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Ser de Camas: Memoria, Libertad y Cultura Democrática
Por Juan Miguel Batalloso Navas
José Saramago
José Fernández Solís (“El Rubio”)
HHablar de Memoria, Libertad y Cultura Democrática en el momento presente y aquí en la mestiza y diversa ciudad de Camas, es antes que nada reconocer con gratitud que somos hijos de las generaciones que nos precedieron y que éstas, no sólo nos legaron cultura y formas de vida, sino sobre todo valores imperecederos que hay que mantener y desarrollar.
Los seres humanos somos sin duda seres de memoria. Sin memoria no podemos aprender. Sin memoria no podemos corregir nuestros errores. Sin memoria, en suma, no podemos avanzar, desarrollarnos y progresar personal y colectivamente. Es necesario pues hacer memoria para rescatar la verdad, porque solamente la verdad nos hace libres. Pero además es necesario hacer memoria también para agradecer, porque el agradecimiento es en realidad un acto de reconocimiento y de bondad que sienta las bases de la reparación y abre las puertas a la justicia.
Hacer memoria es entonces reconocer y agradecer sabiendo que los humanos recordamos y aprendemos a partir de las experiencias del corazón, a partir del cariño, los afectos, la amistad, el amor y los buenos sentimientos. Y es esta cualidad afectiva y social, la que nos permite afrontar el difícil trago de las frustraciones, del dolor o del sufrimiento, siendo capaces misteriosamente, de convertir las dificultades en posibilidades.
El odio, el rencor, el resentimiento o cualquier recuerdo basado en la revancha, la venganza y la violencia, solamente puede conducirnos a nuestra propia destrucción. Los pueblos que con los cambios de regímenes y sistemas políticos permanecen instalados en el rencor y en la venganza, abandonan consciente o inconscientemente la meta principal que se persigue cuando intentan transformar la sociedad y mejorar sus condiciones de vida. El establecimiento de la soberanía popular, así como la consolidación y el avance de un Sistema Político basado en la Libertad, la Justicia Social y los Derechos Humanos Universales, nunca puede, ni podrá hacerse sin el concurso de la magnanimidad, la generosidad, la ecuanimidad y la misericordia. Por eso, nos corresponde a nosotros, ciudadanos y ciudadanas de diferentes generaciones de españoles, hacer todo lo posible por reconocer nuestras heridas, pero no para hurgar en ellas utilizándolas, patrimonializándolas o usándolas como un arma arrojadiza contra el adversario político, sino por el contrario para cauterizarlas, cerrarlas y cicatrizarlas definitivamente mediante el reconocimiento de la verdad, la práctica de la justicia, la dignificación de las víctimas y la reparación de lo que podamos reparar. Este es el único camino que nos puede conducir a una auténtica y coherente reconciliación.
Esta es la razón fundamental que refuta el extendido pensamiento erróneo de los que creen que hacer memoria es remover viejas heridas que deben ser ocultadas para garantizar la paz o la concordia. Ni la paz, ni tampoco la concordia, pueden ser el fruto del silencio, el ocultamiento, el miedo, la mentira, la injusticia y el olvido. La paz no es un valor pasivo, acomodaticio y alejado de nuestra vida cotidiana. Por el contrario, la paz es un valor activo que no teme al conflicto, sino que lo afronta como algo natural de la condición humana y por tanto no es un ideal abstracto y lejano, sino concreto y cercano que se construye en cada instante y que emerge siempre como consecuencia del reconocimiento de la verdad y del ejercicio de la justicia. Por eso, en estos tiempos de paz, de democracia y de libertad, recordar a nuestras familias, a nuestros amigos y a todas aquellas personas que dieron su vida defendiendo unos valores que son los que nos permiten hoy tener una Constitución basada en el respeto a los Derechos Humanos y en la soberanía popular, no solamente es un acto de justicia y de restitución, sino también un solemne compromiso de reconciliación, de tolerancia, de convivencia y de paz.
