EL VIENTO: 21 años al servicio de la poesía y la cultura popular argentina y mundial

Introducción de Krisis

Muchas veces me da por pensar que los espacios físicos y sociales que habito han perdido esas dinámicas de convivencia de antaño en las que se construían pequeños y humildes proyectos de cultura popular. Es como si la infracultura del shopping y de ese consumismo incesante a la búsqueda de la última novedad de baratija o de smartphone, nos condujera como borregos a visitar sus instalaciones para divertirnos. Una diversión por cierto, que en realidad es una experiencia vicaria consistente simplemente en observar, y en su caso tener, por unos segundos en nuestras manos el más costoso e inaccesible objeto, sabiendo que nunca podremos llegar a tenerlos. Incluso hay gente tan extremadamente estúpida que tiene el atrevimiento de hipotecarse con créditos y plazos con tal de presumir del último modelo de objeto de consumo para mostrar a sus vecinos o allegados que es alguien importante o distinguido. Hay mucha gente que se dedica también a mirar en su smartphone los últimos modelos de coches o las más sofisticadas experiencias de viaje, para que así cuando llegue la ocasión poder presumir de entendidos aunque nunca en su vida podrán aspirar a poseer nada de lo que presumen conocer. Nuestro mundo social es pues en gran medida, un mundo absolutamente mercantilizando, individualizado, abducido, enajenado y estúpidamente orientado a confundir valor con precio y felicidad con consumo.

Por desgracia he conocido pocas experiencias de gratuidad cultural y cooperativa en las que determinados grupos sociales colaboran entre sí para buscar y encontrar espacios de desarrollo humano, de creación cultural y de fraternidad incondicional.. Aquí en nuestra ciudad de Camas tenemos uno que es admirable y que tiene ya más de 20 años: el FOCODE. Posiblemente para la mayoría de la ciudadanía de Camas, puede que pase desapercibido, pero sin duda es un servicio gratuito extraordinariamente valioso para nuestra ciudad. Igual sucede con el Club de Lectura Alfeizar que nació en 2013 y sigue sin cesar realizando encuentros reales y virtuales de lectura y diálogo en los que participan muchas personas interesadas por la cultura y por su desarrollo interior..

En mi opinión y dado este individualismo consumista abducido por el espectáculo de los grandes shoppings, el martilleo cosntante de la publicidad, los efectos del sensacionalismo y esa infracultura de la inmediatez de las mal llamadas redes sociales nos está convirtiendo no solo en borregos, sino también en estúpidos. Digo mal llamadas porque tienen muy escasa capacidad de generar vínculos reales de afecto mutuo, porque nos habitúan a la lectura y al pensamiento superficial de como máximo dos o tres minutos y porque además nos roban un tiempo precioso y esencial para la reflexión, la lectura y la contemplación serena que todo proceso de construcción de conocimiento necesita.

Sin embargo, y a pesar de todas las dificultades que este tiempo líquido (Zygmunt Bauman) en el que todo son productos o intercambios baratos de usar y tirar, afortunadamente surgen iniciativas y experiencias culturales, formativas y educativas en todo el mundo que nos liberan del tedio y de ese repugnante conformismo al que nos quieren someter los grandes imperios comerciales. Sometimiento, por cierto, al que todos los gobiernos del mundo se subordinan, siendo incapaces de promover otro tipo de experiencias y espacios de creación cultural y educativa. Al final, estas experiencia originales, creativas, generosas, solidarias y gratuitas terminan poco a poco desgastándose para finalmente morir dado que la reproducción física de sus componentes no se renueva con generaciones jóvenes porque al parecer, toda creación cultural de carácter social consiste en tener muchos amigos y muchos “likes” en Facebook o en Teitter.

EL VIENTO

Pero no es este el caso de la experiencia “EL VIENTO” que hoy me digno en presentar aquí. No, no es este el caso, porque sencillamente mantener durante 21 años en una pequeña ciudad argentina de no más de no más de 13000 habitantes (2015), como lo es JUANA KOSLAY de la provincia de San Luis, un proyecto cultural de una extraordinara belleza, conciencia y magnitud, es sin duda un acontecimiento maravilloso. Un acontecimiento maravilloso, que al menos a mí, me enseña, me hace crecer interiormente y sobre todo alimenta mi fe y mi esperanza en la condición humana de que efectivamente otro mundo y otra sociedad son posibles a partir del metro cuadrado que pisamos.

Vaya desde aquí pues toda mi gratitud, mi reconocimiento y mi admiración por el este proyecto vivo y esperanzado que tanto me ayuda a creer y a tener fe en el ser humano. Y vaya desde aquí también toda mi admiración a su artífice e iniciador, Luis Reynaldo Vilchez, al que desde aquí le envío el más fraternal y agradecido de mis abrazos. Adelante siempre compañero !!!

Galería de vídeos

Testimonios de integrantes de la Revista Cultural Latinoamericana (Guturalmente Hablando) “El Viento”. Juana Koslay, San Luis, Argentina. XXI años con la cultura en la calle y con la gente.

EL VIENTO

Línea separadora decorativa de KRISIS

One thought on “EL VIENTO: 21 años al servicio de la poesía y la cultura popular argentina y mundial

  1. Me da muchísima alegría encontrar este Homenaje dedicado a una expresión cultural que ya ha hecho historia en nuestra Provincia de San Luis. Poniéndose a disposición de la cultura popular ha posibilitado y lo sigue haciendo, muchas manifestaciones que respiran con la gente del pueblo en todos los rincones de nuestra tierra y también de otras tierras lejanas que se unen en idénticos ideales de hermandad.

Me encantaría que hicieras un comentario. Muchas gracias.