Si me preguntaran cual es mi opinión o la valoración que tengo acerca del desarrollo de la Solidaridad en la ciudad de Camas y de su Ayuntamiento, mi respuesta sería indudablemente positiva pero sin entrar en calificaciones o puntuaciones de grado o nivel, sencillamente porque no tengo, ni creo que pueda haber un instrumento científico que mida con exactitud y precisión el grado de solidaridad de una ciudad o de una institución. No obstante, existen sin duda indicadores o hechos objetivos que a cualquier observador de la realidad de Camas le permitirían manifestar una opinión general de este valor tan sumamente importante y trascendente para este tiempo que nos ha tocado vivir. Por eso me atrevo a decir con toda la sinceridad de la que soy capaz, que tanto Camas como el Ayuntamiento están realmente en proceso y en un camino de avance y progreso de la Solidaridad, aunque no puedo obviamente cuantificarlo o definir el grado de desarrollo de la misma. Y digo que está en camino y avanzando en Solidaridad porque constato los siguientes hechos:
- En Camas existen desde hace décadas, diversas Asociaciones Ciudadanas en las que numerosas personas regalan su tiempo, su trabajo, su talento y su dinero para ayudar a las personas más necesitadas. Ahí están por ejemplo las 3 Cáritas Parroquiales que desde que se fundaron sus Parroquias desarrollan una labor inestimable y extraordinaria de ayuda a las personas necesitadas; las Hermandades que con sus roperos y su trabajo en el Banco de Alimentos contribuyen también a paliar necesidades sociales; la extinta Asociación “Punto de Encuentro” que en el momento más agudo de la crisis económica dio de comer y facilitó la vida a muchas familias de Camas; la Asociación de Solidaridad con el Pueblo Saharaui que ha sido y sigue siendo de un apoyo real y efectivo a este Pueblo demostrándolo en sus numerosas adopciones vacacionales e incluso en sus visitas a los campamentos de Tinduf; la Asociación “Al rescoldo de la Candela” de Coca y Pañoleta, promovida y animada por los difuntos sacerdotes de Pañoleta y Coca, Fernando Camacho y Gonzalo Flor, que sigue realizando numerosas actividades solidarias para mantener diversos proyectos en África y América Latina; la Asociación Aprolíder que proporciona asesoramiento socio-jurídico a la ciudadanía extranjera; incluso en Camas se creó una Plataforma Ciudadana de Acogida Humanitaria, hoy en periodo de latencia e inactiva, que realizó diversas actividades cuyos resultados económicos se ofrecieron a Médicos Sin Fronteras y a la Asociación de Bomberos Proemaid a la que pertenecen dos heroicos y solidarios bomberos de Camas Manuel Blanco y Alejandro Márquez que se embarcaron a Lesbos para salvar vidas (esta es para mí la más auténtica identidad de Camas).
- En Camas existen también numerosas personas y lo digo porque tengo suficientes referencias para decirlo y porque además conozco a algunas, que de una forma totalmente anónima, incondicional y sin pertenecer a ninguna Asociación, apoyan económicamente de forma periódica ya sea a ONGs o a personas físicas necesitadas incluyendo en ellas a los africanos que se colocan en los semáforos, a ciudadanos europeos que procedentes de Rumanía se colocan en las puertas de los supermercados o a cualquier otra que consideren.
- En Camas tenemos además un Ayuntamiento que destina una parte de su presupuesto a subvencionar o ayudar a las asociaciones con fines sociales de Camas, además de sostener e implementar el desarrollo de las competencias de la Delegación de Políticas Sociales y también la Igualdad y la Inmigración que son competencias de las Delegaciones de Educación y del Cultura. Yo mismo he sido testigo de las diversas gestiones que la Delegada de Cultura ha realizado para normalizar la convivencia con ciudadanos de otros países y para atender el desamparo de personas sin vivienda.
