El grupo de VIDA ASCENDENTE de la Residencia de Mayores San Rafael de Dos Hermanas inicia la NUEVA NORMALIDAD.
VIDA ASCENDENTE: cien días de confinamiento y vida interior
Por Leandro Sequeiros sj Capellán voluntario
En el mes de marzo de 2019, con ocasión del inicio de la Cuaresma, inició su andadura este grupo de VIDA ASCENDENTE de la Residencia de Mayores San Rafael. Gracias a que durante el verano de 2019 no interrumpimos las reuniones semanales, en marzo de 2020 habíamos celebrado ya medio centenar de reuniones con su momento de oración, compartir sentimientos y vivencias y comentar la misa del domingo. Hemos sido muy constantes.
Llega el COVID-19
El viernes 13 de marzo, la Dirección de la Residencia de Mayores San Rafael decretó – con gran acierto , el CONFINAMIENTO de todos los residentes. Desde ese momento, ninguno pudo salir (salvo en casos excepcionales) y nadie podía entrar en la casa. Esta decisión valiente ha impedido que el COVID-19 entrase en la casa. Ningún infectado, control de temperatura corporal tres veces al día, protección de los trabajadores de la casa…
Las actividades del Grupo de VIDA ASCENDENTE de la Residencia cambiaron de formato. El grupo de Dos Hermanas, formado por unas 15 personas, se vio obligado a reinventarse. Las personas que vivían como Residentes, siguieron su tarea de crecer interiormente como creyentes. Las personas que podíamos llamar externas (vecinos que pertenecen al grupo) no podían ya entrar en la casa. Y su participación se hacía “virtual” gracias al WhatsApp y en otra ocasión asistieron con nosotros a la Eucaristía a través de Skype. Seremos mayores pero sabemos usar nuevas tecnologías. Esto ha hecho que el grupo haya seguido conectado y compartiendo las mismas experiencias.
La Cuaresma y Semana Santa
La Eucaristía ha sido el hilo conductor de todos estos 100 días de confinamiento y sigue en esta etapa de NUEVA NORMALIDAD. Durante estos días se ha mantenido la misa diaria a la que han asistido casi una decena de residentes. Además, un cuarto de hora antes de la celebración, en la misma Capilla, con ayuda de música espiritual, se tenía un rato de meditación-oración mental al estilo de San Ignacio de Loyola: “No el mucho saber harta y satisface el ánima, mas en sentir y gustar de las cosas internamente”. Y creo que ha sido una preciosa experiencia de aprendizaje y valoración de la oración en la que se siente y gusta el fundamento profundo y amoroso del corazón.
El confinamiento se inició cuando vivíamos la segunda semana de Cuaresma de 2020. El sábado día 14 ya no podían entrar los de fuera y tampoco era aconsejable reunirse en grupo por el tema del contagio. Podemos decir, de modo general, que la experiencia de la vivencia de la Cuaresma (las semanas que restaban) y de la Semana Santa han sido profundas dentro de nuestra posibilidades. Además, los días 16, 17 y 18 de marzo tuvimos un triduo de preparación a la fiesta de San José, patrón de estas Residencias, y cuya vida fue CUIDAR a Jesús y a María.
La Semana Santa (desde el 5 al 12 de abril. Fue especialmente densa y expresiva. Un domingo de Ramos atípico sin poder hacer procesión por el jardín, un triduo sacro (jueves, viernes y sábado santo) con las celebraciones litúrgicas muy vivas y otras muchas actividades abiertas al resto de la Residencia. Puedo decir que han sido una de las Semanas Santas más densas de mi vida a pesar de no poder salir a la calle.
La experiencia pascual (12 abril a 31 de mayo)
Desde la Vigilia Pascual (muy expresiva, usando linternas y luces de móviles en lugar de velas) hasta la Ascensión y Pentecostés (31 de mayo) las vivencias han sido hondas y han sustituido con creces las reuniones semanales que hemos tenido anteriormente durante más de 50 semanas.
El miércoles 8 de abril celebramos el sacramento de la Reconciliación. A todos nos impresionan las noticias de cómo la pandemia está cebándose en las Residencias de Mayores. Hay miedo pero intento construir sentimientos de fortaleza y esperanza y también relativizar y tomar las cosas con humor. Los residentes no comprenden que las familias no puedan venir a verlos. Como estamos tan protegidos no entienden muy bien lo que pasa.. Les suelo decir que por la casa hay “una cucaracha verde peluda” que muerde mucho.
En los días de Semana Santa hubo tiempo para hora santa ante el monumento del Jueves Santo, un ViaCrucis en Viernes y el visionado de Rey de Reyes durante toda la mañana, así como oración en la Soledad de María en Sábado Santo. ¿Cómo vivir la Semana Santa en tiempo de Coronavirus? ¿Quiénes son los crucificados?
