La puerta (3, 4, 5 y 6)

Por Concepción Ojeda Córcoles

Llamador de "La Puerta del perdón"
Llamador de “La Puerta del Perdón” (Sevilla)

CRUZAR EN LA NOCHE EL FILO DE UNA CAPA ROJA Y ORO


Susurramos las palabras
disolviendo letra a letra
para que no nos roben el alma.
Se cayó una hoja del árbol
no había tiempo, nunca lo hubo;
la certeza de la esperanza
desató mi corazón.
Acaba de dar la hora
el reloj de la pared,
discurren las manecillas
estáticas, fuera de tiempo.
Los segundos se habían disipado
en el pasillo
dónde el nombre del Misericordioso,
en estelas recorría
los azulejos, por la pared.
Estábamos en una hora
Santa y Eterna.

Sura de "La Puerta del Perdón"
Sura de “La Puerta del Perdón” (Sevilla)

MIRABA POR LA CELOSÍA

La tarde deslizaba la luz
entre las tablillas
de la persiana, 
dibujando formas flotantes
e inestables. 
Atrás la habitación vacía 
y despojada de sueños 
se perdía en los entresijos
del recuerdo. 
Mientras los pequeños gorriones
disputaban su comida
al borde del alfeizar. 
La luz soñaba
entre fuera y dentro
fundiéndose en el recuerdo
y el no deseado olvido. 

EL ORATORIO DE SAN MARCOS

Mientras la campana
daba las seis, 
el musgo abrazaba
las losas
que iba pisando. 
El interior oscuro
olía a incienso y cera
rielante de las velas. 
Todo en un pequeño altar
de adoración continúa 
¡Alabado sea Él, todo misericordia! 
Los pocos muebles
se fundían con la seda
de las tapicerías. 
Salir y entrar
alteraba el  lugar
sintiéndolo entre dos mundos. 
Las sombrías aspidistras
y los jazmines
perfumaban el patio
con la delicada
atención orante. 
La tarde declinaba
miré al cielo
buscanzo la primera estrella. 

ME SENTÉ EN EL SUELO Y EL SILENCIO SE APODERÓ DE MÍ

Lejos, aquel lugar
donde se rompió mi corazón. 
El ruido, como hiedra
abrasaba mi mente, 
interponiendo un dique 
al agua viva. 
Podrían haber pasado eones
condensados en segundos. 
En un  bucle del destino
dl mar y los sueños me arrastraron 
¡Oh, Aquel Misericordioso 
no me apartes de Tu Puerta
pues como me has buscado
jamás llegaría yo a encontrarte! 

CONCEPCIÓN OJEDA CÓRCOLES estudió Historia y Filosofía en la Universidad de Sevilla. Siempre fue y sigue siendo una lectora incansable y una observadora permanente del mundo interior de los seres humanos a través de las más diversas búsquedas de autoconocimiento y del análisis de la realidad social y los vínculos que unen a las personas.
Ha explorado e investigado en las más diversas corrientes espirituales de Oriente y Occidente buscando siempre apasionadamente conocimiento y sabiduría. Durante más de veinte años ha estudiado la filosofía china, profundizando en los más diversos métodos de sanación corporal y mental basados en la medicina tradicional china, llegando especializarse y graduarse en la Escuela de Tian.
Profesionalmente se dedica a ofrecer servicios terapéuticos basados en la medicina tradicional china por medio de los más reconocidos y contrastados procedimientos y técnicas de sanación y bienestar psicofísico, actividad que realiza tanto en su consulta como mediante servicios a domicilio.
Personalmente la he conocido hace muy poco tiempo gracias a las redes sociales, pero sobre todo por tener un amigo y Maestro común: Leandro Sequeiros San Román. El hecho de traerla aquí es debido a que comparto con ella una visión espiritual del mundo, de la realidad y del ser humano en el sentido de que lo queramos o no, realmente existe un “orden implicado” como dice David Bohm o una infinita realidad icognoscible en la que todo está conectado. Como ella dice de sí misma y yo comparto “surfeo en la ola de la vida intentando mantener el equilibrio”. Vaya desde aquí mi más sincero agradecimiento por participar en este humilde sitio que es KRISIS.

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