Esperanza

Cualquier ser humano que sienta el pálpito del milagro y el misterio profundo de que la vida, su vida y la existencia real de su presencia en el mundo es siempre un regalo sorprendente, aunque se presente con apariencias de rutina o tragedia, sabe de sobra, que la esperanza no es una palabra para consolarnos de nuestros infortunios y miserias.

Por el contrario, la esperanza es algo muchísimo más profundo que forma parte, desde el mismo instante del nacimiento, de nuestra naturaleza como seres vivos sintientes, pensantes, actuantes y amantes. La esperanza no es espera confiada e ingenua, como tampoco una abstención pasiva ante la incertidumbre y complejidad de lo real que nos induce a la conformidad ante un presente que creemos va a mejorar con el simple paso del tiempo..

La esperanza es en realidad como una especie de motor interno que todos los seres humanos poseemos y que, si no nos impulsa a rodar, a caminar y a luchar con ilusión, entusiasmo y firmeza por conseguir nuestros sueños, o si no es capaz de producir en nosotros conductas de apuesta y de gozo, contemplativo ética y, estético, no es más que uno más de esos vagones que aparcados en las vías muertas de viejas estaciones se pudren esperando a una locomotora que nunca llegará. Por eso la esperanza hay que trabajarla desde los primeros años de nuestra infancia, trabajo en el que madre, padre y toda la familia del recién nacido tienen un papel y una responsabilidad trascendental, así como todas las profesoras y profesores que acompañarán al niño o a la niña en su devenir formativo y educativo.

Ayudar pues a que nuestros hijos, nietos y alumnos descubran el manantial de posibilidades, oportunidades y proyectos que llevan en su interior, siendo capaces de tolerar frustraciones, mediatizar deseos, afrontar retos y hacer apuestas, se constituye en una de las finalidades estratégicas y permanentes de toda educación. Y esto es así sencillamente porque “somos seres de proyecto y en proyecto“, es decir, seres destinados a construirnos, hacernos y madurar  sin tener miedo al ejercicio de la libertad, porque es precisamente nuestra capacidad de tomar decisiones la que en definitiva va a permitir que descubramos y alimentemos ese motor interno de la esperanza.

Pero además, la esperanza es también mucho más que una categoría ontológica de nuestra condición humana. Lo dijo el universal escritor argentino y Premio Miguel de Cervantes 1985, Ernesto Sabato, cuando en Sevilla, en la Feria del Libro de 2002 declaró: «Cuando lo real es la destrucción y el caos, el arte debe ayudar a la construcción de una nueva fe, de una débil pero genuina esperanza. Es tal el materialismo imperante en nuestros días que, por lo general, cuando se habla de libros, los políticos y economistas que tienen , en sus manos el destino de las naciones suelen desestimar el peso estricto que la cultura posee para la vida real de una nación» Y lo dijo también, refiriéndose a la esperanza de la juventud, nuestro universal, comprometido y heroico poeta Miguel Hernández cuando nos señaló que «Sangre que no se desborda, juventud  que no se atreve, ni es sangre, ni es juventud, ni reluce, ni florece. Cuerpos que nacen vencidos, vencidos y grises mueren. Vienen con la edad de un siglo y son viejos cuando vienen»

Indudablemente, la persona que no sea capaz de encontrar cada día de su vida  un motivo de esperanza y agradecimiento, aunque sea muy pequeño, debe hacérselo mirar, porque corre el riesgo de convertirse en uno de esos vagones que se pudren en vías muertas.

¿Y a que viene todo esta breve reflexión sobre la esperanza? Pues sencillamente a que el pasado jueves, 13 de diciembre de 2018, tuve la fortuna de sentir una vez más que la esperanza es algo real en mí y que nunca, como decía mi hermano, amigo y camarada Lorenzo Rastrero, jamás me la podrán arrebatar por muchos que sean los nubarrones personales o el escaso apoyo virtual, electoral o ciudadano que mis opiniones o mis posiciones políticas obtengan.

Efectivamente, el pasado día 13 descubrí otra vez con inmensa satisfacción, que una nueva juventud de Camas está naciendo para construir una ciudad desde la autonomía, la creatividad, la responsabilidad y la solidaridad, al mismo tiempo que produce hermosas obras y realizaciones en Ciencias Físico-Naturales y en Ciencias Humanas. Una juventud que se ha formado en los centros escolares de Camas y que ha tenido la oportunidad y la decisión de aprovechar el extraordinario caudal cultural y educativo que se viene ofreciendo desde hace casi 40 años en la Biblioteca Pública de nuestra ciudad. Y todo ello, gracias a un profesorado sensible, vocacional y comprometido con valores éticos y estéticos universales, pero también a la  labor anónima, desapercibida y escasamente reconocida, de las excelentes profesionales que trabajan día a día en la Biblioteca Pública Municipal “Rafael Alberti” bajo la batuta de nuestro generoso, creativo e innovador Bibliotecario Municipal Cristóbal Guerrero.

