MI MUNDO A LOS 80 AÑOS (y 14): El giro panenteísta de la teología moderna

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MI MUNDO A LOS 80 AÑOS (13):
“El giro panenteísta de la teología moderna. Nombrar una revolución silenciosa.” 1 Ref.Michael William Brierley

Por Leandro Sequeiros San Román

El joven profesor Michael W. Brierley (nacido en 1973), graduado en Teología e Historia en Oxford y Cambridge, y doctor en Teología en la Universidad de Birmingham es una autoridad en el tema del panenteísmo. Sus estudios sobre el auge de la doctrina panenteísta en la teología británica del siglo XX le han merecido ser un especialista.

               Es el autor del primer capítulo del interesante volumen recién publicado. En este primer capítulo, se presenta un extracto de la tesis doctoral de Michael W. Brierley.  Es autor del artículo “The Potential of Panentheism for Dialogue Between Science and Religion” en la Oxford Handbook of Religion and Science (2009)

               Para Brierley, Philip Clayton habla del “giro panenteísta” en la teología del siglo XX 2 Ref.Ph. Clayton. “The Panentheistic Turn in Christian Theology”. Dialog, 38  (1999), 289-293; Cfr. J. Macquarrie, Stubborn Theological Questions, SCM Press, Londres, 2003, pero también sabe que el término mismo, si se quiere que sea considerado una parte seria de la futura agenda teológica mundial, necesita ser mejor conocido, mejor definido, mejor comprendido.

               Seguiremos el hilo de la síntesis de la tesis doctoral de Michael W. Brierley.

Las dramatis personae (el elenco de personajes) del giro panenteísta

Bajo este epígrafe, Brieley muestra algunos rasgos comunes a todos los pensadores panenteístas. Reconoce que la palabra “panenteísmo” es menos conocida que la palabra “panteísmo”. Esta fue propuesta por vez primera a principios del siglo XVIII y luego adoptada por los tradicionalistas como insulto para toda insinuación de alejamiento del teísmo clásico, en especial cuando la inmanencia divina pasó a primer plano de la teología, desde finales del siglo XIX hasta la conclusión de la Primera Guerra Mundial.

Como afirmamos al inicio, la palabra “panenteísmo”, como atestiguan todos los artículos estándar de los diccionarios especializados fue acuñada por Karl Christian Friederich Krause (1781-1832), filósofo idealista alemán y coetáneo de Hegel.

Philip Clayton sugiere que los teólogos idealistas de inicios del siglo XIX, como Krause, desarrollaron una serie básica de intuiciones heredadas del siglo XVIII, y que tales intuiciones derivaban de la idea de Nicolás de Cusa de que la creación acontecía “en” Dios, así como de la sustitución por Descartes de la noción escolástica de infinitud por otra más participativa.

La palabra alcanzó amplia difusión en Estados Unidos a través de Charles Harsthorne, “el más destacado defensor del panenteísmo en EEUU”, en especial a través de su compilación de textos sobre Dios, Philosophers Speak of God de 1953. Hartshorne es también conocido por aplicar la filosofía del proceso de Alfred North Whitehead a una teología del proceso.

Sus ideas fueron reintroducidas en Gran Bretaña por John Robinson, cuyo libro Exploración en el interior de Dios (original de 1967) desarrolla las sugerencias doctrinales de su controvertido superventas Honest to God, Sincero para con Dios (original de 1963).

Y el principal exponente del panenteísmo en ese país, aunque el término no le gusta, es John Macquarrie. El panenteísmo de Macquarrie deriva de la posición “existencia-ontológica” de la primera edición de sus Principles of Christian Theology, 1966, que a su vez es un desarrollo de su crítica ontológica a los existencialistas Heidegger y Bultmann.

Teísmo clásico, panenteísmo y panteísmo son reconocidos como los patrones básicos con cuya ayuda analizar la doctrina sobre Dios.

