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Por Leandro Sequeiros San Román
Los geólogos, los paleobiólogos, los astrofísicos, los geofísicos y los que estudian la dimensión histórica de los procesos que acontecen en el Universo a lo largo de los miles de millones de años saben que no vivimos en un mundo estable.
La realidad física no es un todo ordenado de procesos. La palabra “cosmos” acuñada por los filósofos griegos significa el “orden” aparente de los procesos de la realidad.
Pero eso no es así.

El universo, el Sistema Solar, el sistema Tierra, no son sistemas en equilibrio, por eso están “vivos” en el sentido biológico. Los llamamos sistemas “lejos del equilibrio”, incluso sistemas “caóticos” (aunque no en el sentido de completo desorden).
Y queremos que se mantengan lejos del equilibrio. Esto es algo que a mis alumnos les cuesta mucho entender, cuando intento explicarles el concepto de entropía y por qué el metabolismo es justamente como es (no, entropía no es desorden…) y ello es porque no se les explican los conceptos en ningún momento. Solo vienen con dos ideas: “equilibrio” o “irreversibilidad”
Un sistema lejos del equilibrio está en constante movimiento, evoluciona. Un sistema en equilibrio no puede. Incluso algunos físicos, como Prigogine, cuestionaban la existencia del tiempo cuando hay equilibrio.
Un sistema como la Tierra responde a los cambios entrando en diferentes rutas evolutivas, y se suceden periodos con dinámicas que van desde los ciclos pseudoperiódicos (el sistema se mantiene cinéticamente estable) y periodos con fluctuaciones caóticas. Y esto está pasando en todo momento. Los humanos son parte del sistema Tierra, y todo está englobado en un todo.
No somos una perturbación que viene del exterior del sistema, sino que somos parte de la propia evolución del planeta. No hay que “salvar el planeta”, no hace falta. Para el “planeta” no es ni buena ni mala la actividad humana, simplemente forma parte del proceso natural por el cual un sistema lejos del equilibrio tiende a maximizar la producción de entropía.
El problema es que las sociedades humanas no llevan bien los cambios, pero es que las sociedades humanas son meras estructuras disipativas temporales y están condenadas a desaparecer en cualquier caso. El dilema para las sociedades humanas es cómo conseguir un balance que permita mantener la estructura de nuestros sistemas, manteniendo el balance radiactivo del planeta.
Estos conceptos son difíciles, pero evitándolos y simplificando todo hablando de “equilibrios” conseguimos que el público no entienda nada. Nuestro objetivo es tratar de mantenernos lo más “lejos del equilibrio” posible.
Por eso conceptos como la descarbonización, planteada como “si la concentración actual de CO2 es 400ppm, vamos a bajarla a 300ppm para volver al equilibrio” es totalmente absurda. Un sistema lejos del equilibrio solo tiene camino hacia adelante, no hacia atrás, y va tomando diversas “rutas”.
Reducir el CO2 no implica volver a la situación previa, sino que es otra fluctuación interna del sistema, que lo llevará por otra ruta, no necesariamente mejor o peor para nosotros.


LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN nació en Sevilla en 1942. Es jesuita, sacerdote, doctor en Ciencias Geológicas y Licenciado en Teología. Catedrático de Paleontología (en excedencia desde 1989). Ha sido profesor de Filosofía de la Naturaleza , de Filosofía de la Ciencia y de Antropología filosófica en la Facultad de Teología de Granada. Miembro de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Zaragoza. Asesor de la Cátedra Francisco Ayala de Ciencia, Tecnología y Religión de la Universidad Pontificia de Comillas. Presidente de la Asociación Interdisciplinar José Acosta (ASINJA).Es autor además, de numerosos libros y trabajos que se ofrecen gratuitamente en versión digital en BUBOK.En la actualidad reside en Granada continuando sus investigaciones y trabajos en torno a la interdisciplinaredad, el diálogo Ciencia y Fe y la transdisciplinariedad en la Universidad Loyola e intentando relanzar y promover la Asociación ASINJA que preside. Un nuevo destino después de haber trabajado solidariamente ofreciendo sus servicios de acompañamiento, cuidado y asesoramiento en la Residencia de personas mayores San Rafael de Dos Hermanas (Sevilla).
La persona de Leandro Sequeiros es un referente de testimonio evangélico, de excelencia académica, de honestidad y rigor intelectual de primer orden. Vaya desde aquí nuestro agradecimiento más sentido por honrar con sus colaboraciones este humilde sitio de KRISIS.