
Introducción
Hacer Memoria de aquellos amigos y compañeros o de las personas anónimas que nos han acompañado o que todavía afortunadamente están con nosotros compartiendo su experiencia y su sabiduría es algo esencial para rescatar los valores éticos que dan sentido y fundamento a nuestro vivir cotidiano.
El testimonio de sus vidas, su biografía y trayectoria, sus fortalezas y debilidades, sus éxitos y fracasos, es un conocimiento fundamental que nos sirve, tanto para comprender la complejidad de la naturaleza humana, como para llenarnos de energía y de esperanza para seguir y seguir sin descanso en la apuesta por un mundo mejor a partir del metro cuadrado que pisamos
Hoy traemos aquí, a mi gran amigo y camarada José Fernández Solís “EL RUBIO” que desgraciadamente se nos fue demasiado pronto de una forma trágica a primeros de septiembre de 2016. Para mí y creo que también para todas las personas que estuvieron cerca de él, EL RUBIO vivirá con nosotros para siempre, sencillamente porque forma parte de las personas más heroicas, insignes y comprometidas de nuestra ciudad de Camas (Sevilla). Un compromiso y una valentía, que no solo demostró en la clandestinidad de la Lucha por las Libertades Democráticas durante el franquismo, sino también en la apuesta permanente por crear lazos, vínculos y relaciones sociales basadas en el diálogo, la escucha atenta, el cariño, la sinceridad, la transparencia y la alegría de convivir y compartir sentimientos e ideales.
Para todas las personas que lo conocieron, El Rubio, además de ser un líder nato capaz de reconstruir mediante la sabiduría, su extraordinario sentido artístico de la vida y su humor, cualquier amenaza de desencuentro, podría ser calificado como el paradigma del luchador infatigable contra todo tipo de dificultades, obstáculos y resistencias, Fue realmente una persona “resiliente” porque supo aprender de muchas situaciones difíciles y dolorosas a las que se tuvo que enfrentar. Pero también fue una persona valiente en todos los sentidos, porque jamás huyó, o se acobardó ante situaciones de enorme dificultad para su vivir cotidiano. Fue por tanto un hombre de apuestas, que desde luego perdió en algunos casos, pero tuvo la capacidad de resituarse y de renacer siempre desde la normalidad de una vida sencilla y anónima que no aspiraba más que a ser fiel, leal y coherente con los grandes valores e ideales que desde muy joven aprendió en su familia y en la arriesgada lucha por la democracia. Estamos por tanto, ante una persona leal, animosa, estimulante y coherente con los valores que dieron sentido a su vida, pero siempre desde la sencillez, la humildad, cercanía, el agudo comentario crítico, la generosidad y la naturalidad. Y es que El Rubio siempre se presentó como el más sencillo y necesitado de los compañeros, sin embargo, su capacidad de resistencia, su sabiduría, su valentía, sus convicciones y su disposición permanente al cariño, la amistad y el compromiso, hacen de él una persona, un ciudadano de Camas y un militante social, sindical y político que merece sobradamente ser reconocido y recordado en todos los tiempos.
Apuntes biográficos
Vídeos en su Homenaje