En la actualidad, toda una pléyade de teólogos se caracteriza a sí mismo como panenteísta. Algunos suscriben el “teísmo del proceso3 Ref. La teología del proceso (teísmo del proceso) es un tipo de teología desarrollada a partir de la filosofía del proceso de Alfred North Whitehead (1861-1947), sobre todo por Charles Hartshorne (1897-2000), John B. Cobb (n. 1925) y Eugene H. Peters (1929- 1983). La teología del proceso y la filosofía del proceso se denominan colectivamente “pensamiento del proceso“. Tanto para Whitehead como para Hartshorne, es un atributo esencial de Dios afectar y ser afectado por los procesos temporales, contrariamente a las formas del teísmo que sostienen que Dios es en todos los aspectos intemporal (eterno), inmutable (inmutable) y no afectado por el mundo (impasible). La teología del proceso no niega que Dios es en algunos aspectos eterno (nunca morirá), inmutable (en el sentido de que Dios es inmutablemente bueno) e impasible (en el sentido de que el aspecto eterno de Dios no se ve afectado por la actualidad), pero contradice la visión clásica al insistir en que Dios es en algunos aspectos temporal, mutable y pasible. Según Cobb, “la teología del proceso puede referirse a todas las formas de teología que enfatizan el evento, la ocurrencia o el devenir sobre la sustancia . En este sentido, la teología influenciada por Hegel es la teología del proceso tanto como la influenciada por Whitehead. Este uso del término llama atención a las afinidades entre estas tradiciones por lo demás bastante diferentes”. También se puede incluir a Pierre Teilhard de Chardin entre los teólogos del proceso, incluso si en general se entiende que se refieren a la escuela de Whitehead y de  Hartshorne, donde continúan los debates en curso dentro del campo sobre la naturaleza de Dios, la relación de Dios y el mundo y la inmortalidad. un subconjunto del panenteísmo: Hartshorne, Norman Pittenger, Charles Birch, Schubert Ogden, John Cobb, James Will, Jim Garrison, David Pailin, Joseph Bracken, David Griffin, Jay McDaniel, Daniel Dombrowski y Anna Case-Winters.

Otros que se identifican a sí mismos como panenteístas son: Alan Anderson, Leonardo Boff, Marcus Borg, Philip Clayton, Scott Cowdell, Denis Edwards, Paul Fiddes, Matthew Fox, Donald Gelpi, Peter Hodgson, Christopher Knight, John Macquarrie (aunque no le gusta el nombre), Paul Matthews, Sallie McFague, Jürgen Moltmann, Hugh Montefiore, Helen Oppenheimer, Arthur Peacocke, Piet Schoonemberg, Claude Stewart y Kallistos Ware. 

Además, un grupo de pensadores y teólogos han sido identificados por otros como panenteístas. Tales son Nikolai Berdiaev, Peter Berger, James Bethune-Baker, Dietrich Bonhoffer, Martin Buber, Sergei Bulgakov, Rudolf Bultmann, Martin Heidegger, Karl Heim, William Hocking, Geddes MacGregor, Charles Pierce, Rosemary Radford Ruether, Albert Schweitzer, Pierre Teilhard de Chardin [Ursula King. Cristo en todas las cosas. Explorando la espiritualidad con Pierre Teilhard de Chardin. Sal Terrae, 2021], Paul Tillich, Ernst Troeltsch, Alan Watts, Paul Weiss y Alfred Whitehead; los idealistas británicos John y Edward Caird y Andrew Seth Pringle-Pattison; los alemanes decimonónicos Schleiermacher, Fichte, Hegel, Schelling, Baur, Fechner y Pfleiderer; así como los teólogos medievales Nicolás de Cusa y Maestro Eckhart. Las místicas Matilde de Magdeburgo y Juliana de Norwich. E incluso Lutero.

Lo mismo podría afirmarse con buenas razones para otros muchos autores, entre ellos R. J. Campbell, John Oman, John V. Taylor, y anglicanos liberales clásicos como Peter Baelz, Geoffrey Lampe y Maurice Wiles.

Con en panenteísmo cabe asociar movimientos enteros, como el neoplatonismo, el cristianismo ortodoxo, la mística, y el modernismo inglés. En consecuencia, “panenteísmo” no puede ser descartado como un “término vago y en cierto modo sospechoso”.

