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MI MUNDO A LOS 80 AÑOS (6):
Aparece el experto
Por Leandro Sequeiros San Román
Los medios de comunicación social no cesan de hablar de “expertos” y de “científicos” para orientar el tratamiento del COVID-19. Parece que la solución a corto plazo ha marginado las reflexiones de fondo que orientan el futuro. En opinión de Vallespín, al intelectual parece haberle sucedido el “experto”. Justifica esta afirmación de la siguiente manera: “La nueva complejidad de una política cada vez más tecnocrática hizo que nuestra comprensión de lo que acontecía requiriera del continuo recurso a especialistas de distinto pelaje. Los grandes discursos de la tutela filosófico-moral del intelectual clásico dieron paso así al “análisis experto”. Este complementaba más eficazmente las noticias del día a día que las posibles reflexiones del sabio”.
En un mundo tecnificado en el que domina “saberlo todo de casi nada”, se impone la especialización.
Escribe Vallespín:
Muchos de ellos —no necesariamente los aquí mencionados— poseen, como señala Daniel W. Drezner en The Ideas Industry, un acceso privilegiado al “mercado de las ideas”, que no está exento de mediaciones y donde grandes intereses económicos desempeñan también su papel a la hora de promocionar unas u otras reflexiones.
Eso del intelectual clásico de “decir la verdad al poder” se tornaría así en lo contrario: son los poderes fácticos los que tratan de definir cuál es la verdad buscándose los portavoces adecuados, ya sean pensadores o think tanks”
Intelectuales y política posverdad
Nuestra sociedad, según Vallespín, considera la información como una mercancía que se compra y se vende. Estamos en la era de la llamada posverdad, la distorsión deliberada de visión de la realidad.
En su opinión,
La falta de credibilidad de los intelectuales
Para Vallespín,
Se atiende a quien más ruido hace, no a quienes aportan mejores argumentos; o al más feo y provocador, como la ecologista adolescente Greta Thunberg haya conseguido captar mucha más atención que cualquiera de los escritos de Bruno Latour, el filósofo que más y mejor se ha venido ocupando del desastre climático”
La “tertulianización” de la opinión
Con este neologismo tan expresivo, Vallespín insiste en la banalización de las opiniones bien fundamentadas expresadas por los intelectuales:
Y aquí es donde son bienvenidos los intelectuales, los que nos alertan sobre dimensiones de la realidad que a veces se nos escapan. El problema es que la mayoría de ellos se han dejado llevar por la polarización y se han adscrito a alguna de las partes de esta nueva política de facciones irreconciliables.
Con ello pasan de ser intelectuales a convertirse en ideólogos, en racionalizadores de unas u otras opiniones. El pensamiento autónomo se desvanece o pierde su resonancia detrás del ruido de las redes. Otros se empecinan en disquisiciones pedantes digeribles solo para quienes están bien anclados en la cada vez más minoritaria subcultura humanística”.
Los tertulianos tienen más credibilidad hoy que los intelectuales
He aquí el problema de fondo. En la sociedad de la comunicación, el que mejor comunica y más provoca, parece tener más credibilidad que quien razona. Por eso, concluye:
Quienes hemos promovido esta nueva etapa de ASINJA desde mayo de 2020 presentamos un proyecto renovado que tendrá como objetivo:- Analizar y profundizar, desde el punto de vista interdisciplinar, los retos y desafíos que afrontan las Ciencias de la Naturaleza, las Ciencias Sociales, las Humanidades, la Filosofía y la Teología, en un momento histórico en el que las innumerables innovaciones tecnológicas, en toda la amplitud de la red, medios de comunicación y sistemas educativos, están ofreciendo a la sociedad, una extraordinaria y abundante información, frecuentemente, con un sesgo orientado a la banalización y fragmentación del pensamiento, todo ello, con una influencia muy marcada en el ritmo de vida de las personas y ciudadanos en general.
“Tal vez la palabra clave sea “integración”: diversos saberes, epistemológicamente distintos, se pueden integrar sistémicamente en una unidad superior de conocimiento que supone mayor unidad. Progresivamente, el esfuerzo de muchos investigadores se dirige hacia la construcción de puentes conceptuales, metodológicos y epistemológicos que sitúan determinados aspectos del conocimiento de la realidad en niveles superiores del saber. La sistematización científica requiere el conocimiento de diversas conexiones, mediante leyes o principios teóricos, entre diferentes aspectos del mundo empírico que se caracterizan mediante conceptos científicos. Así los conceptos de la ciencia son nudos en una red de interrelaciones sistemáticas en la que las leyes y los principios teoréticos constituyen los hilos… Cuantos más hilos converjan o partan de un nudo conceptual, tanto más importante será su papel sistematizado o su alcance sistemático.” Carl Hempel, Philosophy of natural science, Prentice-Hall, 1961.
En la actualidad reside en Granada continuando sus investigaciones y trabajos en torno a la interdisciplinaredad, el diálogo Ciencia y Fe y la transdisciplinariedad en la Universidad Loyola e intentando relanzar y promover la Asociación ASINJA que preside. Un nuevo destino después de haber trabajado solidariamente ofreciendo sus servicios de acompañamiento, cuidado y asesoramiento en la Residencia de personas mayores San Rafael de Dos Hermanas (Sevilla).
La persona de Leandro Sequeiros es un referente de testimonio evangélico, de excelencia académica, de honestidad y rigor intelectual de primer orden. Vaya desde aquí nuestro agradecimiento más sentido por honrar con sus colaboraciones este humilde sitio y nuestro más sincero deseo que se recupere definitivamente pronto y podamos celebrar con alegría y esperanza su 80 cumpleaños. ¡ Adelante siempre querido Maestro !.