LA NAVIDAD (y 5)

Por Jerónimo Sánchez Blanco

¿Es actual el Mensaje de Navidad? 

Dar una respuesta a esta pregunta, requiere   varias consideraciones  previas:

a).- En primer lugar   vivimos  en una  sociedad donde conviven  culturas  muy diversas, con  un pluralismo de  creencias, ideologías y tradiciones  históricas; en un mundo  a escala planetaria,  globalizado, en el que el progreso  científico y  los cambios  tecnológicos están influyendo  decisivamente  en la educación  de los ciudadanos y en los medios de comunicación. Todo ello, está conduciendo  a una  sociedad secularizada de modo  creciente, en la que  el lenguaje  religioso ha de adaptarse a las nuevas realidades, como ya  anunciara  el Concilio Vaticano II.

b).-  Es necesario y  urgente,   actualizar  las formas  del lenguaje religioso  de la Navidad, resaltando  la belleza  literaria  de los textos y  su  adecuación  a los tiempos actuales y un  lenguaje   más comprensible  para que lo puedan entender  las distintas  culturas que forman parte de la  sociedad  mundial.  Esta  adecuación,  no  significa  homogeneizar el lenguaje por igual a todas las culturas, lo que  requiere un esfuerzo   considerable   en el proceso de inculturación, sin perder  el horizonte  de la universalidad del mensaje  navideño.

c).- Dada la extraordinaria   presencia del pluralismo  en la sociedad, por los factores  antes indicados, que  condicionan  la globalización  cultural, el lenguaje  ha  de tener presente  los niveles  educativos y actitudes frente  al hecho religioso, según sea para fortalecer a los   creyentes, persuadir a los receptivos, y ofrecer testimonio y respeto  a los agnósticos e indiferentes. Para ello,  es necesario  delimitar  los contenidos esenciales  de la Navidad, de las formas  literarias  de su  narración, que puedan  suscitar   la confusión  y  el rechazo  del núcleo central del mensaje.

¿Cuál es el Mensaje fundamental de la Navidad?

a).- El nacimiento de  Jesús, fue un acontecimiento  que  sucedió  en un momento  concreto, que recordamos todos los años,  por el que  el Hijo de Dios entró a formar parte de la historia de la Humanidad,  y se hizo  carne y espíritu;  que conoció la fragilidad  humana: el gozo y la  alegría, la soledad, el hambre, el dolor  y la muerte,  como cualquier ser humano.

b).- Compartió  su vida   con los que sufrían,  los pobres y los marginados de la sociedad  y se rodeó  de gente de  diversa condición, ya fuesen  hipócritas o virtuosos  que asistían a la Sinagoga y cumplían las leyes de Moisés, o pecadores, publicanos, adúlteros y prostitutas, que no la frecuentaban, ofreciendo  a todos  la misericordia  y el perdón.

c).- Sanó las heridas del cuerpo y del espíritu, devolviendo la vista a los ciegos, curando los cuerpos  deformes de los leprosos, restableciendo la movilidad a los inválidos, la paz  a los espíritus , y enjugó  las  lágrimas  de las madres  y familiares, devolviendo    la vida a  sus seres queridos. Dio testimonio de  autenticidad, de  amor, de fraternidad y compromiso, a través de su vida  y sus palabras, especialmente con los  más humildes  y débiles anunciando el  Reino de Dios  y la salvación.   

d).-  Sin embargo,  la Navidad  no es sólo  un relato del pasado, con mayor o menor  rigor histórico, envuelto en bellas  imágenes poéticas o  míticas, que  aconteció en Judea y Galilea. Es  algo  mucho más. La Navidad  vino para quedarse  en nuestra sociedad y  en nuestras vida personal y familiar, que adolecen de  graves  carencias y lejos del  espíritu  que Jesús proclamó  al  anunciar  a los discípulos de Juan el Bautista, los signos de la llegada del Reino de Dios: Los ciegos ven, los inválidos andan, los leprosos  quedan limpios, los sordos  oyen, los muertos  resucitan y los pobres son evangelizados. Un horizonte  lleno  de  esperanza, ilusión  y compromiso para cristianos y  para todos los hombres de buena voluntad.


Jerónimo Sánchez Blanco, es Doctor en Derecho, Licenciado en Ciencias Políticas y Ex Diputado Constituyente.
Vaya desde aquí nuestro más sentido agradecimiento por honrarnos con sus colaboraciones.

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