Por el cambio (2): Un asunto de Educación

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Por el cambio (2): Un asunto de Educación

Por Juan Miguel Batalloso Navas

Cada vez estoy más convencido de que los cambios sociales, culturales y políticos se inician, desarrollan y sustentan en la Educación, entendida claro está, en todas sus dimensiones y formas. No en vano, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1945, la que proclama en su artículo 1 la igual dignidad de todos los seres humanos sin excepción, proclama también en su artículo 26 que:

1. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos.

2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.

3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.

Claro que, ante esta proclamación, me pregunto ¿Tienen derecho los padres a elegir un tipo de educación para sus hijos contraria a los Derechos Humanos, a las Libertades Fundamentales, o contraria a la tolerancia y a la amistad entre todos los grupos étnicos y religiosos? Y si unos padres pueden ejercer su potestad educativa para que sus hijos no reciban enseñanzas sobre los Derechos Humanos ¿Dónde quedaría el Derecho Humano a una Educación que tenga por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana? Y lo peor, ¿Dónde quedaría el deber de los Estados de garantizar el cumplimiento del artículo 26? Esta es la razón por la cual, la tan cacareada “Libertad de Enseñanza” por los herederos ideológicos y políticos del franquismo no puede consistir en crear, financiar, sostener o impulsar Centros Educativos Privados con fondos públicos, como tampoco en impartir enseñanzas contrarias a los Derechos Humanos Universales, ya sea por acción o por omisión.

Todavía recuerdo vivamente todas las movilizaciones y algaradas callejeras que montó el PP junto a la Conferencia Episcopal Española y sus asociaciones ultraconservadoras afines, contra la nueva Ley Orgánica de la Educación de 2006 (LOE) y la asignatura de “Educación para la Ciudadanía y os Derechos Humanos” (EpC) que puso en marcha el Gobierno de Zapatero. Una algarada amplificada, como siempre, por la más extraordinaria campaña de divulgación de los medios de comunicación privados y conservadores. Por todos los rincones, se acusaba al gobierno del PSOE de ideologizador y doctrinario, cuando precisamente los herederos del franquismo son los campeones mundiales del doctrinarismo, el dogmatismo e incluso de la patrimonialización de la idea de España, dado que creen que España es de ellos y solo de ellos. Nada más que hay que echar un vistazo a lo que está sucediendo estos días con el Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Constitucional, para comprobar efectivamente su dogma de que España les pertenece por derecho divino. O también verificar como la UNESCO sigue insistiendo de una y mil formas en la necesidad de la Educación de la Ciudadanía,1 Ref.Ver el Informe de la Unesco “Educación para la ciudadanía mundial: preparar a los educandos para los retos del siglo XXI” o también “La educación para la ciudadanía es clave para construir comunidades sostenibles y saludablespero al parecer a los sectores de la derecha y ultraderecha política y social de este país, como también de la Iglesia católica española no les interesa que seamos ciudadanos. Ellos prefieren que seamos fieles, súbditos y ovejas del rebaño. En fin, dejaré esto para otra ocasión.

La problemática situación de la Educación en nuestro país se funda a mi juicio en un a priori y en una evidencia. El a priori consiste en concebir la Educación como un asunto exclusivamente escolar, institucionalizado y profesional, ignorando que cualquier ser humano aprende, se educa y se transforma personalmente sobre todo a partir de experiencias en los más diferentes espacios sociales y en las más diversas situaciones. Pero también con la influencia y el testimonio que dan los líderes sociales y políticos y toda la propaganda mediática que disfrazada de información suministran opiniones y “soma2 Ref.El “soma”, es el nombre de la droga que tomaban los personajes de la novela Un mundo feliz de Aldous Huxley –publicada en 1932–, droga con la que lograban tranquilizarse, olvidar los problemas y evadirse de la realidad cuando lo necesitaban, sin ningún tipo de efecto secundario.a todas horas.

En cuanto a la evidencia, constatar que en nuestro país, desde 1982, llevamos ya 8 Leyes Orgánicas de Educación, además de que las Comunidades Autónomas al tener las competencias educativas transferidas, cada una hace lo que mejor le parece. ¿El resultado? Pues un mapa educativo imposible de coordinar con existencia de discriminaciones flagrantes en la relación Escuela Pública/Privada y a los salarios de los docentes, en un escenario nacional inestable y siempre sujeto a leyes y contraleyes. ¿La razón de esta situación? Pues lo siento, pero al igual que los herederos del franquismo creen que España es suya por derecho divino, también creen que la Educación forma parte también de su patrimonio heredado del nacionalcatolicismo.

