El dolor en las distintas culturas (5): sufrimiento y gloria en el cristianismo

Por Jerónimo Sánchez Blanco

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Cristo crucificado de Velázquez
CRISTO CRUCIFICADO de Diego de Velázquez. Museo del Prado.

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III
El sufrimiento que vio y vivió Jesús

La  información  que  proporciona la lectura  de los evangelistas  Marcos, Mateo, Lucas y Juan,  probablemente  escritos  por   diferentes  comunidades  cristianas, bajo la advocación  de los citados apóstoles, permiten  profundizar, en  algunos  rasgos de  la visión  que tenía Jesús de Nazaret,  acerca del sufrimiento de la humanidad. Cabe  señalar  varias dimensiones  del  sufrimiento, con escasas  variaciones  de unos a otros  evangelistas. A saber:

  1. La actitud de Jesús  de Nazaret  ante el sufrimiento del prójimo y de la gente que le seguía y acompañaba, y su  disposición  a favor de estas personas, de modo preferente.

  2. El sufrimiento moral  de Jesús  de Nazaret  ante  las autoridades religiosas judías y ante  Poncio Pilato.

  3. El sufrimiento  físico infligido  a Jesús de Nazaret por las autoridades religiosas y políticas  de su  época.

A.- Ante el sufrimiento de las gentes.

En primer lugar, la actitud de Jesús,  ante el sufrimiento de las gentes sencillas  del pueblo, fue curarles  de sus  enfermedades y todo tipo de dolencias. Hay, quienes  salían a su encuentro, ante las noticias de  su presencia y cercanía, pidiendo su curación (leprosos, ciegos, la hija de Jairo, etc);  hay otros, que  Jesús encontraba  en  los senderos y pueblos por los que caminaba (paralítico, hijo de la viuda de Naín, la muerte de Lázaro)  en los que, él  tomaba la iniciativa. Son numerosos  los hechos que se narran y todo ellos contribuyeron a resaltar  el poder de sanación y curación que tenía Jesús de Nazaret.

“Recorría Jesús toda Galilea, enseñando en sus sinagogas, predicando la Buena Nueva del Reino y curando todo tipo de enfermedades y toda dolencia en el pueblo. Su fama se extendió por toda Siria; y le traían todos los que se sentían mal, aquejados de diversas enfermedades y sufrimientos: endemoniados, lunáticos y paralíticos, y los curó. Y le seguía una  gran muchedumbre,  de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y del otro lado del Jordán.” 1 Ref.Mateo 4.23-25

Asimismo, la respuesta  que el propio Jesús dio a la pregunta de los discípulos de Juan el Bautista, era toda una  credencial de presentación, en un lenguaje propio de la tradición  de los profetas.

“¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?. Jesús les respondió. Id y contad a Juan, lo que oís y veis:los ciegos ven,y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia alos pobres la Buena Nueva; y dichoso aquél que no se escandaliza de mí.” 2 Ref.Mateo 11.3-6

Asimismo, Jesús proclamaba que el Reino de Dios era preferentemente de los que padecían algún tipo de  sufrimiento, destacando entre otros:

“Bienaventurados los pobres de espíritu porque de ellos es  el Reino  de los Cielos. Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen  hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan, y digan con mentiras, toda clase de mal contra vosotros, por mi causa.” 3 Ref.Mateo 5.1-11

Confirmó  la opción del  que sufre,  nuevamente, al  anunciar  los criterios de la justicia de Dios, al final de los tiempos :

“Venid benditos de mi padre, recibid la herencia  del reino  que está preparada para vosotros, desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; peregrino y me  acogisteis; estaba  desnudo y me vestisteis; enfermo y  me visitasteis; en la cárcel y me vinisteis a ver” 4 Ref.Mateo 25.34-37

B.- Ante el sufrimiento moral personal.

En segundo lugar,  se destaca el sufrimiento moral y emocional,  de carácter personal,  que sufrió Jesús, al ser  rechazado y perseguido por  las autoridades  religiosas  judías; tanto de la clase sacerdotal, como de los sectores, en principio  con un mayor conocimiento de las leyes de Moisés  y de los Profetas: sacerdotes del Templo, levitas, fariseos, escribas y saduceos, a los que  quiso  convencer  de la Buena Nueva del Reino de Dios  que  él  anunciaba. Este  sufrimiento  debió ser  una angustia existencial  profunda, como se   describe   en el huerto de Getsemaní o en el monte de los Olivos, entre otros.

