también es necesaria para que sucedan otros actos mentales –como el recuerdo, el pensamiento, el sentimiento y la toma de decisiones–, es útil pensar en ella como energía psíquica. La atención es como la energía sin la cual no podemos trabajar en nada y que mientras trabajamos se disipa. Somos capaces de crearnos a nosotros mismos según cómo invirtamos esa energía. Los recuerdos, pensamientos y sentimientos están definidos por cómo la utilizamos. Y es una energía bajo nuestro control, para hacer con ella lo que nos guste; por ello la atención es la herramienta más importante en la tarea de mejorar la calidad de la experiencia…» 6 Ref.Csikszentmihalyi, 1996, p. 42

Orden y desorden de la conciencia

         Tal y como nos señala Csikszentmihalyi, una conciencia desordenada es aquella que debido a la escasa capacidad de prestar atención es incapaz de ordenar y sistematizar la información, de establecer prioridades y secuencias de acción y en definitiva la que se sumerge en la confusión, la desorientación y la ausencia de dirección y sentido de las acciones. En consecuencia, controlar y desarrollar la conciencia significa entre otras cosas, hacer posible el establecimiento de metas y objetivos que permitan encontrar un sentido pleno y autorrealizador a lo que planeamos y hacemos y en suma a lo que vivimos. En este sentido, Csikszentmihalyi nos dice:

«…Una de las principales fuerzas adversas que afectan a la conciencia es el desorden psíquico, es decir, cuando la información entra en conflicto con las intenciones previamente existentes o cuando nos distrae y nos impide llevarlas a cabo. Damos a esta condición muchos nombres, según cómo la vivamos: dolor, miedo, rabia, inquietud o celos. Todas estas variedades de desorden fuerzan a la atención a desviarse hacia objetivos indeseables, con lo que no somos libres para usarla según nuestras preferencias. La energía psíquica se convierte entonces en algo rígido e ineficaz (…) Cuando la información desorganiza la conciencia al amenazar sus metas, sucede el desorden interior, o entropía psíquica, una desorganización de la personalidad que menoscaba su efectividad. Las experiencias prolongadas de este tipo pueden debilitar la personalidad hasta el punto de no ser capaz de prestar atención a las cosas y perseguir sus metas…» 7 Ref.Csikszentmihalyi, 1996, p. 46-47

         En consecuencia y para combatir el desorden de la conciencia es de suma necesidad encontrar estrategias de acción que nos proporcionen estados mentales de regocijo, satisfacción, serenidad, sentido de la vida y autorrealización. Y estas estrategias, son las que nos permitirán acceder a los estados de flujo que en sí mismos proceden del orden de nuestra conciencia. Como dice Csikszentmihalyi:

«…El estado opuesto de la condición de entropía psíquica es la experiencia óptima. Cuando la información que llega a la conciencia es congruente con nuestras metas, la energía psíquica fluye sin esfuerzo. No hay necesidad de preocuparse, no existe ninguna razón para cuestionarse la propia capacidad. Pero cuando la persona se detiene a pensar sobre sí misma, la evidencia es alentadora: “lo estás haciendo bien”. La retroalimentación positiva fortalece la personalidad y la atención es más libre para enfocarse en el entorno exterior y el interior (…) Cuando una persona es capaz de organizar su conciencia para experimentar flujo tan frecuentemente como le sea posible, la calidad de vida mejora inevitablemente porque, incluso las rutinas de trabajo, normalmente aburridas, llegan a ser agradables y a tener un propósito. En el flujo nosotros tenemos el control de nuestra energía psíquica y todo lo que hagamos añade más orden a la conciencia (…) El flujo es importante tanto porque consigue que el instante presente sea más agradable como porque construye la confianza en uno mismo que nos permite desarrollar habilidades y realizar importantes contribuciones al género humano…» 8 Ref.Csikszentmihalyi, 1996, p. 49-50, 52

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Juan Miguel Batalloso Navas, es Maestro de Educación Primaria y Orientador Escolar jubilado, además de doctor en Ciencias de la Educación por la Universidad de Sevilla, -España–.
Ha ejercido la profesión docente durante 30 años, desarrollando funciones como maestro de escuela, director escolar, orientador de Secundaria y formador de profesores.
Ha impartido numerosos cursos de Formación del Profesorado, así como Conferencias en España, Brasil, México, Perú, Chile y Portugal. También ha publicado diversos libros y artículos sobre temas educativos.
Ha sido miembro del Grupo de Investigación ECOTRANSD de la Universidad Católica de Brasilia y pertenece al Consejo Académico Internacional de UNIVERSITAS NUEVA CIVILIZACIÓN, donde ofreció el Curso e-learning: ‘Orientación Educativa y Vocacional’.
En la actualidad, casi todo su tiempo libre lo dedica a la lectura, escritura y administración del sitio KRISIS cuya temática general está centrada también en temas educativos y transdisciplinares. Su curriculum completo lo puedes ver AQUÍ

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