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AGRESIVIDAD y VIOLENCIA VERBAL
Por Juan Miguel Batalloso Navas
Además de las informaciones y comunicaciones que recibimos y establecemos a cada instante vía Internet, ya sea en nuestros smartphones o en nuestros ordenadores, están también las comunicaciones que establecemos “cara a cara” de forma presencial en reuniones, encuentros y eventos de diverso tipo. Comunicaciones en las que hay que poner en juego habilidades sociales, habilidades de expresión y comprensión oral, además de otras relativas a la creación de ambientes sociales pacíficos, armónicos, dialogantes y estimuladores de relaciones sociales de confianza mutua. Unas habilidades por cierto, a las que las instituciones formativas y educativas les prestan escasa atención.
En este contexto, las formas públicas dominantes de expresión oral, escucha y comunicación, por lo general presentan un carácter, si no violento, al menos agresivo, distorsionado y en muchos casos caracterizado por un lenguaje falaz, denigratorio, descalificatorio e incluso humillante. Nada más hay que observar el espectáculo de falta de respeto y de ausencia de cordialidad ya sea en programas de televisión o incluso en el Parlamento. De uno u otro modo y con mayor o menor intensidad todas las comunicaciones que establecemos con nuestros semejantes están dirigidas por un egocentrismo que muy a menudo no reconocemos: el imperioso deseo de “llevar razón” a toda costa y de salir vencedor en cualquier tipo de debate o discusión.
En la magistral tesis doctoral de la profesora María Ester Brenes Peña titulada “La agresividad verbal y sus mecanismos de expresión en el español actual” aplicada a las denominadas tertulias televisivas, se nos dice que el el objetivo de las mismas ya no es comentar con mayor o menor profundidad noticias, hechos o contenidos de interés. Y al igual sucede con los llamados debates, cuyo objetivo no es contrastar con rigor argumental determinados posicionamientos. Ambos formatos televisivos, forman parte de un nuevo macrogénero o espectáculo de confrontación en el que en un extremo se encuentra la pseudotertulia y en el otro el pseudobebate, cuya finalidad básica consiste en aumentar las audiencias a cualquier precio. Con este fin:
Unas estrategias, claro está, que se configuran como una comunicación netamente descortés y desprovista de unos criterios éticos y estéticos basados en el respeto, la cordialidad y la argumentación racional. En suma, estos programas sensacionalistas o también llamados “del corazón” que se repiten diariamente en todas las cadenas de televisión no solo promueven el morbo, el pensamiento reactivo, los chismes y las superficialidades, sino que además blanquean o legitiman diferentes expresiones y formas de agresión verbal.
Así pues, la agresión verbal, también llamada abuso verbal, es en realidad un tipo de violencia cuya finalidad consiste en hacer daño a otra persona con un mensaje o un discurso que oscila desde la descortesía hasta lo manifiestamente hiriente. Las manifestaciones de agresión y violencia verbal son siempre muy variadas ya se trate de acusaciones, insultos, amenazas, juicios, críticas degradantes, órdenes agresivas, gritos o palabras descalificantes. Pero lo que resulta más sorprendente es el hecho de que este tipo de manifestaciones están en gran medida normalizadas socialmente presentándose como aparentemente inocuas. Y esto sucede así, porque las personas que las normalizan y las consideran como algo natural son las que están acostumbradas a hablar de un modo agresivo. Una naturalización que realizan siempre alegando que ese estilo agresivo de hablar, o ese tono imperativo al comunicarse forma parte natural de su personalidad, su carácter o “manera de ser”. Algo que sus interlocutores por lo general asienten evitando así tensiones y conflictos, por lo que de algún modo legitiman y “blanquean” ese modo de comunicar o esa expresión o tono agresivo.
En consecuencia, la agresividad verbal, además de una forma de violencia psicológica, es también la forma más frecuente de el modo más común del maltrato emocional que es ell tipo de maltrato más silenciado y naturalizado social y culturalmente. No hay que olvidar que todas las sociedades, culturas y países tienen incorporados en sus idiomas, palabras que se utilizan para agredir a las personas que terminan incluso por naturalizarse como formando parte del lenguaje común y cotidiano.
La violencia verbal
La violencia verbal es sin duda alguna, una forma de maltrato que puede dejar tantas secuelas como los golpes e incluso ir más allá en las consecuencias psicológicas de quien la recibe. Una forma de maltrato reitero, que puede estar normalizada y aceptada socialmente y que para el individuo que la ejerce incluso es aceptada como su forma habitual de ser y expresarse. Hasta el propio tono, melodía o cadencia en el hablar o expresarse, puede contener agresividad en el sentido de provocar desagrado, incomodidad o repulsión en los demás que le escuchan. Esta es la razón por la que en numerosas ocasiones, tanto el agresor como el agredido no sean plenamente conscientes de la situación de violencia verbal manifestada.