Ha llegado pues el momento de que en Camas hagamos Memoria y reconozcamos con profundo agradecimiento y admiración a todas aquellas personas, que directa o indirectamente vinculadas a nuestra ciudad, hicieron posible con su esfuerzo y compromiso, que hoy podamos gozar de Libertad y seguir avanzando en la conquista y el desarrollo de los Derechos Humanos Universales. Como decía la Ley de Memoria Histórica de 26 de diciembre de 2007 1 Ref.La Ley 52/2007 por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura ha sido derogada recientemente por la actual Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática, de la que ya tendremos oportunidad de comentar en otro momento «Es la hora de que la democracia española y las generaciones vivas que hoy disfrutan de ella, honren y recuperen para siempre a todos los que directamente padecieron las injusticias y agravios producidos, por unos u otros motivos políticos o ideológicos o de creencias religiosas, en aquellos dolorosos períodos de nuestra historia. Desde luego, a quienes perdieron la vida. Con ellos, a sus familias. También a quienes perdieron su libertad, al padecer prisión, deportación, confiscación de sus bienes, trabajos forzosos o internamientos en campos de concentración dentro o fuera de nuestras fronteras. También, en fin, a quienes perdieron la patria al ser empujados a un largo, desgarrador y, en tantos casos, irreversible exilio. Y, por último, a quienes en distintos momentos lucharon por la defensa de los valores democráticos»
En este espíritu de reconocimiento y agradecimiento es necesario recordar no solamente quienes somos, sino también donde estamos y que significa esta ciudad de Camas para nosotros.
Camas siempre fue un cruce de caminos, un espacio geográfico y humano en el que desde la más remota antigüedad se han mezclado y dado cita las más diferentes culturas y pueblos. Su cercanía a Sevilla, al río Guadalquivir y los promontorios en los que comienza el Aljarafe, le han otorgado históricamente un lugar privilegiado en el que se han asentado poblaciones procedentes de los más diversos lugares.
Geográfica y sociológicamente, Camas siempre fue una ciudad diversa, heterogénea y multiforme. Históricamente, aquí han podido constatarse numerosas diferencias, desde la clásica distinción discriminadora centro-periferia que excluye y segrega a las clases populares a aquellos lugares peor dotados urbanísticamente, hasta la configuración de una identidad peculiar de cada uno de sus núcleos de población. En realidad la historia de Camas del siglo XX, es la historia de una exclusión y una discriminación, pero también la historia de una integración y de un compromiso permanente por la convivencia, la tolerancia, la justicia, el derecho, la democracia y la acogida, algo que comenzó a hacerse realmente efectivo a partir de 1979 con el primer Ayuntamiento Democrático presidido por Francisco Pinto Limón.
Camas es un territorio, que a pesar de su pequeñez, ya que solo posee una extensión de 11,65 Km2, posee hoy una alta densidad de población ya que cuenta con un total de 27.443 habitantes procedentes de los más diversos lugares, tanto de las poblaciones más cercanas, como de otras más alejadas. Fue en la segunda mitad del Siglo XX, especialmente a partir de la industrialización de los años sesenta y de los grandes movimientos migratorios del campo a la ciudad, cuando Camas triplicó su población, constituyéndose en una comunidad social con muchas posibilidades de empleo, tanto procedente de Sevilla, como de industrias de prestigio nacional e internacional. Sin embargo aquel mal llamado desarrollismo de los años sesenta, no vino acompañado de mejoras para la calidad de vida y el bienestar social de las clases trabajadoras y populares que residían en Camas, ya que éstas vivían prácticamente hacinadas en los barrios periféricos, incluso sin agua, sin alcantarillado y sin pavimentación.