En definitiva lo que quiero señalar, es que efectivamente en Camas existen un gran número de personas generosas, desprendidas y comprometidas en ayudar incondicionalmente a los demás y esta realidad es la que me permite decir con alegría, no solo que realmente estamos avanzando, sino que existe ya un “poso”, una “madre” o una base muy amplia y diversa de voluntades para seguir progresando en generosidad y solidaridad.
Con estas bases que sin duda alguna honran a una ciudad tan diversa y mestiza como Camas y para seguir consiguiendo mayores y mejores metas en este terreno, necesito en primer lugar decir que la Solidaridad no es ese sentimiento de conmoción o compasión que experimentamos cuando vemos a alguien que sufre o se duele. Este puede ser el comienzo de un proceso de aprendizaje solidario, pero por lo general este sentimiento termina por extinguirse cuando desaparece la percepción del hecho, o cuando movidos por la caridad, la generosidad, o el asistencialismo, hacemos un acto altruista, dirigido puntualmente a paliar el dolor de nuestros semejantes o también a suavizar nuestro posible sentimiento de culpa. Pero además, la Solidaridad tampoco es exclusivamente ese sentimiento de identidad y afiliación que se deriva de la pertenencia a un determinado grupo social o a una organización, aunque sean los grupos humanos los escenarios naturales en los que se expresa la Solidaridad.
La Solidaridad no se construye a partir de una situación de exterioridad, de lejanía o de superioridad. La Solidaridad no es ni caridad, ni compasión, ni asistencialismo, lo que no quiere decir que no incluya bondad, generosidad y ayuda desinteresada. La Solidaridad es algo mucho más profundo, intenso y permanente que no se restringe a un momento o a una acción concreta, sino que es más bien un proceso continuo de construcción cooperativa de igualdad en la diversidad. En este punto, mi amigo, el Maestro chileno Luis Razeto, nos lo deja bien claro cuando dice que «…la solidaridad es una relación horizontal entre personas que constituyen un grupo (1), una asociación o una comunidad, en la cual los participantes se encuentran en condiciones de igualdad (2). Tal relación o vínculo interpersonal se constituye como solidario en razón de la fuerza o intensidad de la cohesión mutua (3), que ha de ser mayor al simple reconocimiento de la común pertenencia a una colectividad. Se trata, en la solidaridad, de un vínculo especialmente comprometido, decidido, que permanece en el tiempo y que obliga a los individuos del colectivo que se dice solidario, a responder ante la sociedad y/o ante terceros, cada uno por el grupo, y al grupo por cada uno (4)..»
Partiendo de esta definición de Solidaridad que nos ofrece mi amigo y Maestro Luis Razeto, un Ayuntamiento Solidario es en mi opinión el que trabaja, gestiona y hace política democrática en función de cuatro grandes finalidades o ejes de desarrollo humano individual y comunitario:
- Crear condiciones y garantías para que las relaciones entre las personas del Ayuntamiento y de la ciudad sean horizontales, es decir, basadas en el reconocimiento mutuo, la confianza, la escucha activa, el diálogo, la tolerancia y la búsqueda de convergencias. Las relaciones horizontales o de confianza mutua no pueden darse de golpe, por impulsos o partiendo de prejuicios, estereotipos o narrativas previas acerca de cómo vemos a los demás y a nosotros mismos y mucho menos cuando guardamos y nos apropiamos de información y la vamos ofreciendo cuando nos viene bien a nuestros intereses. Las relaciones horizontales o de confianza, son en realidad el producto experiencias de reconocimiento mutuo, acogimiento, cuidado, respeto y responsabilidad y su desarrollo depende del despliegue de afectos, cariño y en definitiva de sentimientos amorosos, así como de una percepción lo más clara posible de uno mismo y de los demás.