Por otro lado, es una obviedad, que las instituciones escolares tienen cada vez menor influencia en el desarrollo personal de los individuos, ya que estas en general han dimitido de su función de educar y se dedican solo a enseñar conocimientos y procedimientos para ser productivos económicamente y adaptarse bien a los entornos laborales. Y este hecho, tiene claramente también una función ideológica que consiste en convencernos de que los asuntos sociales, éticos, políticos y democráticos no forman parte de las competencias educativas. Obviamente y si la Escuela dimite de su función de educar y de enseñar a pensar críticamente, pues ese hueco que deja, lo ocupan los grandes medios de la “industria de la conciencia”.

Y ¿Qué es eso de la industria de la conciencia? Pues en principio, esta industria está constituida por el conjunto de grandes empresas, medios de producción y recursos tecnológicos que se encargan de la comunicación y de la información (prensa, radio, TV y redes digitales). A ellas hay que sumar la “industria del ocio” de los grandes espectáculos de masas, así como la “industria cultural” de grandes editoriales y productoras cinematográficas y también de la “industria escolar” de todas las entidades formativas y educativas. Todas ellas son las que se encargan de configurar, orientar e imponer por diversos procedimientos y estrategias, los modos de pensar, sentir, comunicarse y vivir de las grandes mayorías del Planeta o de un determinado país.

En general, la industria de la conciencia sirve para configurar, cohesionar, normalizar o naturalizar una determinada visión o concepción del mundo, una especie de pensamiento único o de conciencia única y universal por la que se legitima o se considera como normal el orden social y político establecido. Se trata de una industria que bajo la apariencia de diversidad, creatividad y mediante los más sutiles procedimientos propagandísticos y de seducción nos hace creer, que somos libres y dueños de nuestras opiniones, creencias y convicciones, cuando realmente estamos siendo conducidos y orientados por poderes impersonales que escapan a nuestro control y anulan o disminuyen nuestra capacidad de discernimiento, de crítica, autocrítica e imaginación. Y así, su más auténtica misión consiste en obstaculizar e impedir que los ciudadanos podamos pensar con nuestra propia cabeza, oponiéndose así a cualquier forma de proyecto educativo democrático y liberador, o también a construir unas relaciones sociales basadas en la colaboración, la cooperación, la solidaridad y la responsabilidad individual y colectiva en el más amplio desarrollo de los Derechos Humanos Universales.

Ante este escenario educativo sinceramente creo que el pensar en qué, cómo, por qué y para qué enseñar y educar, no es un asunto que interese a los mandarines del sistema educativo que se van turnando con los diferentes gobiernos. Lo importante para ellos, creo yo, consiste en que la maquinaria de todo el Sistema Educativo funcione aunque no se sepa nada de sus patologías, disfunciones, efectos y contraindicaciones. Pero ya de esto, hablaré otro día.

Continuará…

Juan Miguel Batalloso Navas, es Maestro de Educación Primaria y Orientador Escolar jubilado, además de doctor en Ciencias de la Educación por la Universidad de Sevilla, -España–.
Ha ejercido la profesión docente durante 30 años, desarrollando funciones como maestro de escuela, director escolar, orientador de Secundaria y formador de profesores.
Ha impartido numerosos cursos de Formación del Profesorado, así como Conferencias en España, Brasil, México, Perú, Chile y Portugal. También ha publicado diversos libros y artículos sobre temas educativos.
Ha sido miembro del Grupo de Investigación ECOTRANSD de la Universidad Católica de Brasilia y pertenece al Consejo Académico Internacional de UNIVERSITAS NUEVA CIVILIZACIÓN, donde ofreció el Curso e-learning: ‘Orientación Educativa y Vocacional’.
En la actualidad, casi todo su tiempo libre lo dedica a la lectura, escritura y administración del sitio KRISIS cuya temática general está centrada también en temas educativos y transdisciplinares. Su curriculum completo lo puedes ver AQUÍ

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