La verdad y la posverdad en Krisis (4)

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La verdad y la posverdad en Krisis (4):
la historia del concepto de “posverdad”

…todo es según el color del cristal con que se mira.1 Ref.Ramón de Campoamor (1817-1901) incluidos en su poema de 1846 «Las dos linternas» (Perteneciente a su obra “Las Doloras”

La historia del concepto de posverdad

El concepto de posverdad creció en popularidad a partir de la elección de Donald Trump, expresidente de los Estados Unidos, y de la campaña por el Brexit. Pero, su origen, sin embargo, es de principios de la década de 1990.

El origen del término post-truth, en inglés, de acuerdo al diccionario de Oxford, se empleó por primera vez en 1992. Lo hizo el dramaturgo serbio estadounidense Steve Tesich, en un artículo publicado en la revista The Nation. En el artículo, Tesich decía “Lamento que nosotros, como pueblo libre, hayamos decidido libremente vivir en un mundo en donde reina la posverdad.” Tesich reflexionaba en este texto sobre el escándalo Irán-Contra y la guerra del Golfo Pérsico. 

La crisis económica de 2008

El filósofo, humanista y pensador británico, A.C Grayling, asegura que la posverdad tiene su origen en la crisis económica del 2008, debido al resentimiento económico, que facilitó la exaltación de las emociones sobre temas como la inmigración, y sembró dudas sobre los políticos. Grayling también asegura que otro ingrediente clave en la cultura de la posverdad son las redes sociales. ​

Otro de los orígenes contemporáneos del término posverdad se le atribuye al bloguero David Roberts quien, en 2010, escribió un artículo para la revista norteamericana especializada en información medioambiental Grist, donde por primera vez se hablaba de “política de posverdad”, donde la definió como «una cultura política en la que la política (la opinión pública y la narrativa de los medios de comunicación) se han vuelto casi totalmente desconectadas de la política pública (la sustancia de lo que se legisla)». El inventor del término se refería a los políticos que negaban el cambio climático, pese a toda la evidencia científica que existía al respecto.​

Algunos comentaristas políticos han identificado la política posverdad como ascendente en la política de algunos países, así como en otras áreas de debate, impulsadas por una combinación del ciclo de noticias de veinticuatro horas, de un falso equilibrio mediático, y la creciente ubicuidad de los medios sociales.

Ralph Keyes (2004)

Sin embargo, en 2004, el término encontró un cierto desarrollo conceptual gracias a Ralph Keyes, quien usó el concepto «era de la posverdad» en su libro The post-truth era: dishonesty and deception in contemporary life. El mismo año, el periodista estadounidense Eric Alterman habló de un «ambiente político de la posverdad» y acuñó el término «presidencia de la posverdad» en su análisis de las declaraciones engañosas o erróneas de la Presidencia de George W. Bush tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.

En su libro de 2004 Post-democracy, Colin Crouch utilizó el concepto «posdemocracia» para dar cuenta de un modelo de política donde «las elecciones ciertamente existen y pueden cambiar los gobiernos» pero «el debate electoral público es un espectáculo estrechamente controlado, gestionado por equipos rivales de profesionales expertos en técnicas de persuasión, y considerando una pequeña gama de temas seleccionados por esos equipos». Crouch atribuye directamente al «modelo de industria publicitaria» de la comunicación política la crisis de confianza y las acusaciones de deshonestidad que se asocian con la política posverdad.

Especialmente, han recurrido al término posverdad los medios de comunicación considerados profesionales, que achacan estos sucesos a la falta de criterio de una gran parte de la sociedad, que se informa por vías alternativas de dudosa credibilidad en la red, sin un grupo editor que las avale.

El término se extendió fuertemente durante las campañas para la elección presidencial de 2016 en los Estados Unidos y el referéndum de 2016 sobre la permanencia en la Unión Europea en el Reino Unido. El término pretende describir la conmoción que han supuesto el Brexit, la derrota de Hillary Clinton y el triunfo del “No” en el Plebiscito por la paz en Colombia, acontecimientos que sobrepasan las expectativas racionales y responden más cuestiones emocionales que a la razón o lógica. ​

El diccionario de Oxford

El diccionario inglés Oxford declaró post-truth (posverdad) como la palabra internacional del año 2016, citando un aumento de 2000% en su uso en comparación con 2015.

