Por el cambio (3): Todo mi apoyo a Lula y lo que representa

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Soy plenamente consciente de que este modesto artículo, al igual que otros muchos que llevo escribiendo desde finales de 2018, tiene escasísima audiencia, pero no me importa porque al menos ahí queda como testimonio escrito de mis convicciones éticas, democráticas y educativas más profundas. Por eso, me he puesto a escribir esta mañana ,porque estoy profundamente indignado y entristecido por los acontecimientos sucedidos en Brasilia en los que una multitud de vándalos salvajes y fascistas han intentado destruir la democracia brasileña y sus instituciones. Esta es la razón por la que considero un deber moral y cívico dejar bien claro y patente aquí, todo mi apoyo y solidaridad con Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, así como a todos los sectores sociales y políticos que representa.

Para mí y desde la distancia, pero también desde el acogimiento y la cercanía afectiva, educativa y amistosa que he tenido la oportunidad de experimentar en mis numerosas visitas a Brasil, apoyar a Lula es algo muy natural. Es tanto el cariño y el reconocimiento que he recibido, que la idea y la visión que personalmente tengo de Brasil, estará eternamente asociada a los valores éticos más sublimes del género humano. Siempre, siempre tendré “saudades” de ese Brasil del acogimiento, la ternura, la hospitalidad, la solidaridad y el compromiso radical con los sectores sociales más desfavorecidos. Pero además de mi apoyo a Lula, apoyo con la misma intensidad al Partido de los Trabajadores (PT), al Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), a las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs), a la Teología de la Liberación y a todos los profesores y profesoras empeñados en transformar radicalmente la Educación haciéndola más democrática, más ética y más humana. Es un apoyo profundo y total. Profundo porque los valores de solidaridad y fraternidad, de cariño y amistad, que he podido experimentar en todos los sectores sociales de Brasil en los que he convivido, conectan con mis más íntimas convicciones y sentimientos. Y total, porque la trayectoria de Lula como obrero metalúrgico y sindicalista, representa para mí la esperanza de que otro mundo, otra sociedad y otra ciudad son posibles.

Sin embargo, para que otro mundo, otra sociedad y otro país sean posibles en el sentido de garantizar mayores y mejores niveles de cumplimiento y desarrollo de los Derechos Humanos Universales, hay que extirpar de raíz el fascismo. Una extirpación que hay que hacer creando las condiciones para que la ciudadanía comprenda, asuma y se comprometa con los valores de justicia, libertad y fraternidad. No podemos resolver los problemas de las democracias con menos democracia. Necesitamos no solo de más democracia, sino también de una democracia enraizada en actitudes personales e individuales concretadas y expresadas en nuestro comportamiento diario en los diferentes grupos de los que formamos parte y en los que participamos. Y esto solo puede conseguirse desde la Educación en su sentido más amplio: en la familia, en la Escuela, en los Institututos, en las Universidades, en los Centros de Formación Profesional, en los Municipios, en los Parlamentos y sobre todo en los medios de comunicación,

Soy también plenamente consciente de que las democracias, tal y como existen hoy, son formas de gobierno tremendamente vulnerables y que por desgracia el autoritarismo, el dogmatismo, el odio, el racismo, la xenofobia y el machismo se han naturalizado. Una naturalización que se ha producido gracias a que ese tipo de pensamiento fascista, neofascista o protofascista sigue presente en numerosos representantes de instituciones, como son por ejemplo, la Iglesia católica y la no-católica, la Judicatura, el Ejército o la Policía, entre otras. Pero también por unos potentes medios de comunicación generadores de ruido, toxicidad, opiniones interesadas y falsedades. Y ante estos fenómenos que podemos comprobar con toda claridad tanto en Brasil como en España, los ciudadanos como nuestros legítimos representantes políticos no podemos ni debemos permanecer inermes. Algo hay que hacer para que la cordura, la sensatez, la convivencia pacífica y democrática y los valores éticos que fundamentan los Derechos Humanos brillen por su presencia. Y lo primero, en mi opinión es que que no podemos tolerar lo intolerable, o lo que es lo mismo: nuestras instituciones tienen que dotarse de procedimientos y recursos para extirpar esta pandemia cultural e ideológica que representa el fascismo actual. Pero al mismo tiempo es cada vez más indispensable que la ciudadanía ejerzamos realmente como ciudadanos no dejándonos atrapar por el miedo, la indiferencia o eso que normalmente se dice en la calle de que “todos los políticos son guales”.

