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La verdad y la posverdad en Krisis (2)
Ll Simposio “Posverdad a debate” (25-26 de noviembre de 2022) ha sido una puesta en común de un largo trabajo previo estructurado en 9 grupos de trabajo con marcado signo interdisciplinar dentro del ámbito de la filosofía: Tecnología, Psicología, Comunicación, Economía, Derecho, Politología, Educación, Historia y propiamente la Filosofía. Puede considerarse el final de una primera fase de trabajo, de tipo multidisciplinar. El paso siguiente debería tener un sesgo interdisciplinar, tener puentes para integrar los saberes dispersos en una unidad epistemológicamente superior.
En un denso artículo de opinión (IDEAL de Granada, 15 de noviembre 2022, pág. 23) con el título “Alternativas ante el desafío de la posverdad”, el organizador del Simposio, profesor Juan A. Nicolás, se pregunta: ¿cómo hacer frente al criticado fenómeno de la posverdad? (…) Desde el punto de vista filosófico la pérdida de vigencia eficaz de la verdad exige una (nueva y transformada) concepción de la verdad capaz de hacer frente a la “descapitalización” que ha sufrido este valor.
Para Nicolás, “existe una especie de depósito latente de experiencia de la verdad en virtud del cual hay situaciones en las que de ningún modo estamos dispuestos a renunciar a la exigencia de la verdad”.
Se pueden considerar al menos tres ámbitos que forman parte de ese depósito latente de experiencia básica de la verdad, lo que denomina:
- las situaciones límite (como la muerte), contextos en los que no caben ocultamientos, distorsiones o engaños;
- el ámbito del trabajo científico, pues este – como diría Popper – intenta la búsqueda desinteresada de la verdad mediante un método de trabajo riguroso;
- y el tercer ámbito del depósito latente de experiencia básica de la verdad, el que denomina ámbito de la confesión. Y este debe ser explicado: esta se entiende como la declaración y reconocimiento de una verdad en un contexto libre y voluntario. La confesión, como género literario, como acción religiosa o como declaración jurídica constituye también un ámbito de experiencia de la verdad.
Certeza o aproximación: ¿a qué nos referimos cuando hablamos de ‘la verdad’?
En nuestra sociedad, parece que la cultura dominante mantiene que solo la ciencia da verdades. El viejo lema del Anís del Mono, “Es el mejor, lo dice la ciencia y no se equivoca”, para formar parte del imaginario colectivo de la verdad.
Hay muchos científicos que consideran obvio que la ciencia nos proporciona verdades sobre el mundo y se molestan solo con la sugerencia de que podría no ser así. En un sugerente artículo en “El Confidencial”, Certeza o aproximación: ¿a qué nos referimos cuando hablamos de ‘la verdad’? (13/09/2022), el profesor Antonio Diéguez (catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Málaga) afirma que los términos ‘verdad’ y ‘verdadero’ son problemáticos, porque pueden referirse a muchas cosas distintas y porque son interpretados también de diversas maneras. Se habla de la verdad de los hechos, de la verdad de una persona (en el sentido de su autenticidad o de su honestidad), de la verdad de una historia, de una novela, de una obra de arte, de unas opiniones, e incluso los filósofos hablan a veces de la verdad de las cosas o de la “verdad del ser”.
Y prosigue Diéguez:
Según Diéguez, el utilizar aquí el adverbio “aproximadamente” es importante, porque nadie pretende que tengamos una verdad definitiva o absoluta sobre nada, ni siquiera en la ciencia. Lo normal es atribuir a nuestros enunciados un cierto grado de aproximación a la verdad o un cierto grado de verosimilitud (un término técnico reivindicado por Karl Popper y sobre el que ha corrido mucha tinta).
Matizaciones sobre la verdad
Si dejamos de lado a los que consideran que la verdad objetiva no existe (posverdad), o que es indefinible, o que es redundante, puesto que no hace más que enfatizar el enunciado del cual se predica, sin añadirle nada a su contenido, encontramos diversas definiciones de verdad que han sido propuestas a lo largo de la historia y que gozan de cierta popularidad.
Un relativista diría que lo verdadero es lo que un determinado individuo, normalmente uno mismo, o una determinada comunidad considera aceptable.
Un coherentista diría que verdadero es aquel enunciado que encaja bien, que es coherente, con el resto de enunciados que aceptamos.
Un pragmatista diría que lo verdadero es aquello que alcanzamos cuando logramos un estado ideal de conocimiento, como, por ejemplo, cuando alcancemos el final de la ciencia (si es que se llegara a él alguna vez), o cuando establezcamos una comunidad ideal de diálogo, capaz de manejar toda la información de forma no sesgada, o cuando estemos en situación de justificar con plenas garantías epistémicas todo lo que sostengamos.
Pero la definición que sigue siendo más popular es la definición clásica, que es la que aceptan los filósofos llamados ‘realistas’. Según esta definición, la verdad consiste en la correspondencia de nuestros enunciados con la realidad. Esta definición no solo recoge el sentido que solemos darle a la verdad en la vida diaria, sino que es la que ha centrado el debate en filosofía de la ciencia, ya sea para asumir que cumple una función importante a la hora de entender el progreso científico o para rechazar tal cosa.
(continuará)

En la actualidad reside en Granada continuando sus investigaciones y trabajos en torno a la interdisciplinaredad, el diálogo Ciencia y Fe y la transdisciplinariedad en la Universidad Loyola e intentando relanzar y promover la Asociación ASINJA que preside. Un nuevo destino después de haber trabajado solidariamente ofreciendo sus servicios de acompañamiento, cuidado y asesoramiento en la Residencia de personas mayores San Rafael de Dos Hermanas (Sevilla).
La persona de Leandro Sequeiros es un referente de testimonio evangélico, de excelencia académica, de honestidad y rigor intelectual de primer orden. Vaya desde aquí nuestro agradecimiento más sentido por honrar con sus colaboraciones este humilde sitio y nuestro más sincero deseo que se recupere definitivamente pronto y podamos celebrar con alegría y esperanza su 80 cumpleaños. ¡ Adelante siempre querido Maestro !.
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