“Y tomando a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia. Y les dijo: Mi espíritu  siente  tristeza de muerte; quedaos aquí y velad conmigo. Y adelantándose un poco cayó en tierra y suplicaba así: Padre mio, si es posible, que pase de mi este cáliz, pero no sea como yo quiero, sino comotú.” 5 Ref. Mateo 26.37-39

El prendimiento  en el huerto de Getsemaní, y  su comparecencia  ante el Sanedrín,  aumentó  su angustia y sufrimiento moral, cuando  reunidos los sacerdotes, ancianos y escribas  formularon  acusaciones, seguidas de  las palabras del Sumo Sacerdote, que presidía  el Sanedrín.

“El Sumo Sacerdote le dijo: yo te conjuro por Dios vivo, que nos digas si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo. Dícele Jesús: Sí, tú lo has dicho. Y yo declaro que a partir de ahora, veréis al hijo del hombre sentado a la diestra del Padre y venir sobre las nubes del cielo. Entonces el Sumo Sacerdote rasgó sus vestiduras y dijo: ¡Ha blasfemado!, ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos?. Acabáis de oír la blasfemia. ¿Qué os parece?. Respondieron ellos diciendo: Es reo de muerte.” 6 Ref.Mateo 26.62-66

Finalizada la reunión del Sanedrín,  fue entregado a Poncio Pilato, como autoridad representante del poder del emperador de Roma, para que sancionase  el veredicto emitido por el Sanedrin, circunstancia que debió  producir  un sufrimiento aún mayor, al oír el griterío de la gente  enviada por las autoridades  religiosas, pidiendo la pena de crucifixión, a fin de  presionar y coaccionar  a  Poncio Pilato, que habia ofrecido  el indulto a Jesús. Y aquél  aceptó la coacción y el chantaje cuestionando las mismas leyes romanas: la condena de un hombre justo,  consciente de su   inocencia.

C.- Ante el sufrimiento físico y personal.

Por último, en los distintos  evangelistas  se narran   los  hechos  de la Pasión y Muerte  de Jesús, con gran detalle, poniendo de manifiesto  el sufrimiento  físico infligido por los soldados, al ser azotado, coronado con espinas, y con la cruz  sobre sus hombros,  hasta el lugar   de la crucifixión, a quien se podía aplicar el anuncio del  profeta (Isaias 53.3-4) : “Despreciable y desecho de hombres, varón de dolores y sabedor de dolencias”. La muerte de cruz en la época de los romanos, era   aplicada a los  delitos muy graves, generalmente  de sangre, y en este  caso, lo fue por una acusación religiosa totalmente injusta. Llama poderosamente  la atención, la fuerte atracción y profundo respeto  que  en el Cristianismo  se ha tenido a la imagen  del crucificado, como  símbolo de todo tipo de sufrimiento y  crueldad  del  justo e inocente.










Jerónimo Sánchez Blanco, es Doctor en Derecho, Licenciado en Ciencias Políticas y Ex Diputado Constituyente.
Vaya desde aquí nuestro más sentido agradecimiento por honrarnos con sus colaboraciones.

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6 thoughts on “El dolor en las distintas culturas (5): sufrimiento y gloria en el cristianismo

  1. San Ignacio de Loyola, en el Libro de los Ejercicios Espirituales, cuando invita a contemplar al crucificado, hace estas sugerencias: “Contemplar como la divinidad se esconde”. Es decir, en la Pasión Jesús está solo, desamparado y tiene miedo. Es profundamente humano. No es un dios disfrazado con piel humana. Es plenamente humano y “la divinidad se esconde”, no aparece. “Dios mio, Dios mio, porque me has abandonado”. Incluso los no creyentes pueden encontrar motivos de perplejidad. Pero Ignacio dice también: “Contemplar como padece en la humanidad”. Segun los expertos, primero escribió “padece en su humanidad”, lo cual es cierto: como hombre padece y sufre. Pero el cambio que hace Ignacio en el texto es “padece en LA humanidad”. Es decir, que el padecimiento de TODA la humanidad, el dolor de tantos millones de seres humanos (y por qué no decirlo, de los animales y plantas) es el mismo DOLOR que se une al DOLOR de Cristo.. Es lo que dice Jerónimo en este precioso texto.. Muy lejano al morbo de Mel Gibson en su película sobre la Pasión que tanto gusta a las mentes masoquistas..