Pues no, no y no. No todos los políticos son iguales. En nuestro país por ejemplo, los partidos PP, Cs y Vox llevan más de tres años diciendo y gritando sin argumentos, que nuestro Gobierno actual es ilegítimo, que España está hecha un desastre y que todo lo que hace el Gobierno lo hace mal. El espectáculo que han dado estos herederos del franquismo repartiendo odio, mentiras, resentimientos, infundios y calumnias por doquier no tiene parangón en la corta historia de nuestra democracia. Ha sido como una lluvia constante que ha ido calando poco en la opinión pública gracias a sus voceros en medios como la COPE, La Razón, ABC y otros parecidos, además de sus agentes quintacolumnistas en las redes sociales y en la Iglesia católica. Y esa lluvia, ojalá me equivoque, provocará en España algo similar a lo acontecido en Brasil, porque no cabe ninguna duda, de que el fascismo en sus variedades de franquismo, nacionalcatolicismo, conservadurismo y neoliberalismo está ganando de algún modo la batalla cultural en los medios. Pero además, no debemos olvidar que ese pensamiento y esas actitudes patrimonializadoras y dogmáticas de lo que debe entenderse por España está presente y actuante en nuestras instituciones más emblemáticas, incluso en la propia institución monárquica, muy dada a hablar de generalidades y abstracciones, y todo esto sin contar la ignominia y el espectáculo del que reside en Abu Dabi a todo tren de lujos y privilegios.

Obviamente no voy a entrar a reflexionar sobre la naturaleza y las características del fascismo porque ya lo he venido haciendo durante los cuatro últimos años. Comencé el pasado 11 de noviembre de 2018, fecha en la que me propuse publicar aquí toda una serie de pequeños artículos dedicados a desenmascarar el fascismo creciente y a analizar la realidad sociocultural de la ciudad de Camas (Sevilla).2 Ref.. En el mismo sentido, escribí y publiqué, a lo largo de los meses de marzo y abril de 2019, una serie de 20 artículos que titulé «Contra el fascismo en Camas»,3 Ref. de manera que al día de hoy entre publicaciones propias y ajenas hay un total de 40 entradas. Intentaba también explicar la enfermedad psicosocial y política del fascismo y de como éste iba avanzando, no solo en Camas, sino en toda la sociedad española y en el mundo. Llegué incluso a ofrecer una conferencia que titulé «CONTRA CUALQUIER FORMA DE FASCISMO», conferencia que preparé con todo el entusiasmo y esmero del que fui capaz y con la que obtuve la gran alegría de comprobar como la sala de nuestra Biblioteca Pública Municipal estuvo llena a rebosar. 4 Ref. Obviamente, todo este trabajo no sirvió de nada cuando en Camas, una ciudad históricamente de izquierdas, el partido fascista de Vox, obtuvo 2 concejales en las Elecciones Municipales de 2019. Pero aun así, no voy a dejar de aprovechar este medio que es KRISIS para dejar constancia personal de mi profunda convicción de que para ser demócrata hay que estar necesariamente contra cualquier forma de fascismo y combatirlo con firmeza donde se presente o manifieste. No obstante, he aprendido algo muy importante: al fascismo no se le vence, ni se le convence con razones, argumentos, discursos y declaraciones. Son indispensables medidas y acciones concretas de los gobernantes ya sean locales, autonómicos o nacionales y entre ellas, las más importantes son entre otras, el testimonio coherente de los líderes que nos representan y una batería consensuada de medidas legislativas e institucionales para que el fascismo no germine ni se reproduzca.

