70 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos

Una vez leí en el extraordinario libro del filósofo, ensayista y novelista francés Pascal Bruckner titulado “La tentación de la inocencia“, que las dos grandes enfermedades de la civilización occidental eran el victimismo y la infantilización. Victimismo consistente en considerar que todo el mundo mundial (Sistema económico y social, Estado, Gobierno, Partidos, Sindicatos, Educación, el Ayuntamiento, mis padres…) excepto uno mismo, es el responsable de todos los males, daños y sufrimientos que me aquejan o duelen como individuo (“la culpa es de los otros“). Infantilización como una especie de fijación oral que tiende permanentemente a “chupar de la teta” u obtener de los demás, de inmediato y sin demora todo aquello que deseamos o consideramos como una necesidad sin la cual nuestra vida carecería de sentido o aliciente.

Así, tanto la victimización como el infantilismo, se fundan en lo que ya Erich Fromm nos anunciara como la gran confusión del carácter social de nuestro tiempo: la del tener con el ser o la de valorar a las personas por lo que tienen y no por lo que realmente son, algo que nos explicó y detalló en su magistral obra “Del tener al ser“. y ambas actitudes que sin duda forman parte del carácter social capitalista, mercantil, acumulativo y consumista de nuestra civilización, dan lugar a mi juicio a una perniciosa creencia, apuntada también por Bruckner: la firme convicción, de que todos los seres occidente o de las sociedades enriquecidas,  de que realmente nacemos con los Derechos Humanos grabados en la frente y que es algo que no nos pueden arrebatar porque están instalados en nuestros genes y por tanto nada hay que hacer por mantenerlos o conquistarlos, dado que son una herencia completamente natural que nos es otorgada por nacimiento.

Evidentemente, la realidad de nuestra calle, nuestro barrio, nuestra ciudad o de cualquier país del mundo, nos muestra todo lo contrario. De aquí que la primera medida que considero necesaria y urgente para defender los Derechos Humanos Universales, es precisamente observar, verificar y constatar como estos Derechos siguen y siguen siendo vulnerados. Una tendencia que al parecer, sin por ello convertirme en un catastrofista,  va en aumento, especialmente si consideramos como ese nacional-populismo fascistoide se va extendiendo sin que hagamos nada por evitarlo.

Esto me lleva en este instante a hacer dos cosas. Primera, invitar a cualquier persona que pase por aquí a que asista mañana lunes, 10 de diciembre de 2018 a la Manifestación por la Defensa de los Derechos Humanos que celebraremos en Sevilla.

Y segunda, recordar un contundente texto de denuncia realizado hace ahora casi 20 años por el prestigioso y comprometido jesuita y teólogo José Ignacio González Faus, al que he tenido el privilegio de conocer y dialogar ampliamente con él,  que se titulaba “Declaración Universal de los Hechos Humanos“, que aunque puede verse en el enlace, no me resisto a colocar también aquí

(1948-1998, con profundo dolor)
(a José Saramago con profunda gratitud)

(Cada párrafo alude al de la Declaración de 1948 del mismo número]

Hecho1.- Todos los seres humanos no nacen libres, ni iguales en dignidad y derechos, pues no  están dotados de razón ni de conciencia para comportarse fraternalmente unos con otros.

Hecho3.-Todo individuo que pueda defenderse tiene derecho a la vida, a la libertad y ala seguridad de su persona. Los niños, fetos viables y tercermundistas que no pueden defenderse, carecen de esos derechos.

Hecho4.-Nadie económicamente solvente es sometido a esclavitud ni a servidumbre. Los niños, los parados y las mujeres sin otros medios caen fuera de esta consideración.

Hecho5.-Torturas y tratos crueles o degradantes son a veces muy útiles para la defensa de algunos derechos.

Hecho7.- No todos son iguales ante la ley. Pero aún lo son muchísimo menos cuando se trata de leyes internacionales.

Hecho9.-Nadie puede ser arbitrariamente detenido ni preso, salvo que tenga un apellido común y carezca de influencias.

Hecho11.-Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia, salvo que se trate de alguien del partido gobernante al que hay que derribar, o de un partido de oposición al que no conviene dejar subir.

Hecho12.- Lavida privada y familiar de los enemigos políticos, de las estrellas de los medios de comunicación y de aquellos que son noticia por un día, es objeto de todas las injerencias arbitrarias que pueden dar triunfo político, audiencia o dinero.

Hecho17.-Toda persona solvente tiene derecho a la propiedad. Los insolventes -por definición- carecen de ese derecho pues sólo podrían adquirirlo robando.

Hecho21.3.-La manipulación del pueblo es la base de la autoridad del poder público. Esa manipulación se lleva a cabo sustituyendo los argumentos por ironías o insultos en las confrontaciones políticas, sustituyendo los programas por fiestas y promesas absurdas en las épocas preelectorales y, en países menos desarrollados, comprando el voto del pueblo cuando haga falta.

Hecho22.-Sólo un 20% de la humanidad tiene derecho a la seguridad social y a la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.

Hecho23.- La “tasa natural de paro” impide decir que toda persona tiene derecho al trabajo. La gran reserva de parados impide la libre elección y las condiciones equitativas de trabajo. La protección contra el desempleo desvía fondos que son más necesarios para el crecimiento económico y, por eso, es mejor decir que vuelve holgazanes a los que la reciben..

Hecho24.-Dos tercios de la humanidad no tienen derecho al descanso, ni a disfrutar del tiempo libre, ni a una limitación razonable de la duración del trabajo, ni a unas vacaciones periódicas pagadas. Y mucho menos lo tienen si son niños.

Hecho25.1.-Sólo una minoría de la humanidad tiene un nivel de vida adecuado que le asegure salud, bienestar, vivienda y asistencia médica… a él y a su familia.

25.2.- Más de cien millones de niños carecen de cuidados y asistencias, no ya especiales sino elementales.

Hecho26.1.-Los niños que trabajen debido a la pobreza de sus padres no tendrán educación ni instrucción elemental. La instrucción técnica y profesional no es generalizada sino particularizada.

 26.2.– La educación tiene por objetola preparación de hombres-robot capaces de manejar las máquinas del momento, pero sin entrar en el rollo del respeto a los derechos humanos y a las libertades, ni de favorecer la comprensión entre los pueblos.

Hecho 27.- No toda persona tiene posibilidad de tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, ni a gozar de las artes.

Hecho28.-Los derechos y libertades proclamados en la Declaración de 1948 no podrán ser hechos efectivos por ningún orden social o internacional cuando eso no parezca bien a los grandes poderes financieros que sostienen al mundo, o a los dos otres países que tiene poder para manejar a las Naciones Unidas.

Hecho30.-Quienquiera que se oponga a estos hechos no puede tener derechos humanos puesto que su misma existencia es una amenaza contra el más “humano” de todos los derechos: el derecho a la riqueza desmesurada de unos pocos países y personas.

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