- Garantizar la igualdad de condiciones laborales, participativas, culturales, educativas, etc partiendo del reconocimiento de las particularidades de la diversidad de las personas, de forma que las diferencias individuales, de contextos sociales o de competencias y responsabilidades funcionales dentro de la organización o del Ayuntamiento no se transformen en discriminaciones o en obstáculos insalvables para aquellas personas que presentan dificultades o determinadas carencias. En un Ayuntamiento Solidario es indispensable que las personas perciban y sientan que son tratadas digna y humanamente y no como objetos, números de una estadística o exclusivamente como agentes de producción, funcionarios o como sujetos de deberes. En consecuencia un Ayuntamiento Solidario no es el que trata, ayuda o resuelve los problemas de sus empleados, de las personas o los barrios aplicando el mismo rasero de una falsa equidad, sino el que compensa, ayuda, suplementa las posibles dificultades que las personas o los barrios tienen, al mismo tiempo que construye permanentemente relaciones de cooperación y de responsabilidad social..
- Todo Ayuntamiento y a su vez toda ciudad o todo barrio avanza en Solidaridad en la medida en que es capaz de crear relaciones de cohesión e integración comunitaria, desarrollando así una identidad propia y singular, abierta a la creación de una cultura organizativa y popular que la identifica y la dota de sentido estimulando el desarrollo de fuertes lazos afectivos de compañerismo, amistad y cooperación, así como sentimientos singulares e pertenencia. Las personas que trabajan y se comprometen en un Ayuntamiento, un barrio o una ciudad solidaria, la consideran y la valoran como un espacio físico, humano y social, de aprendizaje y de trabajo que las identifica, en el que se sienten reconocidas. Un espacio en suma en el que encuentran numerosas fuentes de participación, autorrealización, gratificación y protagonismo.
- Finalmente y siguiendo al profesor Razeto, un barrio, una ciudad o un Ayuntamiento solidario es aquel que desarrolla la responsabilidad en sus más diversos ámbitos: la responsabilidad personal e individual de los vecinos y ciudadanos, de los cargos públicos o representantes políticos, de los funcionarios y empleados municipales, de todas las entidades económicas y comerciales de la ciudad, de todas las instituciones o servicios educativos y sanitarios y de todas las asociaciones ya sean ciudadanas, culturales, deportivas o religiosas. Una ciudad que avanza en Solidaridad, es por tanto también una ciudad que tiene que avanzar al mismo tiempo en Responsabilidad Individual y Social.
A partir de estas disoñaciones de finalidades, está claro que el camino de la Solidaridad y de la Responsabilidad, no termina nunca, como tampoco puede tener una meta prefijada de antemano que te indique que una vez conseguida ya podemos descansar y desentendernos de seguir caminando. Y en este punto, ya Gandhi nos lo decía al referirse a la Paz: “No hay un camino que nos lleve a la Paz. La Paz es el camino” que aplicado a nuestro tema diría “No hay un camino que conduzca a la Solidaridad y a la Responsaiblidad. La Solidaridad y la Responsabilidad son el camino“.
POSDATA: A los ciudadanos nos corresponde ahora analizar y valorar que grupos políticos de los 8 que se presentan el 26M y que personas concretas candidatas promueven, apuestan en sus programas y muestran en sus acciones, conductas y actitudes de Solidaridad. Y también, que estamos dispuestos a hacer como ciudadanos individuales, además de votar, para que Camas siga avanzando día a día por el camino de la Solidaridad y la Responsabilidad.
POSTRE: El postre es una preciosidad de canción que desde hace ya casi medio siglo tengo adoptada como Himno personal y educativo. Se trata de la canción chilena de Valericio Leppe y el Dúo Coirón, canción que me trae hermosísimos recuerdos y que es para mí como una oración que alimenta la esperanza. Se titula SIMPLEMENTE SOLIDARIO que puedes escuchar haciendo “clic” en el enlace. No me resisto a dejarte dos estrofas: “Simplemente solidario, debemos mostrar la luz, para sacar de la sombra al enemigo común—–Necesario es distinguir, la acción de los solidarios, para dar su medicina al enfermo y al sectario”
Mucho me alegro de los hechos que mencionas para afirmar que Camas es solidaria y está en proceso de avanzar por el mismo camino gracias a las diversas Asociaciones Ciudadanas y a las personas que se entregan a los más necesitados. Creo que la solidaridad es la mejor virtud del ser humano. Un gran abrazo, José.