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Mi siempre querido y admirado Paulo, continuando con el brevísimo resumen de lo que más admiro de tu maravillosa obra en favor de todos los educadores y educadoras del mundo que a diario sirven y ayudan a las capas sociales más desfavorecidas de la población, hoy destaco:
Pedagogía dialógica, antiautoritaria y democrática
Sin duda alguna, la propuesta pedagógica que atraviesa toda tu obra tiene su raíz en el diálogo, en la comunicación horizontal entre profesores y alumnos; en la relación abierta y de confianza entre educador y educando que permite que se enriquezcan mutuamente; en la CO-laboración y la CO-operación que hace posible la RE-construcción permanente de un proceso de conocimiento y de un proyecto de convivencia y en definitiva en el reconocimiento, como tú mismos nos decía de que
De ti aprendí que ni la liberación, ni la educación pueden realizarse desde posiciones despóticas, vanguardistas, verticalistas o paternalistas. Y es que como muy bien decías, ambos conceptos están relacionados en cuanto que, si nadie puede realmente liberar a nadie, ya que la liberación es ante todo un proceso social y político, educar tampoco puede consistir en un proceso unidireccional que va desde una posición superior a otra inferior, y por tanto todo proceso educativo necesariamente tiene que partir de una relación horizontal en la que el diálogo se constituya como medio y fin al mismo tiempo. Con tus propias palabras:
No obstante, debo añadir que esta pedagogía que me has enseñado, echa sus raíces más profundas en actitudes éticas de humildad, respeto, confianza, esperanza y fe en los seres humanos, lo cual va muchísimo más allá que la del diálogo concebido exclusivamente como instrumento de comunicación, e incluso más lejos también que la pura relación interpersonal. Una relación que como tú mismo mostrabas con tu conducta, no se agota sino que se multiplica y se expande con el diálogo, en cuanto que esta relación al nutrirse de amor y esperanza, se proyecta al mundo, se encarna en la realidad mediante el compromiso que reflexiona, denuncia y actúa y que permite anunciar en lo concreto y en lo cotidiano que otro mundo y otro estado de cosas, a partir del metro cuadrado que pisamos, son posibles.
Pedagogía política
Otra de las grandes ideas-fuerza que he aprendido de ti es que la educación domesticadora, deshumaniza y niega la posibilidad de una lectura crítica de la realidad. Y es aquí donde nace la más esencial función social de la educación: la de contribuir a que las personas descubran los elementos ideológicos que ocultan y legitiman la situación de opresión e injusticia en la que viven. Por ello tu pedagogía, que la hago mía RE-creándola en todos los sentidos, más que una pedagogía en el sentido formal o metodológico del término, es en realidad una praxis cultural y política.
Tu pedagogía alienta la investigación y la denuncia de una realidad injusta, pero sin quedarse en la mera descripción teórica, sino apuntando también a la responsabilidad personal y el compromiso por transformarla. Así pues, toda pedagogía es en realidad una política, en cuanto que toda práctica educativa liberadora es básicamente un proceso de acción y reflexión sobre una situación que se presenta deshumanizante e injusta. Consecuentemente es necesario que adquiramos y desarrollemos una capacidad de intervención consciente y creadora sobre dicha situación, como tú siempre mostraste.
Tu pedagogía en suma, está basada en el diálogo y la unidad entre acción y reflexión, en el análisis crítico de la realidad, y en la desmitificación de unos supuestos que pretenden hacernos creer que no es posible otra sociedad mejor, y que todo esfuerzo por conseguirla, o por que nuestras instituciones educativas sean más justas y democráticas, está condenado al fracaso. Una pedagogía que se hace netamente política en la medida en que ofrece una respuesta al proceso de ideologización, inculcación y adoctrinamiento que, de mil maneras, conscientes e inconscientes, las clases dominantes desarrollan para mantener, legitimar y aceptar como natural y querido por Dios, el des-orden social establecido.


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