Está claro pues, que cuando la familia, la escuela y los servicios educativos y culturales del municipio se confabulan para promover el amor por el conocimiento, el arte, la lectura y cualquier forma de cultura, los resultados aunque no sean inmediatos y visibles, terminarán por sorprendernos cuando menos lo esperemos. Y este es el caso de la joven escritora de 16 años Rocío Angulo Dorado, que el pasado jueves 13 presentó su primer libro titulado “Nom Omnis Moriar” (“No moriré del todo“).

En las propias palabras de nuestra joven autora «Esto no es una historia en sí. Es un conjunto de historias que he vivido a lo largo de mi corta vida y que, como a cualquier otro ser humano, me han hecho llorar, me han hecho reír, me han hecho soñar, pero sobre todo me han hecho sentir. Algunas historias, ficticias. Otras, tan reales como la vida misma. Inefable, este libro marca un antes y después en mi vida y aligera el peso de piedras que llevo cargando desde que empecé el sendero. Mágicas historias que surgen desde lo más profundo de mi ser. Cada palabra, escrita por y para la eternidad. Que disfrutes, que rías, que llores, que te enamores, que te enfades, que te sorprendas, que te quejes, que pienses y que sientas como yo lo he hecho en cada letra. Atrévete a ser. Bienvenido a mi mundo

Aunque no puedo aquí reseñar todo lo que me gustaría, puedo decir sin ningún genero de dudas que se trata de un libro inmenso, no por sus 233 páginas, sino por su implícita y explícita intención de abarcar todas y cada una de las preocupaciones de la condición humana actual. En este sentido y mediante la exploración de los más diversos sentimientos y sensibilidades obtenidas tanto la exploración externa de la realidad social y cultural, como de la realidad interna de la autora, el libro apunta hacia la construcción de una especie de teoría omnicomprensiva del ser humano, al mismo tiempo que hacia la transformación desde el amor y desde el compromiso de la sociedad y el momento histórico que nos ha tocado vivir. En este punto, a mí particularmente me recuerda a Ken Wilber y su conocida obra “Espiritualidad integral“, pero también y desde el punto de vista del estilo y la prosa poética que se manifiesta en toda su extensión, me recuerda al extraordinario explorador brasileño del alma humana que fue Rubem Alves, el que con un estilo extraordinariamente sencillo y emocionante, nos enseñó que es lo que realmente vale la pena ser aprendido en nuestro camino existencial.  

Como viejo lector que soy, esta obra es en sí misma radical y absolutamente extraordinaria en todos los ámbitos y aspectos que a mí particularmente me han interesado siempre.

Extraordinaria, porque es un hecho único, que una joven mujer de tan solo 16 años sea capaz de condensar en la no menos sorprendente cantidad de 233 páginas, todo un tratado psicológico, social, político, cultural, literario y espiritual, los temas centrales de la existencia humana, porque realmente, lo que Rocío Angulo Dorado nos muestra, es que todas las preocupaciones humanas parten y llegan al mismo lugar, que no es otro que nuestro propio corazón.

Extraordinaria, porque rompe con todos los esquemas de la tradición y de las formalidades del escribir, explorando y expresándose en los más diversos estilos, que van desde sencillos relatos, pasando por la prosa poética y aterrizando tanto en la “poesía necesaria como el pan de cada día” de nuestro inmortal Gabriel Celaya, como en el lenguaje en código abierto de los aforismos que nos recuerdan tanto a Baltasar Gracián como a Schopenhauer.

Y extraordinaria finalmente, porque en su conjunto se trata de una obra de carácter transdisciplinar, que está escrita desde el rigor, la apertura, la flexibilidad y la tolerancia, abarcando, mezclando y conjugando los más diversos temas relativos a las preocupaciones humanas más universales, que no son otras que las del corazón y el amor, ya que únicamente por esa senda, podremos liberarnos de nuestras podredumbres y miserias externas e internas.

Creo pues con firme convicción que la ciudad entera de Camas debe de felicitarse por haber posibilitado la emergencia del talento extraordinario de esta joven mujer estudiante de 1º de Bachillerato, que tan magistralmente ha sabido expresar lo más esencial y trascendente de nuestra condición humana. Por eso me atrevo a recomendar a los responsables municipales de la Cultura, la Educación y la Juventud en nuestra ciudad, que hagan todo lo que esté en su mano para que esta obra pueda ser leída por todos los ciudadanos y pueda ser difundida por todos los canales nacionales e internacionales.

Muchísimas gracias Rocío, sigue, sigue, no pares !!!

2 thoughts on “Esperanza

  1. Una excelente descripción de la esperanza como ” una especie de motor interno que todos los seres humanos poseemos y que nos impulsa a rodar, a caminar y a luchar con ilusión, entusiasmo y firmeza por conseguir nuestros sueños”. Claro que no todos los sueños los podremos conseguir, pero si nos dejamos conducir por la esperanza llegaremos a conseguir algunos, y otros solo solo en parte. Un saludo.

  2. Interesante reflexión si no la planteamos en oposición, y aceptamos que todo es Vida. El abanico de posibilidades es infinito.
    Gracias por tu poema

Me encantaría que hicieras un comentario. Muchas gracias.