Sugerir que “todos somos panenteístas ahora” sería ir demasiado lejos. Esto no es sostenible a la vista del neotomismo, del crédito que en la actualidad se da al barthanismo que proponen, por ejemplo, Colin Gunton y John Webster, y de la posmoderna ortodoxia radical. Pero se considera que el panenteísmo es una buena ayuda para el diálogo ciencia y religión. Para algunos es una “revolución” en el planteamiento de la teología. Ha sido una revolución tranquila porque ha sido defendida con otros nombres: “teísmo dialéctico” (Macquarrie), “teísmo neoclásico” (Hartshorne), “teísmo naturalista” (Griffin) o “teísmo del proceso”.

Algunos temas panenteístas comunes a todos los autores según Michael W. Brierley

Siguiendo el hilo de Michael W. Brierley, bajo el título de “panenteísmo” se engloban muchas descripciones de la relación entre Dios y el cosmos. Están, por ejemplo, el “panenteísmo patrístico” de Ware, el “panenteísmo basado en la idea de campo” que propone el jesuita Blacken, y la singularización de la conjugación de finitud e infinitud como lo distintivo del panenteísmo que realiza Philip Clayton.

Charles Hartshorne concibe a Dios como “conciencia eterno-temporal que conoce e incluye el mundo” (lo que resume en el acrónimo ETCKW, Eternal-Temporal Conciousness, Knowing and Including the World). Y Daniel Nikkel ha calificado a Paul Tillich de panenteísta, por el distintivo lenguaje de “ser” que emplea el teólogo germano-norteamericano.

Pero a pesar de la aparente dispersión de concepciones, es posible establecer un terreno común compartido por los diversos panenteísmos, especialmente estudiado el vocabulario que utilizan un pequeño grupo de teólogos (“panenteístas clave”) que se ocupan de esto: Philip Clayton, David Ray Griffin, Charles Hartshorne, John Macquarrie, Jay B. McDaniel, David A. Pailin y Arthur Peacocke.

Los ocho grandes temas comunes a los filósofos y teólogos panenteístas según Michael W. Brierley

               De acuerdo con Michael W. Brierley el terreno común del panenteísmo cubre OCHO temas diferentes:

  1. El cosmos como cuerpo de Dios
  2. Lenguaje de “en y a través de”
  3. El cosmos como sacramento
  4. Lenguaje de entrelazamiento inextricable
  5. Dependencia de Dios respecto del Cosmos
  6. Valor intrínseco y positivo del cosmos
  7. Pasividad divina
  8. Cristología gradual.

De ellos hablaremos en otro momento.

Brierley considera que esta es una definición “débil” de panenteísmo, porque apenas va más allá de la definición literal de la palabra. La afirmación de que Dios “engloba” el universo se limita a afirmar el significado literal, “todo en Dios”, con Dios como sujeto, dejando la “impregnación” como la única glosa de lo que de hecho podría significar la “inclusión” del universo o su existencia “en” Dios.

La pregunta permanece, por tanto, abierta: ¿en qué sentido existe el universo en Dios? Es posible que esta imprecisión en el significado del sintagma: según Polkinghorne (2008) “todo en Dios”, sea responsable de parte de las “tentadoras ambigüedades” que “parecen lastrar el debate panenteísta”  4 Ref.Ver su último libro no traducido: J.C. Polkinghorne, Faith, Science and Understanding. 2008, SPCK, Londres, pág. 91

Ciertamente, la ambigüedad del “en” ha llevado a algunos teólogos a distinguir entre diferentes tipos de panenteísmo.5 Ref.Para los diversos tipos de panenteísmo, ver: W. M. Thompson, The Jesus Debate. Paulist, 1985, 370-371; N. Frankenberry, “Classical Theism, Panentheism and Pantheism: On the relation between God Construction and Gender Construction” Zygon, 28 (1993) 29-46. D. A. Dombrowski, “Classical Theism, Pantheism and Panentheism”. Cithara, 36/1 (1996) 22-33.

Así, por ejemplo, McDaniel distingue entre el panenteísmo “emanatista” y el panenteísmo “relacional”. En el primero, el cosmos es manifestación directa del ser mismo de Dios, de suerte que la acción creadora del universo es a la vez acción creadora de Dios. En cambio, el panenteísmo “relacional”, para McDaniel, permite al cosmos independencia creadora respecto a Dios, de modo que la humanidad posee su propio poder creador.

