Por Roberto Bertossi
S in IFE (Ingreso Familiar de Emergencias) ni ATP (Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción), con tremendos índices de desocupación o subocupación por incesantes cierres de fuentes de trabajo y dada una abrumadora e inédita pobreza e indigencia, la propuesta consiste en proponer la conformación de mesas cooperativas que evalúen, articulen y ofrezcan un menú de medidas que aglutinen nutritivos recursos tangibles e intangibles para afrontar, de la mejor manera posible, las necesidades físicas emergentes de una segunda ola de coronavirus, otra inclemencia epidemiológica preanunciada por los expertos para este segundo trimestre.
Hablamos de “mesas” capaces de envolver con humanismo, solicitud y respuestas satisfactorias , no solo a personas pobres e indigentes sino a todo desocupado básicamente necesitado, con el propósito de brindarles un lugar en torno a una mesa cooperativa, reanimándoles a transitar esa vida digna y productiva que se merecen; a encontrar su lugar en el mundo, un modo de ser y de estar; una manera de restablecer vínculos con uno mismo, con los otros y con el mundo para poder redescubrir en pandemia el sentido de la vida y de la realidad.
Pensamos en vincular y mancomunar, activamente, bancos de alimentos, cooperativas, sindicatos, mutuales, ONG´s, referentes e instituciones, etc. con establecimientos educativos urbanos y rurales, institutos industriales, agro técnicos, etc. (En la UNC, la economía popular tuvo su diálogo con la academia; https://www.unc.edu.ar/comunicaci%C3%B3n/en-la-unc-la-econom%C3%ADa-popular-tuvo-su- i%C3%A1logo-con-la-academia), a los fines de programar cómo se podría realizar un abordaje integral en diferentes barrios, asentamientos, pueblos y ciudades, si un vertiginoso recrudecimiento de casos de coronavirus, incrementa la fragilidad y la vulnerabilidad de personas cuyas posibilidades o recursos propios, son nulos o no alcanzan para vivir o sobrevivir digna, sobria y decorosamente, en sosiego.
Estas mesas cooperativas deberían ponerse en funcionamiento rápidamente, involucrando y comprometiendo especialmente vg., a directores, secretarios y ministros de desarrollo y políticas sociales, a representantes de casas de estudios de todos los niveles públicos y privados, al profesorado y alumnado terciario y universitario, a concejales, a legisladores e integrantes de consejos locales de la niñez, la adolescencia y la familia, a fundaciones con útil trayectoria y reconocida solvencia social, etc.
Estamos convencidos que la responsabilidad social educativa, académica y/o universitaria, no debiera limitarse a proveer enseñanza, saberes y aprendizajes, sino en situaciones como esta a cooperar simplificadamente, con ardor y aplicación, en la planificación y organización del abordaje territorial e identificación de los sectores y personas más vulnerables, a los efectos de contribuir substancialmente con bancos de ideas y micro proyectos a prever y activar una estructura de contención y salvaguarda ante esta temible “segunda ola” vírica. Coordinar el trabajo comunitario con herramientas del sistema educativo al servicio de: mujeres y hombres que como pueden vienen “inventando” su propio trabajo de modo independiente; servicios vecinales y comunales vg., haciendo mandados y encargos de personas mayores o en grupos de riesgo; ferias barriales y el comercio ambulante; la construcción de pequeñas soluciones habitacionales; la disponibilidad solidaria de psicólogos sociales, de enfermeros, de acompañamientos terapéuticos, de electricistas, plomeros, peluqueros, etc.
Por último, según nuestro Martin Fierro “no es raro que a uno le falte, lo que a algún otro le sobre”. Entonces ante esta segunda ola de coronavirus, corresponde ponernos como objetivo sumar, multiplicar y aportar desde el sector educativo para que tanto involuntarios habitantes de la calle, familias sin trabajo, múltiples y diversos trabajadoras y trabajadores informales como también aquellos que no pueden acceder a una canasta alimentaria elemental, puedan vivir la pandemia menos expuestos, al menos dignamente, en paridad de trato y de oportunidades.
NOTA.- Este artículo ha sido publicado también en el diario de Córdoba (Argentina) LA VOZ el pasado 6.04.2021