Martín Caparrós considera el término un mero sinónimo del viejo uso de la propaganda, las relaciones públicas y la comunicación estratégica como instrumentos de manipulación y control social. Considera a Edward Bernays uno de los teóricos de la propaganda ―tanto política como comercial― que creó el término relaciones públicas para sustituir las connotaciones negativas del concepto de propaganda. ​

Un rasgo definitorio de la política de la posverdad es que los activistas continúan repitiendo sus puntos de discusión, incluso si los medios de comunicación o los expertos independientes demostraran que estos puntos fueran falsos. ​ En un modo más extremo, la política de la posverdad puede hacer uso del conspiracionismo. ​

En el discurso sobre la posverdad y su conexión con la mediación, el foco está en Internet y las redes sociales como espacio predilecto para el engaño y la tergiversación. ​ La posverdad radica en la subordinación y reorganización de los hechos desde ideologías específicas y voluntad política,​ lo que requiere de un mecanismo de legalización en el que se intente naturalizar la epistemología a partir de las emociones políticas. Estas, barreras de información, deben ser reales.

Las críticas basadas en los hechos de una campaña se atribuyen a un poderoso enemigo ―como el establishment, el Nuevo Orden Mundial, los sionistas o los medios de comunicación dominantes― que supuestamente tratan de desacreditarlo, lo que a su vez aleja a los votantes de estas fuentes de información. ​ En palabras de Noam Chomsky: “La gente ya no cree en los hechos”, y a su juicio, Trump, que ganó en las redes sociales, “representa un grave peligro”. Ha desatado de forma consciente una ola de racismo, xenofobia o sexismo que escondidos pero que potencialmente nadie había legitimado. ​ En esta forma de política posverdad, los rumores falsos (como las teorías de conspiración sobre el certificado de nacimiento o la supuesta religión musulmana del presidente estadounidense Barack Obama) se convierten en temas de noticias importantes. ​

La política de la posverdad se ha aplicado como una palabra de moda​ en una amplia gama de culturas políticas: un artículo en The Economist identificó la existencia de política de la posverdad en AustriaAlemania,​ Corea del NortePoloniaRusiaTurquíaReino Unido y Estados Unidos

En 2016, la etiqueta «posverdad» fue especialmente usada para describir la campaña presidencial de Donald Trump, tanto por periodistas y columnistas​ como por académicos de las áreas de Ciencias Políticas e Historia de Harvard.​ La explicación de la posverdad también fue utilizada para describir la campaña a favor de la salida del Reino Unido de la Unión Europea en el referéndum de 2016.



LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN nació en Sevilla en 1942. Es jesuita, sacerdote, doctor en Ciencias Geológicas y Licenciado en Teología. Catedrático de Paleontología (en excedencia desde 1989). Ha sido profesor de Filosofía de la Naturaleza , de Filosofía de la Ciencia y de Antropología filosófica en la Facultad de Teología de Granada. Miembro de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Zaragoza. Asesor de la Cátedra Francisco Ayala de Ciencia, Tecnología y Religión de la Universidad Pontificia de Comillas. Presidente de la Asociación Interdisciplinar José Acosta (ASINJA).Es autor además, de numerosos libros y trabajos que se ofrecen gratuitamente en versión digital en BUBOK.
    En la actualidad reside en Granada continuando sus investigaciones y trabajos en torno a la interdisciplinaredad, el diálogo Ciencia y Fe y la transdisciplinariedad en la Universidad Loyola e intentando relanzar y promover la Asociación ASINJA que preside. Un nuevo destino después de haber trabajado solidariamente ofreciendo sus servicios de acompañamiento, cuidado y asesoramiento en la Residencia de personas mayores San Rafael de Dos Hermanas (Sevilla).
    La persona de Leandro Sequeiros es un referente de testimonio evangélico, de excelencia académica, de honestidad y rigor intelectual de primer orden. Vaya desde aquí nuestro agradecimiento más sentido por honrar con sus colaboraciones este humilde sitio y nuestro más sincero deseo que se recupere definitivamente pronto y podamos celebrar con alegría y esperanza su 80 cumpleaños. ¡ Adelante siempre querido Maestro !.

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