No se trata en la oración tanto de “líbranos de esta pandemia”, sino “danos fuerza para resistir a esta pandemia”. Es un matiz. Intento una espiritualidad de resistencia, de iniciativa y autonomía humana más que victimismos y fatalismos.
Precisamente ponían en la tele la Pasión de Mel Gibson que es todo lo contrario a la contemplación de la Pasión de los EE de San Ignacio… No es fácil hacer comprender aquello de “la divinidad se esconde” y que “padece EN la humanidad”. El dolor humano es parte del dolor de Dios.
En el mes de mayo (ya en tiempo Pascual) hubo una referencia muy especial para María madre del Resucitado. Organizamos un triduo para Pentecostés, para El Corpus Christi (11-12-13 de junio) y para el Sagrado Corazón (16-17 y 18 de junio). Crear un clima, un ambiente.. Todos ellos figuran dentro de las cosas que organiza el grupo de VIDA ASCENDENTE junto con la Capellanía.
La NUEVA NORMALIDAD (desde el 21 de junio)
Después de 100 días de gozoso y esperanzados confinamiento (al menos para algunos de la casa) llegamos a la FASE 4 y por ello final del Estado de Alerta. Ya hay más movilidad. Pero hay que ser cautos… Por delante tenemos un largo verano. Todavía no sabemos lo que pueda pasar. Pero el grupito de VIDA ASCENDENTE sigue con fortaleza. Y eso llena de esperanza.
Por mi parte, hasta mi partida de Dos Hermanas hacia mi nuevo destino a mediados de septiembre pienso seguir como siempre acompañando e intentando fortalecer la esperanza de los residentes que se dejen…. Y en especial de los que se sienten más identificados con VIDA ASCENDENTE.
Dos Hermanas, 24 de junio de 2020. Día del nacimiento de San Juan Bautista.


Conocí a Leandro un día que pisé por primera vez la Residencia de Ancianos (hoy de Mayores) San Rafael, dode él estaba de capellán residente. Iba a una misa de difuntos por alguien conocido, un protocolo y reconociento a las creencias del fallecido y un acompañamiento a la familia. La misa fue discreta y sentida con una pequeña homilía con algunas palabras que resonaron en lo más profundo y que con el tiempo invariablemente se las he oido repetir: Reconocer como humanos nuestra fragilidad.
Ese fue el comienzo de una fructífera amistad. Por mi parte solo tengo palabras de agradecimiento por no haber intentado mover, en ningun momento mi linea de pensamiento, por tener un confidente que ha sido un acompañante en mi camino y un referente para el marco de mi espiritualidad. Por alentar mi curiosidad intelectual y saber dejar libre al otro, aunque camine en el territorio sin mapa.
He sido testigo de esos encuentros y de la capacidad de enseñanza y el magisterio de este jesuita, no solo en la Vida Ascendente sino como Paleontólogo y gran apasionado de Theilhard de Chardin.
Gracias por sus palabras y por esa forma de aceptar el encierro a que todos hemos vivido y hemos sido testigos de cómo un invisible ha puesto en jaque mate a la humanidad. La experiencia en todos los ámbitos de nuestras vidas, tanto privadas como públicas, es excepcional, y recogiendo el guante hay que reconocer humildemente y con valor, lo frágiles que somos y que nunca tendremos ningún futuro alejados de los otros e ignorando nuestra casa común, en la que no sobramos nadie y tenemos recursos para todos.
Gracias Leandro
Gracias, Concha.. Buena amiga.
Conozco a Leandro hace 61 años, y estoy muy agradecido a Dios por conservar su amistad y su contacto. No me extraña lo que ha conseguido en una situación tan dura
Un fuerte abrazo
Gracias, Augusto!!!
Conocí a Leandro tan solo hace unos años y en unas circunstancias puramente azarosas, pero nunca pude imaginar que tras aquella mirada y aquella sonrisa de pura sencillez, ternura y simpatía se encontraba una persona profundamente amorosa, llena de conocimiento, lucidez, fraternidad, sabiduría y humildad. Me siento realmente un privilegiado por contar no solo con su amistad, sino con la fortuna de encontrar un auténtico alimento para seguir y seguir con una esperanza que está más allá de toda esperanza. Qué alegría de tenerte Leandro. Qué alegría me da saber y entender que el mensaje de Jesús de Nazaret “el hijo del carpintero” es un mensaje de felicidad, alegría y libertad. Si no fuera por ti y todos los que son como tú y te lo digo de todo corazón, mi vida no tendría sentido. Gracias, siempre gracias querido y déjame decirte de nuevo, aunque no te guste mucho, que para mí eres un Gran Maestro. Un fuerte y sentido abrazo. Adelante siempre y sigamos !!!!