A CARMEN RUÍZ “In Memoriam”

A CARMEN RUÍZ, nuestra amiga y nuestra camarada. ¡Siempre!

Por José A. Córdoba y Juan M. Batalloso

Y se nos fue en silencio, como esos gorriones que sin rechistar duermen por la noche en mi limonero y al despertar encienden las esperanzas y alegrías que iluminan nuevamente mi viejo corazón. No, Carmen no era amiga de liturgias, ceremonias, funerales y pompas. Siempre lo dijo y así fue su despedida, como ella quiso y como ella era (¡qué duro es hablar en pasado!): discreta, sencilla, silenciosa y anónima. Sin embargo, sus silencios, siempre fueron sonoros para los que teníamos el privilegio de gozar de su amistad. (Lo siento Carmen. disculpa si me excedo, pero para mí tú estás aquí hoy siempre).

Me lo dice mi amigo y hermano de siempre José A. Córdoba con esa voz ronca y profunda que me recuerda a Leon Felipe cuando se preguntaba por qué habla tan alto el español:

u0022u003cemu003eEste tono levantado del español es un defecto, viejo ya, de raza. Viejo e incurable. Es una enfermedad crónica. u003cbru003eTenemos los españoles la garganta destemplada y en carne viva. Hablamos a grito herido y estamos desentonados para siempre, para siempre porque tres veces, tres veces, tres veces tuvimos que u003cstrongu003edesgañitarnosu003c/strongu003e en la historia hasta u003cstrongu003edesgarrarnosu003c/strongu003e la laringe. (…)u003cbru003eSin embargo, el español no habla alto. Ya lo he dicho. Lo volveré a repetir: el español habla desde el nivel exacto del Hombre, y el que piense que habla demasiado alto es porque escucha desde el fondo de un pozo.u0022u003cbru003eu003c/emu003e

Así pues comienzo con sus palabras pronunciadas “desde el nivel exacto del Hombre“

Un día tuve la suerte de que  las palabras me acorralaran y surgió esto, que intentó ser poesía. En estos tiempos que parecen tan sombríos he sentido en mí la humanidad de tanta gente valiosa, como todos vosotros y vosotras, la tristísima noticia anoche de que Carmen nos faltaba. Y cómo no, de ti, maestro. Una humilde contribución a lo que todos sabemos pero nos cuesta tanto expresar y aceptar: que palabras nuevas inventan y crean realidades nuevas. Un abrazo, amigo.

En agradecimiento a ALEJANDRA PIZARNIK por su poema CENIZAS.

Palabras, solo palabras

u003cspan style=u0022color:#5e0085u0022 class=u0022tadv-coloru0022u003ePalabras, sólo palabras.u003cbru003eDecimos palabras para que el mar suba por el ríou003cbru003ey separe el alma de los huesos,u003cbru003ecomo el conjuro de dos niños jugandou003cbru003een una estación de tren.u003cbru003e Decimos palabras con las que echar panu003cbru003ey corazones a las palomas, agradecidosu003cbru003een su presencia y su vuelo, mudosu003cbru003ecomo el primer fuego a orillas del asombrou003cbru003ey mudos como nuestros ojos, tan sencillos y abiertos.u003cbru003eDecimos palabras por el simple gusto de los árboles,u003cbru003epalabras para cuando el viento furioso en la carau003cbru003ey palabras también para la portada de nuestro libro de viajes.u003cbru003e Palabras desesperadas en el vano intento de recordaru003cbru003elas primeras cancionesu003cbru003ey los antiguos juramentos;u003cbru003ey cuántas palabras más para olvidar el instante que aúnau003cbru003eel silencio espeso de sus cañonesu003cbru003ey de nuestros muertos.u003cbru003ePalabras, palabras como ruido de los vivos.u003c/spanu003e

José A. Córdoba. Marzo, 2015.

En agradecimiento a GUSTAVO PEREIRA, tras la lectura de su poema
“POR LOS NUESTROS. “.

Por nosotros

u003cspan style=u0022color:#5e0085u0022 class=u0022tadv-coloru0022u003ePor nosotros, los que siempre nos encontramosu003cbru003een el trazo esquivo y dulce de cualquier horizonte;u003cbru003epor nosotros y el fuego como barricada contra el desaliento.u003cbru003eNosotros como chamán en sacrificiou003cbru003epor el espíritu de todos los nombres; nosotrosu003cbru003eque miramos de frente cuando acecha el doloru003cbru003ey recogemos como un trofeou003cbru003eel fruto de tanta desolación.u003cbru003eNosotros que brindamos por los que quedanu003cbru003ey por los que desaparecieronu003cbru003ey por los que fueron desaparecidos también brindamosu003cbru003ey guardamos un silencio de rabia y de siglos.u003cbru003eSomos nosotros, los que aborrecemos leyesu003cbru003eque prohíben jugar en la calle;u003cbru003elos mismos que oyeron susurrar a sus abuelasu003cbru003evirgen santa dale a los pobres amparou003cbru003ey protégelos de este frío.u003cbru003eCuando sólo nosotros quedemosu003cbru003enos reconoceremos en las raíces de los árbolesu003cbru003eo en la carta de amor del soldadou003cbru003eque sabe su última noche.u003cbru003eNosotros ese día estaremos de pie,u003cbru003econ los ojos abiertos, muy abiertos,u003cbru003eesperando entrar con la luz primerau003cbru003een lo que quede de paraíso.u003c/spanu003e

José A. Córdoba. Marzo, 2015.

Siempre Carmen, siempre

Siempre Carmen, amiga y luchadorau003cbru003ecuidadora discreta y bondadosau003cbru003eobrera con conciencia y amorosau003cbru003econ los pies en la tierra y soñadora.u003cbru003eTu sonrisa de ayer conmovedorau003cbru003ete ha convertido hoy en una diosau003cbru003eque ha trascendido la herida azarosau003cbru003een faro de mujer trabajadora.u003cbru003eLa luz que has irradiado humildementeu003cbru003eaunque me inunde un mar de desconsuelou003cbru003eme ayuda a caminar en el presente.u003cbru003eResistencia y valor sencillamenteu003cbru003eacompañando a todos desde el suelou003cbru003esin cuentos, ni ruidos en tu mente.

Juan M. Batalloso. 23.03.2022

Siempre Jaime, siempre

Siempre Jaime hermano y camaradau003cbru003eespacio de dolor y nuevo retou003cbru003econ pena honda de corazón repletou003cbru003econ jirones y esquirlas por jornada.u003cbru003eEterno luchador en llamaradau003cbru003een el digno combate de respetou003cbru003eque resiste el embate por completou003cbru003econ apuesta valiente improvisada.u003cbru003eEjemplar siempre fue tu fortalezau003cbru003eindomable rebelde por la causau003cbru003ede Igualdad y justicia con nobleza.u003cbru003eDe gran amor es tu naturalezau003cbru003eno hay derrota que te imponga una pausau003cbru003ees tu perenne lucha en la tristeza.u003cbru003e———————u003cbru003eTu triunfo siempre fue el de tus derrotasu003cbru003ey el amor que aprendiste en tantas luchasu003cbru003eque Carmen alimenta con su escuchau003cbru003emás allá de quimeras y de notas.u003cbru003eJaime admirado y queridou003cbru003eNo estés solo, estoy contigou003cbru003eAquí, ahora, después y mañanau003cbru003eA tu servicio estoy querido amigo.

Juan M. Batalloso. 23.03.2022