
GUERRA
Una pequeña pierna inerte, lívida,
asoma entre los escombros duros
y polvorientos en un lugar donde
minutos antes los niños practicaban
confiados sus juegos favoritos.
¡Es la inocencia masacrada!
Un anciano encorvado cruza renqueante
un turbio arroyo, otrora transparente,
apoyado sobre dos mujeres
que calladamente sollozan.
¡Es la compasión que sobrevive!
Resuenan insistentes por el cielo
los roncos aullidos de fieras acorazadas que
como inmensas aves infernales
siembran la ciudad con semillas de espanto.
¡Es la exaltación de la demencia criminal!
Habitantes del gran país perpetrador,
reprimidos, golpeados, encarcelados
por mostrar pacíficamente sus ideas
contra la injustificable agresión.
¡Es el ansia de libertad comprometida!
La ruinosa torre de viviendas
humea emitiendo bocanadas rojizas
por sus destrozadas ventanas.
¡Es la tiranía desenfrenada!
En un túnel subterráneo
un numeroso grupo de seres humanos,
alertados por las chirriantes sirenas,
se arremolinan resistentes buscando
el cobijo que les proteja.
Es la abnegada comunidad solidaria.
En una pantalla de plasma
un siniestro individuo con faz congelada
miente, justifica y amenaza
desde un hiperbólico cinismo.
¡Es la enmascarada brutalidad!
Unas personas sin armas en las manos
ni protecciones corporales se enfrentan
con decisión heroica a unos mastodontes
blindados que ruedan con cadenas.
¡Es la sagrada dignidad imperecedera!
Algunos sujetos -políticos, magnates,
famosos- desde lugares diversos, apoyan,
callan o se desentienden ante la ignominia
en proceso cometida por un sátrapa
sanguinario contra un pueblo soberano.
¡Es la bajeza cobarde y miserable!
Muchos hombres y mujeres,
con una preparación de semanas,
sin dudarlo un instante,
empuñan un fusil y se lanzan
a la calle a defender sus vidas,
las de sus familias, sus casas, su tierra…
ante la acometida desaforada
de un psicópata despiadado.
¡Es la ineludible valentía sin fisuras!
Desde el este, una fila pavorosa
de endiablados vehículos avanza implacable
con un proyecto catastrófico marcado.
¡Es la profanación indescriptible!
Hacia el oeste, una columna de mujeres,
ancianos y niños, caminando
con lo necesario, tratan de alejarse
de un infierno de horror y fuego.
¡Es la esperanza sin medida!
Ciudadanos de Ucrania y de otros pueblos,
ahora, antes, siempre, víctimas de la sinrazón,
la codicia, del delirio… de gentes
mentalmente encadenadas,
frente a las que luchan con lo disponible
por una sociedad en paz, más justa,
más igualitaria, más consciente.
¡¡¡Es la máxima expresión de la anhelada Democracia!!!
Alonso Rodríguez Gómez es Licenciado en Medicina por la Universidad de Sevilla y Profesor de Educación Física en diversos centros de Enseñanza Secundaria.
Ha realizado formación en Terapia Corporal Integrativa (TCI) bajo la dirección de Antonio Pacheco Fuentes, discípulo de Claudio Naranjo y además ha participado en numerosos y diversos cursos sobre Educación, Salud y Autoconocimiento.
Actualmente está jubilado.
Desde KRISIS, nos honra de manera especial su participación en este humilde sitio, participación que no solo viene avalada por su excelente curriculum, sino también por la alegría y la satisfacción de tenerlo como amigo y compañero que tuve la suerte de conocer en el IES Alcaria de Puebla del Río.
Vaya desde aquí nuestro más sincero agradecimiento y admiración.