Carta a los Reyes Magos

Por Concepción Ojeda Córcoles

Queridos Reyes Magos:
Hace muchísimo os envié una carta. Ni recuerdo cuando fue, pues siempre ocurre lo mismo cuando la ilusión te abandona y comes de los alimentos “contaminados”, entras en un sopor pesado, en un sueño que te aleja de la realidad, como el relato de la historia de la Perla. Al final continúas viviendo sin saber quién eres.
Después de un sueño reparador, recordé una noche igual a la de hoy, en el patio de mi casa natal que a través del techo de cristal, cruzasteis veloces por la azotea. Sólo llegué a ver un manto rojo y oro, pero se que estuvisteis realmente allí.
Yo hoy no añoro una noche de espera, con mi corazón latiendo desesperada entre la esperanza de la noche y la ilusión concretizada al despertar. Ni siquiera ver los regalos envueltos en papel de colores y bellos lazos en un rincón de la habitación. Hoy mis queridos Magos, tras dibujar durante tantos años en los cristales; árboles, estrellas y casas se han desdibujado de mi vida, empañadas por el frío externo. Aunque mi corazón sigue latiendo, esperando un milagro esta noche y sintiendo de nuevo que la ilusión me acompaña suave, acariciante y tentadora.
Yo no quiero que me traigáis nada queridos Magos pues este año al final he comprendido que no hay juguetes para todos, que siempre acaban arrinconados, desechados, que no podéis abarcar en una noche, tantos y tantos billones de pedidos y que no dejan de ser ilusiones efímeras las que os veis obligados a traer. Yo os propongo un regalo universal–generoso y único–
Se que no sois Magos, sino más: Sabios, astrónomos e ilustrados que seguíais las señales.
Si pasáis esta noche por nuestra amada madre Tierra, no os preocupéis ver tanta oscuridad a pesar de estar tan iluminada por luces artificiales; ya me entendéis. Hay demasiado dolor y luto, se han ido muchos ancianos solos, mucho desasosiego, caos e improvisación. Si veis abatimiento es porque el futuro se encuentra incierto, o tal vez la palabra se ha despojado del contenido. El mejor regalo que podéis hacernos es el de barrer el miedo del mundo y de los corazones de los seres humanos.
Puede que así volvamos a ser más compasivos y más humanos. Espero ese amanecer.

CONCEPCIÓN OJEDA CÓRCOLES estudió Historia y Filosofía en la Universidad de Sevilla. Siempre fue y sigue siendo una lectora incansable y una observadora permanente del mundo interior de los seres humanos a través de las más diversas búsquedas de autoconocimiento y del análisis de la realidad social y los vínculos que unen a las personas.
Ha explorado e investigado en las más diversas corrientes espirituales de Oriente y Occidente buscando siempre apasionadamente conocimiento y sabiduría. Durante más de veinte años ha estudiado la filosofía china, profundizando en los más diversos métodos de sanación corporal y mental basados en la medicina tradicional china, llegando especializarse y graduarse en la Escuela de Tian.
Profesionalmente se dedica a ofrecer servicios terapéuticos basados en la medicina tradicional china por medio de los más reconocidos y contrastados procedimientos y técnicas de sanación y bienestar psicofísico, actividad que realiza tanto en su consulta como mediante servicios a domicilio.
Personalmente la he conocido hace muy poco tiempo gracias a las redes sociales, pero sobre todo por tener un amigo y Maestro común: Leandro Sequeiros San Román. El hecho de traerla aquí es debido a que comparto con ella una visión espiritual del mundo, de la realidad y del ser humano en el sentido de que lo queramos o no, realmente existe un “orden implicado” como dice David Bohm o una infinita realidad icognoscible en la que todo está conectado. Como ella dice de sí misma y yo comparto “surfeo en la ola de la vida intentando mantener el equilibrio”. Vaya desde aquí mi más sincero agradecimiento por participar en este humilde sitio que es KRISIS.

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