No obstante, aquella época desde los años sesenta y setenta del pasado siglo, fue dando lugar poco a poco, a la creación de un espacio social muy diverso caracterizado tanto por una fuerte cultura obrera, como también por una honda raigambre de tradiciones y cultura popular. Un espacio social que se fue construyendo en común de forma muy diversa y no exenta de dificultades y conflictos, pero cuyo motor principal estuvo alimentado por la generosa y valiente lucha de sus ciudadanos y trabajadores. Camas se ha caracterizado siempre por una honda y fuerte conciencia social y política orientada hacia los valores democráticos, de lo que es prueba el hecho de que todos sus alcaldes han pertenecido siempre a organizaciones políticas que se sitúan en el espectro ideológico de la izquierda.
Sin duda, Camas es hoy una ciudad cosmopolita conocida comarcal, provincial, nacional e internacionalmente, gracias a su capacidad de acogida y hospitalidad, como también a su habilidad para reconvertirse en una ciudad que presta numerosos servicios de convivencia y encuentro. Camas es hoy una ciudad distinta a aquella que comenzó a transformarse allá por los primeros años de la década de los sesenta del pasado siglo, pero tal vez la clave de sus cambios, esté en esa integración de la diversidad y en esa apuesta permanente por la cultura democrática. Por eso, aquel Homenaje que se hizo en 2016 a los Luchadores y Luchadoras por la Libertad y los Derechos Humanos de nuestra ciudad, más que un recuerdo agradecido a personas anónimas y concretas que dieron lo mejor de sus vidas por construir una fábrica, unas condiciones laborales, un barrio y una ciudad mejores, fue sobre todo un Homenaje a todo el pueblo de Camas. Nadie en particular consiguió nada en solitario y sin los demás y desde luego ningún grupo en concreto, sino que fuimos todos, con nuestras semejanzas y diferencias, con nuestras convergencias y divergencias, con nuestras luces y nuestras sombras, con nuestros aciertos y nuestros errores. Fueron todas las mujeres y hombres de Camas los que hicieron posible que hoy podamos encontrarnos y seguir apostando por un presente y un futuro más pleno de dignidad y de justicia. Por esta razón, necesitamos ir más allá del mero recuerdo del pasado para reconocer también que solamente en la juventud está la esperanza de continuar el desarrollo de la Libertad y los Derechos Humanos Universales y al igual que entonces fueron los jóvenes de Camas los que apostaron por una Camas, una España y un mundo nuevos, tendrán que ser también los jóvenes de la Camas de hoy, los que recojan la bandera de la Libertad, la Democracia, la Justicia y la Solidaridad.
Muchas gracias por haber llegado hasta aquí. Te agradecería mucho que hagas algún comentario crítico y enriquecedor de estas reflexiones personales.
Juan Miguel Batalloso Navas, es Maestro de Educación Primaria y Orientador Escolar jubilado, además de doctor en Ciencias de la Educación por la Universidad de Sevilla, -España–.
Ha ejercido la profesión docente durante 30 años, desarrollando funciones como maestro de escuela, director escolar, orientador de Secundaria y formador de profesores.
Ha impartido numerosos cursos de Formación del Profesorado, así como Conferencias en España, Brasil, México, Perú, Chile y Portugal. También ha publicado diversos libros y artículos sobre temas educativos.
Localmente, participa y trabaja en la Asociación “Memoria, Libertad y Cultura Democrática” En la actualidad, casi todo su tiempo libre lo dedica a la lectura, escritura y administración del sitio KRISIS. Su curriculum completo lo puedes ver AQUÍ.
Referencia
¡Qué bonito homenaje a las gentes de Camas, querido compañero y amigo Juan Miguel!. Le memoria debe siempre estar llena de agradecimiento y a la vez de perdón, para cimentar una sociedad tolerante, justa, libre y compasiva.
Muchísimas gracias, querido. Un fuerte abrazo.
Siempre en la brecha de la política con Mayúsculas, aportando alimento a la inteligencia emocional, que ayuda a comprender la realidad compleja del día a día de una convivencia pacífica activa y una democracia que respete a todas las sensibilidades. Un abrazo muy muy agradecido a grande BATALLOSO