Concluyo pues exigiendo a los representantes políticos que conforman el actual Gobierno de coalición a que hagan una reflexión profunda sobre lo sucedido en Brasil y lo que es posible que suceda aquí, y que de esa reflexión se deriven actitudes y comportamientos que garanticen la unidad de la izquierda tomando ejemplo de las estrategias de unidad de acción de los sindicatos CC.OO. y UGT. Y por supuesto pido también que los actuales concejales de la izquierda en Camas, no solo reflexionen, sino que se pongan de acuerdo para adoptar propuestas que movilicen a la ciudadanía, tanto para participar activamente en todos los asuntos que les afectan, como para combatir cualquier forma de fascismo.

Viva Lula. Viva el Partido de los Trabajadores de Brasil. Viva el Movimiento de los Sin Tierra y vivan las Comunidades Eclesiales de Base. Gracias, muchísimas gracias por existir y darnos testimonio de que es posible la Esperanza.

Continuará…

Camas (Sevilla) a 9 de enero de 2023

4 thoughts on “Por el cambio (3): Todo mi apoyo a Lula y lo que representa

  1. Totalmente de acuerdo con tu artículo querido amigo Batalloso.
    Ante estos acontecimientos me caben dos preguntas
    A) los famosos y extremadamente ricos futbolistas que fueron entrevistados por los medios de comunicación y apoyaron al fascista Bolsonaro. QUE DICEN AHORA DE Esto?
    Porqué esa misma cadena que entonces los entrevistó para hacerle publicidad a Bolsonaro, no es ecuánime y los vuelve a preguntar a ver si era esto lo que ellos apoyaban.?
    B) En España, el Partido Popular, Vox y Ciudadanos. En caso de no ganar las próximas elecciones, actuarían de la misma manera para justificar su tesis de que este gobierno no es legítimo?.

  2. Tu artículo dice unas verdades contundentes con las que estoy totalmente de acuerdo. Hay que estar alerta a que los ultraderechistas no pisoteen la democracia ni los Derechos Humanos, que tanto han costado establecerlos. Los partidos de izquierda deben hacer toto lo que esté en sus manos para combatir todo tipo de fascismo para evitar su expansión. Pongo como ejemplo que el Gobierno de la II República minimizó un eventual golpe de estado fascista. Se limitó a colocar en los puntos cardinales de España , alejados de Madrid, a los sospechosos de dar un golpe de estado en vez de destituirlos o detenerlos. Fue una torpe decisión, porque se les facilitó a los generales golpistas atacar a España desde todos los puntos hasta ahogar la resistencia de Madrid. La memoria histórica es imprescindible para evitar errores del pasado. Es irreal que la Historia sea siempre lineal, siguiendo una dirección ascendente. En no pocas ocasiones, esa línea lineal se tuerce hacia atrás, llevándonos a tiempos que parecían superados. Por tanto, hay que luchar desde todos los ámbitos para que eso no ocurra.

  3. Comparto la indignación y la preocupación de Juan Miguel por la violencia de la ultraderecha brasileña, que ha imitado a los seguidores de Donald Trump en USA hace 2 años. Es un mensaje reiterado por la barbarie que no respeta las reglas de la democracia porque no cree en ellas, salvo cuando ellos gobiernan. Todo gobierno que no sea el de ellos es ilegitimo. Desgraciadamente, en España la derecha politica, la derecha mediatica y la derecha económica llevan preparando el terreno con insultos, mentiras y difamación, negando todas las medidas acertadas ( numerosas ) del actual Gobierno. Pretenden convencer que ya tienen ganadas las elecciones municipales y generales y de este modo están anticipando que si las urnas no confirman su victoria, acusarán de fraude al Gobierno, y de ilegitimo, como lo han hecho Trump y Bolsonaro. Están siendo decisivos el odio y la difamación que difunden los medios y periodistas en una continua batalla del neofascismo que nos amenaza, con mucho dinero que les financia y apoya. Confío que las elecciones municipales y autonómicas actúen como dique de contención para las generales.VIVA LULA y la Democracia.

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