
Parece mentira, pero es verdad. Apenas quedan unos días para que haga exactamente un año de este documento audiovisual que hace ya el Nº 20. Con ellos he pretendido ofrecer a mi manera y modo un humilde Homenaje al que creo es el Educador y el Pedagogo más universal de todos los tiempos.
Son incontables los aprendizajes que he tenido la oportunidad de experimentar gracias a su hermosísima y maravillosa obra, pero sobre todo gracias a las personas que he tenido la oportunidad de conocer seguidoras de su legado, no solo aquí, sino también en México, Perú, Chile y especialmente en Brasil.
Sin embargo, debo decir también que lo más milagroso ha sido el haber encontrado espacios, escenarios, encuentros y aulas en los que he podido RE-crear y RE-construir su mensaje.
No, yo no soy un adorador, como tampoco un devoto, de Paulo Freire, soy un admirador que he aprendido muchísimo de él y de su obra cada vez que he intentando singularizar y particularizar con mi práctica docente y sociopolítica su universal y humanizador mensaje.
Con Paulo Freire me sucede lo mismo que con Jesús de Nazaret y otros muchos personajes que lo dieron todo por los más desfavorecidos. Yo no quiero que ninguno de ellos estén en altares, templos, estatuas para que únicamente sean adorados mediante las más diferentes liturgias y parafernalias que los desnaturalizan descafeinando la radicalidad de su mensaje y sus testimonios. Como tampoco quiero someterme al dictamen de aquellos que se consideran “especialistas” o funcionarios sacerdotales de su legado.
Se trata pues de personas que si creo en ellas, es porque encarnaron con sus testimonios de vida eso que me gusta llamar “coherencia estratégica“, que es una manera de decir, que aunque se equivoquen una y mil veces, siempre estaré a favor de los más débiles, oprimidos, vulnerables y desfavorecidos, así como de aquellas organizaciones sociales y políticas que a mi juicio mejor encarnan este principio.
Seguiré y seguiré, en la medida de mis fuerzas y posibilidades haciendo este tipo de documentos, porque creo además que en este tiempo histórico asolado por la pandemia, el ecocidio, la más escarnecedora e injusta situación de hambre física de las capas sociales más débiles y ese virus criminal que se llama “fascismo”, siguen existiendo posibilidades de transformación.
Sin ser muy conscientes de ello, porque los grandes medios únicamente hacen un enorme y tóxico ruido siempre al servicio de los poderosos y opresores, paradójicamente nacen y se multiplican grietas, espacios y encuentros en los que realmente podemos cambiar. Cambiar, no solo nuestras actitudes personales haciendo todo lo posible porque sean más fraternas, solidarias y comprometidas con los más débiles y vulnerables, sino también cambiar realmente la sociedad en la dirección de los Derechos Humanos Universales y la profundización de la Democracia a partir del metro cuadrado que pisamos.
Muchas gracias por haber seguido estos documentos y si te han gustado y los ves de interés, difúndelos por favor.