Análogamente, Gregory R. Peterson (Universidad del Estado de Dakota) habla de panenteísmo “débil” y panenteísmo “fuerte”. La versión “débil” se refiere (solo) a la presencia de Dios en el universo, mientras que la versión “fuerte” implica cierta identidad entre ambos.

Pero estas opciones resultan ser, sin embargo, elecciones superficiales a la luz de las ocho facetas del lenguaje panenteísta que son (en gran medida) comunes a los autores panenteístas más importantes y explicitan realmente el “en”. 

Esta preposición es- según los autores- muy importante para explicar el pan(en)teísmo que reproduce más que explica el “en” en la conjugación de los polos “trascendencia” e “inmanencia” como “trascendencia en (o dentro de) la inmanencia”. 6 Ref.[Cfr L. Boff, Ecología: grito de la Tierra grito de los pobres. Trotta, Madrid, 2011, 153; A. R. Peacocke, Creation and the World of Science. The Bampton Lectures, 1978, Clarendon, Oxford, 1979. 139-140.

Conclusión

Como veremos en la segunda parte de este artículo hay ocho rasgos que identifican a los filósofos y teólogos del panenteísmo y que describiremos con detalle.

Avancemos aquí que es razonable definir el panenteísmo como la doctrina de que el cosmos es el “cuerpo” (en contra de Peacocke) – o “sacramento” – bueno (en contra de Clayton) que Dios necesita (en contra de Clayton), con el cual está inextricablemente entrelazado y “en y a través del cual” actúa y sufre.

               Esta doctrina implica una cristología gradual.

               Es necesario subrayar una vez más que no todos estos rasgos estarán explícitos en la obra de todos y cada uno de los autores que consideramos panenteístas, pero la presencia de una buena parte de ellos indicará a cuál de las tres doctrinas básicas sobre Dios pueden asociarse las ideas de un teólogo dado.

               Entonces, ¿por qué apareció esta doctrina? ¿Cuáles son, desde el punto de vista histórico, las presiones que llevaron a su adopción?

               No parece ser una coincidencia que las más tempranas concepciones de la doctrina, ya implícitas o explícitas, procedieran de idealistas decimonónicos. El auge del panenteísmo refleja el auge de la pasibilidad divina en que ambas doctrinas se desarrollaron en Gran Bretaña y Estados Unidos bajo la influencia de los idealistas alemanes.

               Además, la revolución panenteísta refleja la revolución pasibilista (el padecimiento de Dios en Cristo), en tanto en cuanto ambas fueron impulsadas por experiencias de sufrimiento: así como las dos guerras mundiales dieron empuje adicional al pasibilismo, así tampoco puede ser casual que el panenteísmo ganara popularidad en un siglo que se esforzó por reinterpretar el amor divino a la vista del sufrimiento en el mundo entero. 7 Ref.-M. Brierley, “Introducing the Early British Passibilists”. Journal for the History of Modern Theology, 8 (2001) 218-233.(aquí página 228, nota 55)-

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LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN nació en Sevilla en 1942. Es jesuita, sacerdote, doctor en Ciencias Geológicas y Licenciado en Teología. Catedrático de Paleontología (en excedencia desde 1989). Ha sido profesor de Filosofía de la Naturaleza , de Filosofía de la Ciencia y de Antropología filosófica en la Facultad de Teología de Granada. Miembro de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Zaragoza. Asesor de la Cátedra Francisco Ayala de Ciencia, Tecnología y Religión de la Universidad Pontificia de Comillas. Presidente de la Asociación Interdisciplinar José Acosta (ASINJA).Es autor además, de numerosos libros y trabajos que se ofrecen gratuitamente en versión digital en BUBOK.
    En la actualidad reside en Granada continuando sus investigaciones y trabajos en torno a la interdisciplinaredad, el diálogo Ciencia y Fe y la transdisciplinariedad en la Universidad Loyola e intentando relanzar y promover la Asociación ASINJA que preside. Un nuevo destino después de haber trabajado solidariamente ofreciendo sus servicios de acompañamiento, cuidado y asesoramiento en la Residencia de personas mayores San Rafael de Dos Hermanas (Sevilla).
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