¿Cuáles son entonces las formas de violencia verbal más comunes y qué características tienen? Pues tomando en consideración las aportaciones de diferentes sitios que he visitado 1 Ref.Violencia verbal: qué es, características, tipos, consecuencias, ejemplos (lifeder.com) ; ¿Qué es una agresión verbal? – Página web de islamofobia son las siguientes:
Características de la violencia verbal
- Se basa en la comunicación destructiva; una o las dos partes de una relación se involucran en una dinámica de agresiones y menosprecio a través de palabras y descalificaciones.
- Puede ser ejercida por cualquier persona, independientemente de su edad y su género; es común que quien recibe violencia verbal, también la ejerza con otra persona de su entorno cercano
- Suele normalizarse; el maltrato se llega a considerar algo común o que le sucede a todo el mundo, de tal modo que se minimizan las agresiones y se piensa que no son tan importantes como en realidad son.
- Puede ir acompañada de violencia física; en distintas ocasiones la violencia verbal va escalando hasta pasar a las agresiones físicas, generando un entorno de abuso muy peligroso. Por ello, es importante detenerla antes de que aumenta o se convierta en un ciclo tóxico.
- Es una forma de maltrato muy común; se presenta en todo tipo de entornos, clases sociales y culturas; en muchos casos se disimula o se cubre.
- El contexto la intensifica o la modifica; tanto el tono con el que se habla, como los gestos utilizados, las posturas y los momentos en que se utilizan ciertas palabras, puede incrementar la violencia verbal o volverla mucho más amenazante.
- Es igual de grave que el maltrato físico; aunque tienda a minimizarse o solaparse, la violencia verbal deja secuelas igual o más graves que el maltrato físico, y por este motivo nunca debe tolerarse ni normalizarse.
Tipos de violencia verbal
- Acusaciones y culpas. Él/ella te responsabiliza por todo lo malo que sucede. Tú siempre eres el culpable, el que se ha equivocado o el que ha tenido malas intenciones.
- Palabras degradantes. Puede ser una forma de violencia verbal bastante sutil e insidiosa. Te hace sentir de poco valor, aunque muchas veces pronuncie esas palabras con una sonrisa en la cara. Recuerda que todas las burlas y humillaciones son parte de la violencia verbal.
- Bloqueo del diálogo. Si no te habla, si rechaza todo tipo de comunicación cuando no está de humor o impide la resolución de conflictos mediante el diálogo, si te aísla y evita la charla, también es una forma de violencia verbal.
- Te juzga y te critica. Todo lo que haces está mal. Él/ella señala todos tus defectos y aunque dice que es para ayudarte, en realidad te está descalificando.
- Trivializar. Le resta importancia a tus opiniones sobre todos los temas. Toma algo que has dicho o hecho y lo convierte en insignificante. Si lo hace con honestidad y franqueza, este tipo de maltrato puede ser difícil de detectar. Cuando él/ella toma esta actitud, te puedes sentir confundido y tal vez creas que no le has explicado bien tu opinión.
- “Cosificación”. Te trata como si fueras una cosa. Si te dice frases como “quítate de ahí” o “muévete”.
- Gritos e insultos. Al principio puede ser en privado, pero con el tiempo, es probable que comience a gritarte o insultarte en público. Tal vez diga cosas tales como “qué tonta/o eres” o “déjalo, yo puedo hacerlo mejor”, o tal vez cosas peores
Muchas gracias por haber llegado hasta aquí y si es de tu interés, difunde por favor.
Juan Miguel Batalloso Navas
Camas (Sevilla), lunes 10 de abril de 2023.

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Referencia
Has hecho un buen trabajo y muy completo sobre la violencia verbal. Resulta muy difícil eliminarla por su normalización; ya sea en los medios, en la relación entre las parejas, en el trato de los padres que dan a sus hijos o el que dan los maestros a sus alumnos De todos modos, creo que en la medida que podamos debemos hacer lo posible para mentalizar a la sociedad que esa violencia produce mucho daño , sobre todo en los niños y adolescentes que están en proceso de desarrollar su autoestima. Pongo algunos ejemplos: “Eres un vago/a” , “No sabes hacer nada por ti mismo”, ” Eres un/a ignorante” ….. Mejor sería utilizar términos que alegran los oídos de los demás como :” Has hecho un buen trabajo”, “Ha valido la pena tu esfuerzo para conseguir lo que te habías propuesto”, ” Me ha gusta lo que me has explicado”… y un sinfín de expresiones que nos hacen sentir bien a nosotros mismos y a los demás .