    1. El asunto de la divinidad de Jesús, es un asunto muy complicado para mí porque lo que verdaderamente me interesa es la encarnación, es decir, esa plenitud humana que Jesús muestra con sus hechos. Soy un ignorante en conocimientos teólogicos, pero a mi me parece que Pablo de Tarso se extralimitó en algunas de sus apreciaciones, si bien lo dejó claro en Corintios 13. En este sentido, el culto, la adoración y todo lo que conlleva de liturgia, símbolos, parafernalias, ornatos y demás productos culturales de entronización, en la práctica lo que consiguen, más que una relación íntima espiritual que alimente la encarnación y el compromiso con los más débiles, es exactamente todo lo contrario: creer que con ir a misa, a oficios religiosos, participar de los sacramentos ya estamos construyendo el Reino de Dios y que nos salvaremos. Por eso, atreverse a ser discípulo de ese Jesús desnudo, liberador y crucificado es algo que no está al alcance de cualquiera y yo simplemente me declaro “simpatizante” porque realmente no me siento digno, ni preparado, ni lo suficientemente valiente y comprometido como para llevar hasta las últimas consecuencias su mensaje liberador. Y que conste que para mí Dios, es solamente una palabra inventada por los humanos y prefiero llamarlo “El Innombrable” y que su Reino “no es de este mundo”, no porque esté allá arriba en el cielo como premio después de la muerte, algo para mí increible, sino que “no es de este mundo”… injusto, cruel, insolidario, capitalista, individualista, patriarcal, violento y por tanto “El Reino” está aquí y ahora, dado que lo mismo que Jesús mostró su divinidad con hechos, así como otras personas que he tenido la fortuna de conocer, entre otras tú, Leandro, pues cuando decimos “venga a nosostros tu Reino” lo que en realidad estamos diciendo (creo yo) es que venga, venga, sigamos y sigamos haciendo cosas para construir el Reino, aquí y ahora. Un gran abrazo querido.

  2. Sin lugar a dudas que Jesús sufrió todo tipo de sufrimiento físico , al que hay que añadir el sufrimiento psíquico ocasionado por la traición de Judas, por el abandono de sus discípulos excepto Juan y especialmente por el abandono de su Padre dirigiéndose a Él con estas angustiosas palabras: ” ¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?

  3. Cuando nos metemos en Teología, las cosas se complican. En los llamados “dogmas” cristianos (como la Divinidad de Cristo” hay que diferenciar varios planos: ¿Qué se quiere decir con la expresión “Divinidad de Cristo”? ?Que quisieron decir? ¿Qué epistemología hay por debajo? ¿Qué valor ontológico tiene esa expresión? ¿Qué contexto filosófico? (tener en cuenta que estamos en época de filosofía helenística neoplatónica) ¿Qué es lo que hoy con nuestras categorias podemos interpretar que quisieron decir? A lo largo de toda la Historia del Cristianismo, las cuestiones cristológicas han sido muy importantes en la vida de la Iglesia. La Cristología era la preocupación fundamental a partir del Primer Concilio de Nicea (325) hasta el Tercer Concilio de Constantinopla (680). A lo largo de este período, los diferentes puntos de vista cristológicos de los grupos de la comunidad cristiana llevaron a acusaciones de herejía, y, en algunos casos, a la posterior persecución religiosa. Por otra parte, la cultura actual accidental está impregnada de lo que se puede llamar “realismo vulgar positivista”: por lo general, nos parece que las expresiones del lenguaje deben tener una correlación (o más bien, una representación) REAL.. Nos cuesta trabajo aceptar que el ser humano CONSTRUYE ACTIVAMENTE significados a partir de SIGNOS (que es el lenguaje). El lenguaje es como un dedo que apunta hacia una realidad que nunca captamos del todo. Es como el niño que señala a la luna. Pero nunca la alcanza..

    1. Muchísimas gracias Leandro. Tus textos y comentarios enriquecen de sobremanera este humilde sitio de KRISIS. No obstante y aunque el asunto de la divinidad de Jesús es necesario situarlo y contextualizarlo en la epistemología dominante de aquel tiempo, y aunque todo es signo-símbolo, es indudable que hay personas que manejan y saben sacarle más partido al lenguaje como instrumento de acercamiento interpretativo de la realidad más que otras. Tú eres un claro ejemplo. En cualquier caso, la divinidad o no divinidad de Jesús, es algo que yo particularmente subordino al asunto de la encarnación y de los hechos observables en favor de los más desfavorecidos. En este punto, yo la divinidad la encuentro en las personas reales y anónimas que como tú y muchas otras estáis siempre contribuyendo a la causa de la fraternidad, la justicia, la igualdad y la libertad. Un abrazo grande querido.

  4. Tal vez podamos aclararnos si aceptamos que la Teología (lo mismo que todo el conocimiento humano) se expresa en un lenguaje que es METAFÓRICO.. Nunca describimos la realidad tal como es. Entre otras cosas porque – y aqui se me nota la colita kantiana – solo percibimos “noúmenos”, percepciones, “sombras” de la realidad. A las que intentamos poner nombre para poder comunicar con palabras las imágenes que se han construido en nuestras mentes.. No quiero hacerme publicidad, pero os podeis bajar GRATIS mis apuntes de EPISTEMOLOGIA (teoría del conocimiento racional) https://www.bubok.es/libros/218053/TEORIAS-DE-LA-CIENCIA-Modulo-2-del-bloque-de-EPISTEMOLOGIA

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